Principales puntos de interés
Gonzalo Azumendi ©
El terreno donde se asienta la catedral ha sido siempre el epicentro espiritual de la ciudad. Antes de que Jaime I ordenase construir este edificio allí, el lugar dio cobijo a una mezquita musulmana. Y mucho antes aún, a un templo romano. Hoy, después de más de 700 años historia, esta construcción continúa atrayendo a feligreses venidos de distintas partes del mundo, pero también a ciudadanos que, alejados de la religión católica, acuden a ella para descubrir su historia y su belleza.
Indispensable
Pórticos
Antes de entrar en la catedral, uno debe fijarse en sus tres puertas. La más antigua, la de la Almoina, es románica y en sus arquivoltas se representan escenas del Antiguo Testamento y figuran las cabezas de los siete primeros pobladores cristianos. La más moderna, la de Hierro, es barroca y, por su forma cóncava, se asemeja a un retablo.
Tribunal de las Aguas
El tercero de los pórticos, el de los
Apóstoles, es de estilo gótico y debe su nombre a los doce
Apóstoles que aparecen representados en su portada. Esta puerta es
conocida por ser el lugar de celebración del Tribunal de las Aguas
( 12.00 ju), la institución judicial más
antigua de Europa.
Tesoros ocultos
Entre los tesoros que alberga este edificio, hay dos que llaman la atención por su peculiaridad: uno es el brazo incorrupto de San Vicente Mártir, el patrono de la ciudad; el otro, el Santo Cáliz de Valencia, la copa que supuestamente utilizó Jesucristo en la Última Cena. Mientras algunos ciudadanos veneran estos objetos, otros los aceptan con escepticismo.
Campanario
Del edificio no sólo se visitan el museo y
las capillas. También se puede acceder al campanario, el
Miguelete (2
€;
10.00-19.00 lu-do), una torre
de 50,85 m de altura que debe su estilo al arquitecto Pere Balaguer
y su nombre a su campana mayor, Miguel. Desde lo alto se divisa
toda la ciudad.