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GENERALIDADES SOBRE NUESTRA
ALIMENTACIÓN
El ser humano es un animal omnívoro, y nosotros conocemos perfectamente, a salvo de modas y criterios publicitarios —generalmente interesados—, los parámetros de lo que sería una dieta adecuada.
Haciendo un símil con la música, sabemos cuál es la partitura apropiada de lo que sería el concierto de la alimentación del ser humano. La alimentación, la comida y los sabores serían el equivalente a una selecta melodía. Existe lo que podríamos denominar como una «melodía de la alimentación», con una inmensa gama de excelentes sonidos y una «música» que podemos escuchar toda la vida de forma espléndida y sin distorsiones. A esa música, evidentemente, le podemos añadir notas nuevas, a modo de alimentos novedosos, pero dentro de la partitura que el organismo requiere y está preparado para entender.
Como en toda la música tiene que haber unas notas, un tono y un volumen. El volumen con el que escuchamos una melodía es el equivalente a la cantidad de comida que ingerimos, de forma que cualquier magnífica canción con un volumen muy alto se convierte en desagradable y perjudicial. Un atracón o simplemente una comida muy copiosa sería el equivalente a un «ruido» para los oídos.
El «qué» y el «cuánto» con relación a los alimentos que ingerimos es la base de la gestión organizada e inteligente de la alimentación. Si aplicamos bien estos dos conceptos, e incluso introducimos factores accesorios como pueden ser los hábitos de horarios, la masticación, etc., y a todo le añadimos la actividad física, habremos conseguido adecuar la alimentación a nuestras necesidades y hacer que todo tenga sentido.
Por tanto, todo comienza con aprender y entender cómo, de forma sosegada y tranquila, puede hacerse compatible lo agradable de una buena comida, el maravilloso descubrimiento que ha supuesto la gastronomía en la historia, el vivir con los parámetros de los tiempos y coexistir con la realidad lúdica que ocupa más o menos espacio en nuestra vida. En definitiva, gestionar la alimentación de forma que podamos disfrutarla sin perjudicarnos.