-De acuerdo. Luego no digas que no te lo advertí. –Abrió la puerta para entrar pero él la detuvo con una mano.
-Amanda.

 

-¿Sí?

 

-Creo que me gusta mucho estar contigo –dijo mirándola a los ojos.

 

-Y a mí contigo.

 

La cena fue genial. David congenió en seguida con todos sus amigos, como si llevara años saliendo con ellos, y Ágata les contó cómo torturó a Gabriel hasta que por fin lo perdonó.
-¿Y Anthony como está? –preguntó Jack-. ¿Cuándo piensa volver?

 

- No s é c u á nd o v o l v e r á. L a v er d ad e s qu e ú l t i m a m e nt e es t á a l g o r a r o di j o

 

Ágata.

 

 

 

-Es por culpa de tu hermana Helena –apuntó Gabriel.

 

-¡No digas tonterías! –exclamó Agui.

 

-No es ninguna tontería, ya verás como el tiempo me dará la razón

 

respondió enigmático.

 

-Vaya, vaya, veo que la familia Martí es peligrosa –se burló Jack.

 

-No tanto como Amanda –dijo la acusada para defenderse-. Mira que seducir al pobre David en el metro.
Amanda se sonrojó.

 

-Yo no he seducido a nadie.

 

-Eso debería decirlo yo, ¿no crees? –David le cogió la mano y le dio un beso en los nudillos.
-¿Lo veis? ¡Es él!

 

-Sí, sí, ya vemos lo mal que lo estás pasando.

 

Como de costumbre, estuvieron en el restaurante hasta la hora de cerrar y luego se despidieron. David tuvo que prometerles que volvería, e incluso quedó con Jack y Gabriel para ir a jugar un partido de fútbol, a pesar de que les dijo de entrada que era un pésimo jugador.
-Te acompaño a casa –dijo él antes de que ella pudiera decir lo contrario.

 

-¿Te lo has pasado bien? –preguntó Amanda, a quien cada vez le gustaba más esa costumbre que tenía él de cogerle la mano siempre que podía.
- M u c h o . T u s a m i g o s so n f a nt á s t i cos , e s o b v i o qu e t e qu i ere n mu c h o –d i j o un

 

poco absorto.

 

-Lo sé.

 

-¿Cómo lo sabes? –preguntó interesado de verdad.
4 horizontal, Roma al revés
titlepage.xhtml
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_000.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_001.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_002.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_003.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_004.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_005.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_006.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_007.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_008.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_009.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_010.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_011.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_012.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_013.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_014.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_015.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_016.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_017.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_018.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_019.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_020.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_021.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_022.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_023.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_024.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_025.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_026.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_027.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_028.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_029.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_030.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_031.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_032.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_033.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_034.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_035.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_036.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_037.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_038.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_039.html