La enseñanza para los emprendedores de No Logo, la biblia antiglobalización
Error 3. No dedicarse a su propio negocio
Puedes estar toda tu vida dando vueltas en círculo y creer que estás avanzando. (El manuscrito secreto del faquir, Ramiro Calle)
Un libro que cualquier persona que quiera desarrollar algún aspecto de su vida debería leer es Poder sin límites, de Anthony Robbins. Pero si usted es emprendedor, se lo recomiendo especialmente. En él se habla de diferentes técnicas de programación neurolingüística. Una de ellas es el modelado. El modelado nos dice que si repetimos exactamente las acciones de otras personas, obtendremos los mismos resultados que ellos. Sencillo, ¿verdad? Uno de los postulados básicos de la programación neurolingüística es que todos los sistemas nerviosos se parecen así que si una persona puede hacer algo, cualquier otra persona que rija o gobierne su sistema nervioso exactamente igual también podrá. Afirma Robbins que la cuestión, por tanto no estriba en si usted es capaz de obtener los mismos resultados que obtiene otra persona o no; sólo es cuestión de estrategia, es decir: ¿cómo lo consigue esa persona? Lo que le propongo en este capítulo es que busque a quien le va bien gobernando su negocio y que después modele. Es decir, que aplique lo que ya está comprobado que funciona a su propia actividad. En definitiva, se trata de copiar lo que ya está dando resultados. Usted puede inventar lo que quiera, pero si algo ya existe, tampoco se trata de que descubra la rueda usted solito. En lo que se refiere a desarrollar negocios, indudablemente, y al margen de la opinión que cada uno tenga al respecto de algunas de ellas, son las multinacionales a las que les está marchando bien el asunto. Y ¿qué es lo que están haciendo las grandes multinacionales? Pues se ocupan de su propio negocio. Quédese con esta idea porque con todo lo simple que parece, esconde una revelación que le puede hacer mejorar sustancialmente su actividad. Se ocupan de su propio negocio. Y usted dirá: claro. Pues no tan claro. ¿Hace usted lo mismo? Posiblemente esté ayudando con su actividad a levantar el negocio de otro. Esto es algo que les sucede siempre y sin excepción a los trabajadores, a algunos emprendedores y con frecuencia a los freelances. En mi opinión, el camino correcto es el de trabajar para crear su propio negocio, su propia marca. Sólo. Pero es que aún en el caso de que usted no esté levantando con su esfuerzo el negocio de otro, ¿está seguro de que se encarga de su propio negocio? Lo que quiero decir es que la mayoría de los emprendedores que conozco se encargan de su propio negocio y de mil cuestiones más. Y esto es un error porque se distraen y descuidan las actividades estratégicas de su gestión. ¿Qué es lo que hacen las multinacionales? Pues sencillamente prestan una especial atención a lo que consideran la parte central de su actividad y todo lo demás lo externalizan. En No logo, libro de referencia de los movimientos antiglobalización económica, de Naomi Kleim, podemos leer: durante mucho tiempo la fabricación de artículos siguió siendo el centro de todas las economías. Pero hacía los ochenta [...] se llegó a la conclusión de que algunas empresas eran demasiado grandes. Llegó a parecer que el proceso mismo de producción ya no era la ruta del éxito sino un estorbo intolerable. [...] [Algunos] pioneros plantearon la tesis de que la producción de bienes sólo era un aspecto secundario de sus operaciones [...] Lo principal que producían estas empresas no eran cosas [...] Su verdadero trabajo no consistía en manufacturar sino en comercializar. Fíjese en esta última frase porque ahí está la esencia de mucho de lo que será nuestro siglo. Desde que estas empresas comprendieron cuál era la parte esencial de su negocio, que en este caso (y en tantos otros) consiste sólo en crear marcas (para comercializar), empezaron a ganar más dinero. Y es aquí donde está la clave. En su negocio hay una parte esencial, lo que se conoce como el core business, el corazón del negocio, que es lo que usted hace o debería hacer mejor que nadie y es en lo que debe concentrar su energía. Todo lo demás, si modelamos a estas grandes compañías, no debería hacerlo usted mismo sino externalizarlo, dejar que lo haga otra empresa o persona. ¿Para qué emplear tiempo aprendiendo a hacer la declaración de la renta? ¿Es usted asesor fiscal? Si no es así, deje que lo haga otra persona. ¿Para que limpiar su lugar de trabajo? ¿Tiene usted una empresa de limpieza? Si no es el caso, deje que se lo hagan. Y así con todo lo que pueda. Concentre su tiempo y energía en su negocio y espere a ver qué sucede. Dedique todo el tiempo que sea preciso a entender bien cuál es el corazón de su actividad, la esencia de su trabajo y concéntrese en hacerlo cada vez mejor. Ocúpese de su propio negocio y, en las horas de trabajo, haga lo posible por no realizar otras actividades. Imite a estas grandes compañías: ofrezca ese trabajo a otras empresas o personas. Si procede así se profesionalizará porque dispondrá de más tiempo para centrarse en su actividad. Y ésta mejorará, como lo hace cualquier cosa en la vida a la que se le presta atención y tiempo.