XIII

Muerte no es sólo una palabra.

Muerte es lo que nos espera a todos algún día. El no-ser. No poder sentir nada, no oír, no ver, no tocar, no disfrutar, no sufrir. No pensar. La muerte nos llegará a todos, poniendo punto final a nuestras efímeras existencias.

Es duro pensarlo, pero es así. No nos espera más que un vacío desconocido, una nada cuyo sabor ignoramos. La sola idea de no ser nada es aterradora, pensarlo me acelera el corazón y el estómago se me contrae. La idea de que al final de mi vida no me espera otra cosa que la más absoluta nada… me produce  náuseas.

Muerte no es sólo una palabra.

Es un misterio, quizá el más grande de todos. No creo en una vida más allá, al lado de ángeles con arpas o demonios con tridentes. No creo en una felicidad eterna junto a un Dios que no existe fuera de las fronteras de nuestra imaginación. No creo que haya «algo» después. Y eso me duele…

Pero el hecho de que algún día todo termine sólo consigue que la vida tenga más valor. Nuestra consciencia es una estrella fugaz cruzando la noche, una chispa apunto de apagarse, una puesta de Sol en que la luz, el cielo y el horizonte se fusionan en un crisol de colores sangrientos, rosados y dorados.

Muerte no es sólo una palabra.

Es algo a lo que no debo tener miedo. ¿Tiene sentido preocuparse por algo que no se puede cambiar? ¿No es más útil aprovechar estos momentos en los cuales tengo el honor de estar vivo para hacer lo que quiero? ¿Y qué quiero? Quiero luchar en lo que creo, aunque muera en el intento.

Hay cosas que no son relativas, la muerte nos afecta absolutamente a todos. Y la vida, queramos o no, existe. ¡Existimos! ¡Existimos para un día dejar de existir! Pero yo le puedo dar un sentido a esta siempre corta existencia que me ha tocado tener. Puedo escoger entre lo que es fácil y lo que es correcto. Puedo escoger entre ser yo mismo o ser uno más. Puedo escoger si quiero vivir como un esclavo o morir libremente.

Escojo poder escoger.

Muerte no es sólo una palabra, es nuestro destino.

Muerte no es sólo una palabra, la muerte es una dama de corazón de piedra y ojos de hielo. Y quien tiene miedo a la muerte, tiene miedo a la vida…

Verum
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