Ámsterdam
¿Hay poco tiempo?
Estos itinerarios han sido creados para aprovechar al máximo el tiempo de que se disponga para conocer lo mejor de la ciudad.
Primer día
Se va en tranvía al barrio de los museos para admirar
las obras maestras del Van Gogh
Museum (Clicar)
y el Rijksmuseum
(Clicar);
conviene reservar las entradas con antelación. Los amantes del arte
moderno quizá prefieran el cercano Stedelijk Museum (Clicar).
La tarde se pasa en el centro medieval. Se recomienda
comer en el local slow-food
Gartine (Clicar),
para después explorar el secreto Begijnhof (Clicar)
y subir la calle hasta la plaza Dam (Clicar),
donde se alzan el Palacio
Real (Clicar)
y la Nieuwe Kerk
(Clicar).
Después se puede imitar a los lugareños y
tomar una jenever en Wynand Fockink (Clicar).
La velada comienza con una cena elegante en
Greetje (Clicar)
y continúa en el Barrio Rojo. Un paseo por Warmoesstraat u
Oudezijds Achterburgwal ofrece singulares sex
shops fetichistas, coffeeshops
y, por supuesto, muchos escaparates enmarcados por neones de color
rojo. La noche puede rematarse en un
bruin café
como In ‘t Aepjen (Clicar),
In de Olofspoort
(Clicar)
o ‘t Mandje (Clicar).
Segundo día
Comienza con una visita al Albert Cuypmarkt (Clicar),
el mercadillo más grande de Ámsterdam, especializados en alimentos
y ropa. Luego se acude a la Heineken Experience (Clicar)
para experimentar en primera persona el proceso de fabricación de
la cerveza, y se termina con una merecida cata.
Tras almorzar una hamburguesa en Butcher (Clicar),
se puede ir andando hasta al sur del cinturón de canales y pasear
por la magnífica Curva de
Oro (Clicar).
El Museum Van Loon
(Clicar)
ofrece un acercamiento al opulento estilo
de vida de las casas del canal, mientras el Kattenkabinet (Clicar)
propone una dosis de curiosidades gatunas. Los canales pueden
recorrerse en un circuito con Those Dam Boat Guys (Clicar)
o Blue Boat Company
(Clicar).
Para cenar se puede ir a Buffet van Odette (Clicar),
junto al canal, que emplea ingredientes de
cultivo ecológico. Luego es hora de fiesta en Leidseplein. Los
clubes Paradiso (Clicar)
y Melkweg (Clicar)
ofrecen las propuestas más modernas. Otra opción son los bares y
cafés de la plaza, como el histórico Eijlders (Clicar).
Tercer día
El día se inicia explorando el
vanguardista diseño del puerto y las islas orientales, con una
escala en ARCAM (Clicar)
para recabar información, y se continúa hasta los tesoros marítimos
del Het Scheepvaartmuseum
(Clicar),
sin olvidar las vistas desde NEMO (Clicar)
y la Centrale Bibliotheek
Amsterdam (Clicar).
Luego se pone rumbo al oeste
para comer panqueques dulces o salados en Pancakes! (Clicar)
y sumergirse en las Negen
Straatjes (Nueve Calles;
Clicar), llenas de curiosas
tiendas especializadas. La Casa
de Ana Frank (Clicar)
también es visita obligada. Las claustrofóbicas habitaciones, con
sus ventanas cubiertas, dan una idea de la vida en el
escondite.
Se pasa la noche en el Jordaan,
un agradable barrio con ambiente de otros tiempos, donde se puede
comer en la forja de un herrero en Balthazar’s Keuken (Clicar)
o en el kitsch Moeders (Clicar),
que prepara platos tradicionales. Después, se impone tomar algo en
la terraza junto al canal del ‘t
Smalle (Clicar),
unirse a los parroquianos en De
Twee Zwaantjes (Clicar)
o tomarse unas cervezas en otros locales
gezellig.
Cuarto día
Comienza en el mercadillo de Waterlooplein (Clicar),
donde venden desde botas a estatuas de Buda. El taller de Rembrandt
se halla en las inmediaciones. El Museum het Rembrandthuis (Clicar)
ofrece una mirada al santuario del maestro, incluido su caballete
salpicado de pintura. El vecino
Gassan Diamonds (Clicar)
ofrece circuitos gratuitos.
En Tokoman
(Clicar)
se pueden comer deliciosos sándwiches de Surinam, antes de pasear
hasta el Plantage para ver las exposiciones sobre la resistencia
durante la II Guerra Mundial en el Verzetsmuseum (Clicar).
Después se recomienda beber cerveza
ecológica a los pies de un auténtico molino de viento en
Brouwerij ‘t IJ (Clicar).
Se pasa la velada en la terraza de De Ysbreeker (Clicar),
contemplando el bullicio y las casas flotantes sobre el río Ámstel,
o en la azotea del exclusivo Canvas (Clicar)
gozando de las vistas.