CAPÍTULO
SEGUNDO
GRADACIÓN FENOMÉNICA
La importante doctrina del fenómeno del fenómeno, escrita en el otoño e invierno de 1799, presenta curiosas características en su redacción: al contrario de otros temas, cuya evolución puede seguirse a lo largo de O. p. (organismos, éter, polémica con Newton), Kant estudia ininterrumpidamente el tema de los pliegos C al N (XXII,320 a XXII,378) y no vuelve a hablar (explícitamente) de ello a partir de entonces. ¿Dio Kant por concluida esta temática por juzgarla exhaustivamente estudiada, o más bien la desechó?
Esta única aparición (58 páginas en un total de más de 1200 páginas, según la edición académica), más lo extraño de la doctrina (un fenómeno construido problemáticamente —inventado— a priori) ha hecho que el fenómeno del fenómeno se haya convertido en verdadero campo de batalla, sobre el que cada investigador mantiene una concepción distinta (ver mi Estudio Introductorio). Sin embargo, la disparidad de interpretaciones se debe en buena parte a que estos pasajes han sido estudiados de forma aislada. Por el contrario, si se procede genética y estructuralmente, puede apreciarse que esta teoría se deriva coherentemente de las concepciones anteriores (sentido de la ciencia física y construcción de la experiencia): se trata de mostrar cómo es efectivamente posible la construcción (después matizada como asintótica), luego de haber mostrado los rasgos generales de ella. Ejemplos como el del cristal de roca (XXII,341) apuntan claramente a un constructivismo operativo (punto sobre el que Mathieu (La filos, trasz.; ver Bibliogr.) insistió, con razón) altamente sugerente, pudiendo conectarse así a Kant con autores como Bridgman, Margenau y Holton.
Por lo demás —y respondiendo a la interrogación anterior— se verá que los pliegos M y N pasan naturalmente a la doctrina de la autoafección (cap. 3.º de esta parte); se trata de hacer aparente ahora al agente del fenómeno indirecto, el sujeto que se afecta a sí mismo, en un juego interactivo con la afección de las fuerzas motrices, lo cual recuerda fuertemente a Hegel (cap. 3 de su Fenomenología); esto, a su vez, conducirá coherentemente al estudio del estatuto del espacio (inicios de una profunda revisión de la primera Crítica).
Legajo décimo, folio IV, pág 1
(C)[a]
…
XXII,318Problema
1) ¿Cómo es posible la física? 2) ¿Cómo es posible la Transición de los pr. metaf. de la c. n. a la risica? 3) ¿Cómo es posible estimar el ámbito de los objetos pertenecientes a la física?
XXII,319[b]Nada podemos sacar de las representaciones sensibles —que constituyen la materia del conocimiento— que no hayamos puesto nosotros mismos en conformidad con el Principio formal de composición de lo empírico de las fuerzas motrices; hay que considerar aquí a los fenómenos como cosas [Sachen] en sí mismas.
XXII,320La física tiene aquí que ver con fenómenos de fenómenos, debiendo poder clasificar a priori sus Principios por medio de una división: tanto en vista de los Objetos (p. e.: orgánicos) como en vista del sujeto motor.
[c]Considerados metafísicamente, los Objetos de los sentidos son fenómenos; pero para la física son cosas en sí que afectan a los sentidos, o bien tal como el sujeto se afecta a sí mismo (representar a priori).
[a]Llevar el sistema nominal de las representaciones sensibles al sistema real es el solo medio de unidad absoluta en favor de la experiencia[53].
De los fenómenos directos e indirectos en comparación con las cosas [Dingen] en sí mismas.
Como las fuerzas motrices por las que nosotros mismos somos afectados son, a su vez, fenómenos por lo que respecta al sistema de las fuerzas que afectan los sentidos, podemos y debemos llegar a considerar a aquéllas —simplemente en vista del sistema— como cosas en sí.
Pág. 2
XXII,321… El conocimiento de la fuerza motriz en el fenómeno en el espacio, comparado [con el de] la fuerza motriz en sí misma. Fenómeno del fenómeno, porque el sujeto es afectado por el Objeto y se afecta a sí mismo, siendo para sí mismo[b] un movimiento en el fenómeno: fuerza motriz indirecta del sentido externo en la investigación natural, haciendo y causando el sujeto aquel movimiento mismo en virtud del cual se afecta a sí mismo[c] y poniendo a priori en el sujeto[d] lo que éste recibe de fuera; de este modo, se mueve a sí mismo[54].
XXII,322… Anfibología de los conceptos: convertir de golpe[55] en experiencia aquello que nos sucede empíricamente y es meramente fenómeno; ésta [la experiencia, ¿] sería un fenómeno del fenómeno. No es posible recibir la experiencia como una representación que acaece, sin más, sino que hay que hacerla.
XXII,323… La física contiene en sí la fisiología y lo físico. Lo primero, lo teorético del todo de fuerzas motrices (1. Sparsim; 2. coniunctim).
II. Para conectarlo a lo práctico.
Nada podemos sacar de la física que no hayamos puesto nosotros mismos para la física. En la síntesis, el sujeto se afecta a sí mismo como fenómeno.
No la sensación como conciencia de las fuerzas motrices de la materia, sino los fenómenos de estos Objetos sensibles externos, son lo primero que es previamente pensado a priori; en este [acto] son puestas las fuerzas motrices, así como lo intuido y aprehendido como forma de combinación de esas fuerzas: la intuición de la percepción [es] material. El sujeto es consciente de sí mismo por serlo del sujeto, pero sólo en el fenómeno; [es consciente] en cuanto datum para la posibilidad de la experiencia, que es una operación del entendimiento en orden del conocimiento del Objeto sensible. …
XXII,324[a] NB: Aún no se han recibido las botellas de vino blanco de marca, sí en cambio una de vino tinto. Hoy, comida con el consejero de lo criminal Jensch[56] y con Ehrenboth[57]: frutos secos, que dan salud; o con el pastor Sommer[58]. Periódico de Nicolovius sobre la revolución en Paris[59].
Folio V, pág. 1
(D)[b]
XXII,325… 1) El fenómeno en consideración metafísica, tal como es afectado el sentido. 2) El fenómeno en su significación física tal como sujeto mismo afecta su sentido mediante fuerzas motrices y en conformidad con aquella forma. 3) Cómo se subordina éste a aquél.
4) Cómo las fuerzas motrices del todo —no del agregado a las partes— sino determinables por el sistema y determinantes de lo empírico —que no es ningún sistema, sino algo fragmentario— [van] progresando hacia lo racional de la idea del todo de los objetos sensibles (ponderable, coercible, cohesible, exhaustible y sus opuestos) en un sistema llamado física, es decir: en la experiencia, que ha de verse reconocida básicamente como unidad absoluta en el concepto. Y cómo viene constituido a priori por el entendimiento (en conformidad con la unidad sintética absoluta del espacio) un sistema elemental de fuerzas motrices en virtud de una materia omnifusa, omnipenetrante, etc., que constituye un todo subsistente para sí. (El fenómeno del fenómeno, pensado en la conexión de lo múltiple, es el concepto del objeto mismo.)…
XXII,326 El fenómeno de los fenómenos, a saber: cómo se afecta mediatamente el sujeto es, metafísicamente [considerado], el modo como el sujeto se hace a sí mismo Objeto (es consciente de sí mismo en cuanto determinable en la intuición); y contiene el Principio de enlace de las fuerzas motrices en el espacio, en orden a la realización de éste (según la forma) por medio de la representación empírica: no por experiencia, sino en favor de la posibilidad de la experiencia como sistema de las representaciones empíricas del sujeto. …
La anfibología del Juicio reflexionante consiste en el autoengaño de tomar la apercepción empírica por la intelectual en la composición (que tiene lugar a priori según Principios), resultando así un conglomerado [Zusammenfügung] realizado de golpe, y no mediante una progresión gradual de la metafísica a la física; y es que falta un miembro intermedio, a saber: la conciencia de la unidad sintética en el progreso de la investigación natural[60].
Esta composición —o lo compuesto de fenómenos en un sistema— no es ningún fenómeno, sino la conexión de las fuerzas motrices por un concepto del entendimiento, en virtud del cual lo múltiple que hemos compuesto fragmentariamente (por observación y experimento) lo establecemos sistemáticamente, en conformidad con un Principio, en un todo de conocimiento empírico en favor de la investigación natural.
División de las fuerzas motrices en su referencia a los cinco sentidos; después, a las formas corpóreas en general.
Las fuerzas motrices de la materia son aquello que el sujeto mismo que se mueve hace con su cuerpo en los XXII,327cuerpos. Las reacciones correspondientes a estas fuerzas están contenidas en los actos simples por los que percibimos los cuerpos mismos. Los dos Principios son la mecánica y la dinámica[61]. …
1) Fenómeno directo; 2) indirecto, fenómeno de los fenómenos en un sistema; tal fenómeno[a] presenta la cosa [Sache] misma.
Pág. 2
XXII,328… Fenómeno es la modificación subjetiva del efecto causado por un objeto sensible en el sujeto. La fuerza[62] por la que el sujeto modifica aquel objeto es la cosa misma (metafísicamente considerada sigue siendo ciertamente fenómeno; pero físicamente es considerada como sustancia que permanece siempre idéntica).
XXII,329… Lo que metafísicamente considerado es tenido por fenómeno, es en el respecto físico cosa en sí misma (fenómeno del fenómeno) y puede ser conocido como lo meramente formal de la conexión a priori. El concepto, perteneciente a la física, de fenómenos (que hay que seguir distinguiendo de la apariencia) corresponde a [sind] los Data de la representación sensible, base de las fuerzas motrices. Los fenómenos de las fuerzas motrices son conocidos [erkannt] a priori con anterioridad a tener noticia [gekannt] de éstas y a reconocerlas [anerkannt] como fuerzas particulares.
Folio VI, pag. 1
(E)[b]
XXII,330Los conceptos (de ponderable, coercible, etc.) sirven aquí —según el Principio lógico de división en juicios categóricos, hipotéticos y disyuntivos— al esquematismo de los conceptos del entendimiento en su referencia a la intuición sensible en el fenómeno de los objetos.
XXII,331La anfibología de los conceptos de reflexión [consiste en] confundir lo compuesto en el fenómeno con la composición en cuanto concepto del entendimiento (de la cosa[a] en sí); lo empírico de la intuición (percepción), con el Principio de enlace de los fenómenos para la posibilidad de la experiencia, [o sea] con la experiencia misma, entendida a modo de Principio de agregación para un sistema (de ese tipo es la experiencia en general), dejando en la sombra de este modo a la filosofía trascendental, cuyo asunto se cifra en la pregunta: ¿cómo son posibles a priori proposiciones sintéticas?, es decir, el esquematismo de los conceptos del entendimiento[63]. …
XXII,332 Pág. 2
Dado que el espacio vacío no pertenece a los objetos de experiencia posible es, absolutamente (absolute) considerado como mera forma de intuición empírica, solamente el fenómeno [la aparición] de un objeto existente; y tal fenómeno es un objeto del conocimiento sintético a priori. Pero el espacio sensible (spatium sensibile), cuyo múltiple se ofrece en la coexistencia como un objeto de experiencia posible, si es ciertamente un Objeto efectivo (existente) de posibles percepciones de las fuerzas de la materia que ponen en movimiento a los sentidos en el sujeto que se afecta a sí mismo; y sin la aprehensión, por parte de este sujeto, de lo múltiple de sus fenómenos no habría Objeto alguno de representaciones empíricas, ni tampoco fenómeno de un fenómeno dado objetivamente como tal; este agregado concuerda [en todas sus partes] en un sistema de percepciones en orden a la unidad de la experiencia posible, es decir: hay que establecer la posibilidad de representaciones empíricas (percepciones) según un Principio de su composición en favor de la experiencia, estableciéndolas como a priori para [für] la intuición; y así, se da para la física y la Transición a ella un Principio de investigación natural, de conformidad con el cual [queda establecido] un sistema elemental de fuerzas motrices de la materia según la forma y de acuerdo con un Principio de división a priori, según aquello que, como estofa, pone el entendimiento mismo de antemano, mas no empíricamente —a partir de la experiencia— sino para la posibilidad de la experiencia en el compendio (complexus) a priori de las fuerzas motrices, en orden a [zum Behuf] [la consecución de] un sistema completo. …
XXII,333* *
Física es el sistema de fuerzas motrices de la materia en cuanto conocimiento empírico. La forma de un sistema —no de un mero agregado de percepciones— debe comenzar con el fenómeno [la aparición] de los Objetos, que es un modo de representación simplemente subjetivo, es decir, que contiene la representación de los objetos en el fenómeno[a], pues sólo ese modo permite un conocimiento a priori del compendio (complexus) de percepciones y de la unificación de estas representaciones empíricas del sujeto. Ahora bien, esta coordinación (coordinado) es ella misma, a su vez, solamente fenómeno y, por consiguiente, nada más que fenómeno del fenómeno, es decir, representación de lo formal del modo en que el sujeto se afecta a sí mismo según un Principio, siendo en cuanto espontáneamente activo él XXII,334mismo un Objeto; ya no es a su vez representación empirica del objeto, fenómeno, sino conocimiento a priori del objeto sensible; de conformidad con este conocimiento, el sujeto no extrae de este compendio, en la agregación, más de lo que —por lo que respecta al entendimiento— él mismo ha puesto allí. …
Todo conocimiento empírico remite a objetos en el fenómeno, y puede por ello ser determinado a priori según la composición (qvoad formale).
Folio VII, pág 1
(F)[a]
XXII,335… El sistema elemental de las fuerzas motrices de la materia en física contiene pues el objeto sensible, pero, en general, sólo en el fenómeno, porque como sistema doctrina (systema doctrínale) debe contener lo formal del enlace de conceptos empíricos y, sin embargo, pertenecientes a la experiencia posible (sin lo cual no contendría a priori —como se requiere XXII,336en un sistema— la conexión de lo dado empíricamente en un todo de experiencia); pues yendo a tientas por entre percepciones, sin un Principio que caracterice a éstas como estofas (lo móvil en el espacio), no es posible establecer sistema alguno de conceptos empíricos, como debe ser sin embargo la física. …
La coexistencia (coexistentia) de fenómenos en el espacio y el tiempo es empero, a su vez, solamente fenómeno: no un objeto sensible (sensibile aliquid), ni tampoco un objeto exento de sensibilidad (intelligibile), sino lo pensable (cogitabile) del modo de composición (modus compositionis) de lo dado empíricamente en orden a la unidad sintética de la experiencia; y[b] precede a la coexistencia, en XXII,337cuanto que es un Principio formal puesto a priori como fundamento de aquella composición de lo múltiple de los fenómenos[64].
[c]Colla: lo que sirve de aglutinante [der Kleber][65].
Pág. 2
La transición a la física es pues la predeterminación (praedeterminatio) de las relaciones activas internas del sujeto, que coordina las percepciones con vistas a la unidad de la experiencia; en este respecto, la representación empírica de esta relación de los Objetos sensibles no [tiene lugar] empíricamente, sino que implica un Principio a priori de composición de las fuerzas motrices en un sistema según el concepto de una física; y, ciertamente, un principio de división a priori de las fuerzas motrices según esas sus relaciones, como materia ponderable o imponderable, coercible o incoercible, cohesible o incohesible, y por último exhaustible o inexhaustible, junto con sus fuerzas motrices; de acuerdo con ese hilo conductor hay que establecer sistemáticamente los Principios de la investigación natural según su contenido empírico, en cuanto que siguen al sistema de las categorías.
[a]¿No suministran acaso los cinco sentidos, en cuanto órganos de la sensación, el sistema elemental de la materia, en el cual es la materia del calor, de entre las fuerzas motrices, la universal?[66]
Parece difícil, parece incluso imposible especificar a priori las diversas estofas fundamentales (bases) de la materia y el Principio guía de sus fuerzas (substantia deferens) mediante una división de clases, géneros, especies y subespecies; y sin embargo es ésta una legitima pretensión del físico; una pretensión que no puede ser desatendida por el físico, el cual debe ser en este punto enteramente filósofo, y no ir recogiendo fragmentariamente, sino sistemáticamente. En caso contrario, no XXII,338sabe si la división que él realiza contiene en sí miembros de más o de menos, o si contiene miembros (membra dividendo) (conformes) en todo respecto con el Principio de los conocimientos naturales empíricos; [ignora también si] su concepto es un Principio seguro de la posibilidad de la experiencia en vista del ámbito y especies de fuerzas motrices, sino que va completamente en tinieblas y andando a tientas (conceptus vagus)[67]. …
XXII,339… La mera empiria no proporciona ningún Principio de enlace de fuerzas motrices, ni unidad intelectual del sistema: sólo el fenómeno da esto. Pero el fenómeno indirecto, es decir el fenómeno del fenómeno en el conocimiento empírico[68] de la aprehensión de fuerzas motrices es a su vez, en la experiencia, la cosa [Sache] misma. La percepción de las estofas, p. e. en el palpar y en todos los demás contactos de los órganos sensoriales, forma [machi] un sistema de representación subjetiva empírica. …
[a]Anfibología de los conceptos de reflexión: el tomar aquello que es meramente válido en el fenómeno por Objeto en sí y al contrario, es lo que permite en física la diferencia entre fenómenos directos e indirectos: fenómeno de primer orden y fenómeno de segundo orden (fenómeno del fenómeno).
Cuando no son pensados fenómenos en el espacio y el tiempo, sino el espacio y el tiempo mismos como fenómenos y Objetos sensibles, así como las fuerzas motrices de la materia como efecto de estas fuerzas en el sujeto. Fenómeno del fenómeno.
Fenómeno subjetivo, que precede al objetivo; indirecto, que es previo al directo y hace del espacio un objeto de experiencia. …
XXII,340Todos los fenómenos de la materia, así como sus fuerzas motrices, están unidos con el entero Vnivers[um], dado que espacio y tiempo son unidades absolutas. Cabe admitir por tanto un Principio universal de su interacción, consistente en mutuas relaciones reales; y la experiencia no es posible sino en la medida en que sea pensado todo objeto en esa interacción con todo otro objeto, y sea aceptado a priori [como] dado en el fenómeno.
Folio VIII, pág 1
(G)[b]
… El fenómeno de las cosas en el espacio (y el tiempo) es empero de dos tipos: 1) el de los objetos que nosotros mismos ponemos en él [espacio] (a priori), y que es metafísico; 2) el que nos es dado empíricamente (a posteriori), y que es físico. Este último es el fenómeno directo; el primero, el indirecto, es decir fenómeno de un fenómeno.
El objeto de un fenómeno indirecto es la cosa misma, es decir un objeto tal que nosotros lo obtenemos a parXXII,341tir de la intuición solamente en la medida en que nosotros la[a] hemos puesto allí, es decir en la medida en que es producto de nuestro propio conocimiento.
Nosotros, desde luego, no tendríamos conciencia alguna de un cuerpo duro o blando, caliente o frío, etc.[b], si no nos hubiésemos hecho previamente el concepto de estas fuerzas motrices de la materia (atracción y reacción o sus subordinadas extensión y cohesión), pudiendo en su caso decir que una u otra de ellas pertenecen a ese concepto. Hay pues conceptos dados a priori para el conocimiento, mas no por ello son conceptos empíricos, sino en favor de la experiencia (cosa subjetiva natural)[c] para tener objetos dados a priori según un Principio; y ello se debe a que nosotros mismos hemos hecho el objeto de la intuición empírica (percepción) y lo hemos producido en nosotros mismos por composición y en relación con los instrumentos de la sensación, pudiendo así presentar un Objeto de los sentidos para la experiencia, según los Principios universales de la misma; de este modo hemos producido lo singular de la representación sensible en general según la forma, en la intuición sensible para el sujeto.
Sea por ejemplo el cristal de roca; en la clasificación de los minerales es ésta una especie del género de las rocas, es decir un cuerpo duro, frágil, antes fluido, ahora transparente y regularmente formado con una cierta figura y estructura; un cuerpo cuya producción pensamos que es debida a una materia de determinado tipo. Ahora el entendimiento, mediante descripción (descriptio), no explicación (definido) —pues ella no se ha originado en conceptos a priori— hace, a partir de la estofa empírica (basis), el concepto de un cuerpo transparente unido por atracción y fuertemente resistente, por repulsión, a la variación de su fiXXII,342gura; [así, el entendimiento] añade a lo material de la intuición empírica lo formal de la experiencia[69]. …
[a]Los conceptos elementales de las fuerzas motrices de la materia son: 1) Las fuerzas que mueven a otras sin cambiar ellas mismas de lugar: ponderables-coercibles, etc.
2) Éstas se hallan sometidas a las categorías, XXII,3433) Las fuerzas sometidas a las categorías, bajo el Principio motor universal de una materia omnipenetrante, etc.
El fenómeno indirecto en la anfibología de los conceptos de reflexión es la apariencia [Apparentz], es decir la ilusión [Schein][70].
El fenómeno se limita a dar Principios a priori del todo de las fuerzas motrices según lo formal. Lo material sigue siendo indeterminado. Solamente el sistema es la cosa misma.
Pág. 2
Nada podemos sacar de nuestras representaciones sensibles que no hayamos puesto nosotros para la representación empírica de nuestro yo [selbst] con conciencia de su exposición, es decir mediante el entendimiento (intellectus exhibet phaenomena sensuum)[71]; y esta exposición hace, de un agregado de percepciones, un sistema según las condiciones formales de la intuición y de su coexistencia en el sujeto: un conocimiento del Objeto sensible externo en cuanto fenómeno en favor de la posibilidad de la experiencia, es decir para la investigación natural, componiendo lo múltiple de las fuerzas motrices de la materia en el fenómeno, que es el esquema de un concepto; esquema que, como mero fenómeno, hace posible a priori aquella forma del componer en el Objeto y el fundamento de experiencia de su conocimiento. Pues sólo el fenómeno permite un conocimiento a priori[72].
Los cinco sentidos externos: entre los sentidos hay aún otro interno (sensación de calor). …
XXII,344Ahora bien, por síntesis de fenómenos, es decir por el modo en que deben aparecérsenos necesariamente y a priori los Objetos de representaciones empíricas junto con sus relaciones espaciales, y por tanto también según aquello que nos ofrecerá la experiencia cuando nos entreguemos a ella en la investigación natural (por observación y experimento), nosotros podemos determinar muy bien a priori lo que ellos sean para nuestros sentidos, pero no lo que sean para todo hombre, es decir: en sí[73]. No podemos pues, según parece, hacer con ningún medio universalmente válido una experiencia, ni establecer a priori cuáles y cuántos Objetos de percepción (que, en su conjunto, constituyen la materia), ni tampoco las fuerzas motrices —según su especie y número— que podamos poner a la base de nuestra experiencia posible, sino, tanteando entre los Objetos sensibles externos y compilando ciertas fuerzas, enumerar en todo caso, p. e. la dureza, la blandura, el peso, la ligereza, etc. [propiedades] que, juntas, no forman sistema completo alguno, ni de fuerzas ni de las estofas en ellas contenidas, porque no podemos llevarlas a nuestro conocimiento [Kentnis] por investigación natural según un Principio a priori, es decir no podemos especificar las estofas fundamentales de las fuerzas motrices ni establecer un sistema elemental de éstas. …
El problema es [pues]: cómo es posible la física (en cuanto ciencia; no por tanto como agregado fragmentario, sino como sistema de conocimiento [Erkentnis] empírico, o sea como doctrina de la experiencia).
XXII,345Debe [haber] un Principio a priori de conexión de representaciones sensibles (externas) en cuanto efecto de las fuerzas motrices de la materia sobre el sujeto, en conexión sistemática, en una experiencia externa.
El efecto de las fuerzas motrices del sujeto sobre el Objeto sensible externo, en la medida en que aquél provoca recíprocos movimientos en su propio órgano, es al mismo tiempo objeto interno y externo del sujeto; [y lo es] en cuanto causa de fenómenos, en favor de la posibilidad de la experiencia. …
En primer lugar, cómo son los Objetos de los sentidos en el fenómeno, pasivamente. En segundo lugar, cómo son en la composición de las fuerzas motrices para la unidad de la experiencia tal como nosotros mismos las hacemos, es decir componemos subjetiva y por ello, también, objetivamente según el Principio formal, [pero] no de su agregación, sino en un sistema de percepciones en un sujeto, en conformidad con la investigación natural y con esta ley.
Hacer la experiencia de un objeto, y hacer el Objeto de esa experiencia componiendo los momentos de la apercepción de los conceptos elementales.
Fenómeno es la forma subjetiva de la intuición, y es dado a priori[74]: tiene también sus axiomas.
La anticipación quoad materiale de las percepciones es subjetiva[75]. También ellas tienen su Principio de aprehensión de la conciencia empírica en la agregación. Siguen después las analogías de la experiencia en un sistema de representaciones empíricas: pero no se trata de un sistema empírico, sino que tiene como Principio su forma a priori; la experiencia se hace, no se da. En cuarto lugar, el Principio subjetivo y objetivo de composición de lo empírico en la investigación natural.
Folio IX, pág 1
(H)[a]
XXII,346… Sólo hay una experiencia, es decir una omnímoda conexión de percepciones en el espacio y el tiempo, y de estas dos [formas] combinadas; y este todo está sometido a un Principio formal del sistema doctrinal, daXXII,347do como base al sistema elemental de las fuerzas motrices de la materia: esta forma precede a priori a aquel todo empírico de conceptos. …
Pág. 2
XXII,350[a]La cualidad de la materia en cuanto que cuerpo, es decir: un todo que se delimita a sí mismo por sus fuerzas motrices de conformidad con el espacio. Mi cuerpo en vista de los órganos[b].
Para constituirse a sí mismo en cuanto sujeto empírico al ponerse en excitación [agitirend] en la composición de percepciones: causa y a la vez efecto de su apercepción empírica como en un sistema, por medio de la materia deferens.
[c]¿Por qué no podemos hablar in plurali de materias, sino que debemos hacerlo de estofas (basis materiae), ni tampoco de experiencias sino sólo de experiencia? Es como si una cosa y otra consistieran en meros Principios del pensar y de la composición en el sujeto.
[d]La experiencia subjetiva [es] producida por afección de los órganos. Un fenómeno del fenómeno en el todo de conciencia empírica que precede a priori a la [conciencia, ¿] objetiva como fenómeno, no como conciencia del objeto en sí, para afectarse a sí mismo y de este modo conservar un conocimiento [Kentnis] del Objeto por observación y experimento. La conciencia empírica de sí mismo como coordinación de percepciones, según la forma de la experiencia posible, autoestablecida [selbstgemachter] en orden a producir una física.
Folio X, pág 1
(I)[e]
XXII,352… Las estofas primitivas son, pues, meros entes de razón (entia rationis) y simples Principios de enlace de las fuerzas motrices, que producen en este respecto la unidad de la experiencia en favor de la física, para llevar a cumplimiento el fundamento de posibilidad de una forma bajo la cual [hacer de][a] un agregado de percepciones, subjetivamente, un sistema de éstas en favor de la experiencia, con el fin de establecer la investigación natural por observación y experimento.
Los fenómenos (phaenomena) son relaciones de los objetos a los sentidos, pasivas determinaciones de la intuición empírica; a este respecto, la receptividad tiene a priori una forma de la facultad de representación, e indirectamente está configurando el sistema de percepciones en orden a la posibilidad de la experiencia como unificación subjetiva de las fuerzas motrices en la unidad de la experiencia; unificación que no es aún experiencia, pero que conduce a ella (vis deferens). Por medio del entendimiento, y en relación con la posibilidad de la experiencia, el sistema elemental de esas fuerzas se convierte en un sistema doctrinal que unifica las estofas de la percepción, y cuya forma, a partir de la agregación[b] fragmentaria de la aprehensión (apprehensio) de las impresiones sensibles, constituye el agregado de percepciones en la conciencia de su composición, según un Principio a priori de investigación natural por observación y experimento: un sistema doctrinal de representaciones empíricas; es decir [lo constituye] con vistas a una física como doctrina de experiencia, pero no por medio (a partir) de ésta, sino en favor de (para) la experiencia posible. De este modo tiene lugar la Transición de los principios metafísicos de la ciencia natural a la física (teniendo aquéllos una tendencia natural hacia ésta), que ulteriormente establecerán, como un todo objetivo, no un sistema empírico (pues eso es una contradicción) sino un sistema de representaciones empíricas; a XXII,353partir de estas representaciones, nada más obtiene el sujeto aprehensor de esas impresiones, por lo que respecta a su especie y número, que lo que él mismo ha puesto allí (en la experiencia), según el Principio formal de un sistema doctrinal (la física).
[a]Diferencia entre sistema natural y sistema doctrinal de los objetos de experiencia. El último es ciencia natural. Transición de los pr. metaf. a la física según Princip[ios] a priori.
[b]Galileo, Kepler, Huyghens y Newton.
La Transición de Huyghens de los pr. metaf. de la c. n. a los matemáticos; y la de Newton, a la física, pero sólo por el concepto de atracción gravitatoria —concepto al que Kepler no llegó—.
Del sistema doctrinal de la naturaleza, al cual precede el de investigación [Zetetische][76].
1) El Objeto en la intuición [empirica][c]; 2) subjetivamente en el fenómeno y, por tanto, a priori; 3) en la percepción de la conciencia empírica; 4) en la experiencia, siendo a este respecto autoproducido por composición. Objeto dado por observación y experimento; lo formal de la aprehensión, apercepción; reflexión del Juicio; de ahí la anfibología: 4) el sistema elemental, subjetivo [tomarlo] por el sistema natural, objetivo.
Que no podemos captar [einsehen] nada más que lo hecho por nosotros mismos. Pero previamente debemos hacernos a nosotros mismos: el originario representar de Beck[77].
[Si] la experiencia ([algo] que debe llegar a ser) se realiza por acumulación fragmentaria de meras cuestiones de hechos particulares, no es ninguna experiencia, sino sólo un fundamento para conjeturar una tal [experiencia].
Pág. 2
XXII,356…[d]Física es el sistema doctrinal del conocimiento empírico, en la medida en que la deducción de este sistema es imposible a priori.
Los objetos de la física son de dos tipos: 1) su objeto es representado como agregado natural; 2) su objeto sólo puede ser representado como artificial. Por consiguiente, la forma del primero es cognoscible a priori: la del último, sólo por experiencia (p. e., plantas y animales).
Folio XI, pág. 1
(K)[a]
La tópica de las fuerzas motrices de la materia —las cuales, conscientemente enlazadas, despiertan las perXXII,357cepciones en cuanto representaciones empíricas de los Objetos sensibles— no llega a fundamentar de suyo una experiencia, es decir un conocimiento empírico de estos objetos, sino [que lo hace] sólo, en todo caso, en el fenómeno, según la constitución subjetiva de la intuición de objetos[b] y en la medida en que el sujeto intuyente sea afectado por aquéllos.
Ahora bien, la forma de la intuición como fenómeno es también lo único que puede ser dado a priori en favor de la posibilidad de la experiencia; y también, por consiguiente, en la Transición de los pr. metaf. de la c. n. a la física constituye su compendio el sistema elemental de aquélla[c]. Así, las representaciones empíricas, en cuanto percepciones de los Objetos sensibles en el propio sujeto corpóreo, podrán ser establecidas y clasificadas en el fenómeno, también, como un sistema especificare a priori según especie y número[d], y proporcionarán una Transición de la metafísica de la naturaleza a la física [considerada] como un todo externo al sujeto —el cual es fenómeno [para] sí mismo—; este (todo)[e], como fenómeno de un fenómeno a priori en un sistema de conocimiento empírico denominado experiencia, expone la transición primera de la metaf[ísica] de la ciencia natural a la física en un sistema elemental de fuerzas motrices de la materia, en el sujeto [entendido] como su propio cuerpo, según todas las funciones de agregaciones fragmentarias[a] de lo múltiple en el fenómeno, en la forma de un objeto de experiencia.
Si la división de las fuerzas motrices ha de ser efectuada sistemáticamente, no de un modo fragmentario (pues quedaría entonces sin ley), no podrá efectuarse de otra forma lógica que por la mera [forma] de los juicios disyuntivos, por lo que seguirán siendo captadas problemáticamente. En un sistema doctrinal de las fuerzas, se dice pues, por lo que respecta a lo formal de la coordinación (coordinatio aut subordinatio) de éstas: toda materia es, según sus fuerzas motrices, ponderable o imponderable, etc.
XXII,358Las fuerzas motrices pueden y deben, por consiguiente, ser concebidas[b] en un sistema elemental de éstas, perteneciente a la física; y cuando su forma es pensada en vista de su enlace según Principios, constituyen la física misma como sistema doctrinal de las fuerzas. Podemos denominar a éstas, en cuanto objetos de intuición empírica con conciencia (percepciones), estofas, es decir sustancias móviles, que pueden cambiar de lugar (locomotiuae) o moverse en el mismo lugar o puesto propio mediante repercusiones (interne motiuae). Son las bases materiae[c].
Para llegar a priori a conocimientos empíricos y a su sistema: la experiencia, el sujeto debe aprehender previamente, de un modo subjetivo y fragmentario, la relación de las fuerzas motrices con él mismo, en la representación del sentido interno y en el agregado de percepciones de éste[d], enlazándolas en una conciencia; lo cual no puede tener lugar tanteando entre percepciones sino sistemáticamente, según lo formal del fenómeno de lo múltiple de la intuición en sí mismo. Por este acto de composición (synthetice) el sujeto hace de sí mismo —según un Principio— un Objeto, tal como se afecta a sí mismo y como a sí mismo aparece, de modo que nada obtiene de la intuición (empírica) que no haya puesto allí él mismo.
Las estofas (bases) en la materia dada, en general, no permiten ser a priori especificadas y clasificadas. Pero si cabe, en cambio, enumerar perfectamente las fuerzas motrices de esas estofas en una división según los distintos tipos de movimiento.
La conciencia de los propios órganos del sujeto [seiner] en el uso de sus fuerzas motrices como fenómeno de un cuerpo en general, en cuanto transición subjetiva a la física por lo que respecta a la percepción, y en la medida en que ellas [las fuerzas, ¿] contienen a priori XXII,359la unidad del Objeto. Fenómeno de un todo de fenómenos.
El sujeto en el fenómeno, que une colectivamente las fuerzas motrices internas en favor de la experiencia posible, y en orden a la completud de percepciones posibles según una ley formal; de este modo se afecta a sí mismo según un Principio, y aparece, en consecuencia, como agente de composición (por fuerzas motrices internas).
Fenómenos [del fenómeno][78] son sólo aquellas intuiciones que pueden ser dadas a priori. Las intuiciones empíricas con conciencia —es decir las percepciones— están basadas en las fuerzas que mueven a los sentidos y que constituyen el sistema elemental de la materia; el cual, a su vez, se presenta solamente como [dado] en el fenómeno, aunque en la física sea elevado a experiencia.
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Física es, pues, la doctrina de la experiencia (por observación y experimento) de las fuerzas motrices de la materia. Pero como la experiencia (tanto externa como interna) es, en cuanto sistema subjetivo de percepciones, en todo momento una[a], las XXII,360fuerzas motrices en el espacio, que afectan al sentido del sujeto, serán ya motrices en todos los lugares en virtud de su coexistencia espacial (pues un espacio vacío no es objeto de experiencia posible). No deberán ser, pues, pensadas las partes de la materia, en cuanto sustancias móviles y motrices, bajo el nombre de materias (pues materia es la unidad omnidifusa de lo móvil) sino bajo el de estofas —que es aquello en que consiste la materia—. Aunque puede haber muchas estofas, y de muchos tipos, coinciden con todo en ser motrices, en su relación externa, mediante atracción o repulsión; pero dan lugar —según el modo en que modifican la composición y separación de la materia— a fuerzas motrices configuradoras de cuerpos específicamente distintos. Cada una de ellas, en cuanto base fundamental (basis) de estas fuerzas, es causa eficiente de aquellas relaciones, tomando su nombre de los fenómenos que producen (oxigeno, carbono, hidrógeno, ázoe, etc.)[a]. Entre estas [estofas] se halla también el calórico [Wärmestoff], por presentar el fenómeno más universalmente difundido de todas ellas. Ahora bien, si es usado meramente como estofa hipotética para la explicación de esto [del calor], entonces la derivación de los fenómenos en base a él resulta tautológica y vacía.
[b]Complexus el compositio.
1) La causa del concepto de la unidad de la materia está en que el espacio vacío no es ningún objeto de experiencia posible.
2) El fundamento de la unidad de la experiencia —o sea, que no hay muchas experiencias sino sólo percepciones— está en que las percepciones en el espacio o el tiempo contienen el fundamento de la posibilidad de la experiencia.
Sólo hay una materia, pero muchas estofas (bases) de ella. Así como [hay] una sola experiencia, pero muchas XXII,361percepciones, que son unidas por el entendimiento y llevadas a la unidad de la experiencia.
La materia es un todo colectivo, no una species de muchas cosas.
La experiencia es un todo intelectual de percepciones en general bajo un concepto único.
La percepción es la estofa de la experiencia[79]; experiencia: fenómeno de la intuición[a].
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(L)[b]
§
XXII,362Ciertamente, hay algo de extraño en la presunción —que parece incluso imposible— de querer, por medio de la anticipación de las representaciones sensibles —que, según la diversidad del sujeto, pueden ser diferentes—, indicar a priori y antes de la experiencia el Objeto de éstas: la materia, según su concepto de «móvil en el espacio», y [aun] lo especifico de aquélla, pues materia es un concepto genérico, y cabe hablar tan poco de materias (en plural) como de experiencias. Y, sin embargo, es necesario. Se puede tratar únicamente de la diversidad en lo formal de las relaciones activas de las fuerzas motrices de ciertas sustancias que afectan los sentidos del sujeto, e incluso de aquéllas que —según lo formal de su conexión— son meramente inventadas [gedichtet], y cuya posibilidad es problemática (p. e.: los cuerpos orgánicos); se trata de sustancias que tienen como fundamento tales fuerzas (bases), es decir de estofas móviles y primordialmente motrices, que son también causa eficiente (causae efficientes) de las formas corpóreas internas y externas (estructura y figura) y constituyen la Transición a la física, aun cuando para explicar estos fenómenos deba asumirse al respecto una causa inmaterial XXII,363(causa finalis). Y sin embargo, estas fuerzas de la materia, cognoscibles sólo empíricamente y estipulabas de un modo meramente fragmentario, y cuyo conocimiento constituye el sistema omnicomprehensivo de la física, tienen que hallarse en la experiencia; pero la necesidad en la síntesis de lo múltiple apunta a un Principio a priori —del que no cabe dudar— de la existencia de los objetos de la intuición empírica, lo cual contradice a aquella pretensión de la física de poder fundar un único sistema omnicomprehensivo y de avanzar con paso seguro desde los pr. metaf. de la c. n. a la física[80].
[a]El fenómeno precede a priori, luego lo subjetivo es previo a lo objetivo. Una estofa hipotética para el sentir [zum fülen][81].
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I
¿Qué es física?
…[b]Fenómeno de un fenómeno es aquello en virtud de lo cual lo subjetivo se hace objetivo, por ser representado a priori.
Para establecer y clasificar convenientemente lo XXII,364empírico —perteneciente, con todo, a un sistema según un Principio a priori— los objetos sensibles deben ser primero pensados como [dados] en el fenómeno según lo subjetivo de la forma de sus representaciones (phaenomena), para coordinarse en espacio y tiempo; pues sólo la forma de la intuición empírica puede ser dada a priori; y como la conexión de lo múltiple de la percepción es ella misma a su vez —para el sujeto— fenómeno, pero —según el objeto— fenómeno del fenómeno (con lo que, de este modo, es el objeto mismo de experiencia) se encuentra aquí la base[c] de la posibilidad a priori de la Transición de los pr. met. de la c. n. a la física, con las percepciones de los objetos en cuanto pertenecientes al sistema, y queda explicada la posibilidad de una física.
El espacio es la intuición pura que está a priori a la base de la composición de posibles percepciones. La materia (lo móvil en el espacio) es la sustancia que afecta los sentidos, convirtiéndose así, subjetivamente, en objeto en el fenómeno; su forma está a priori a la base de la composición de representaciones empíricas con conciencia (percepciones) y contiene las fuerzas que mueven a los sentidos, cuyo agregado (en cuanto que lo es de representaciones empíricas) está fundado por el entendimiento, no a partir de la experiencia, sino para su posibilidad como enlace de percepciones según un Principio. De este modo, no se trata de un sistema empírico (pues esto sería una contradicción) sino de un sistema de representaciones empíricas en orden a la unidad sintética a priori de las percepciones en la e[xperiencia, ¿].
El sujeto se afecta a sí mismo y se hace a sí mismo objeto en el fenómeno, en la composición de fuerzas motrices de la materia, en orden de la fundamentación de la experiencia como determinación de un Objeto en cuanto cosa omnímodamente determinada (existente); no es, pues, ni intuición empírica ni concepto empírico producido a partir de las percepciones, sino un acto [Act] de conocimiento sintético a priori (trascendental), XXII,365el cual hace subjetivamente posible la experiencia, y por cuya mediación el sujeto, agente de la composición, se hace a sí mismo Objeto, aunque sólo en el fenómeno, según el Principio formal [de composición del] agregado de percepciones como representaciones empíricas con conciencia, en vista de un sistema subjetivo de su conexión en la experiencia, la cual —por lo que respecta al Objeto sensible— según el principio de identidad sólo puede ser una.
Sólo pueden darse dos especies de objetos de la física: o bien la materia (lo móvil en el espacio), o bien un cuerpo, que constituye ese objeto; su agregado, en tanto determinado por atracción y repulsión, determina su propia forma, interna y externamente (en estructura y figura), y constituye un sistema según Principios de cantidad, cualidad, etc., y las fuerzas motrices actúan aquí mecánicamente, orgánicamente, etc.
[a]El modo de conducir a priori lo empírico de las representaciones sensibles (p. e.: impacto, presión, tracción) a la totalidad colectiva [Summe] de fuerzas motrices. Esto es lo que, por otra parte, parece imposible.
Los cuerpos, en cuanto máquinas, presuponen fuerzas motrices dinámicas (4 potentiae mechanicae) así como un entendimiento que haga posible el movimiento mediante aquéllas; pues la finalidad (movimiento intencionado) presupone la unidad del Princ[ipio]: cuerpos vegetales y animales. Cada uno de ellos es un sistema intencionado. Por consiguiente, cabe hacer a priori una división de la física en órdenes, clases, géneros y especies. La cuestión es si el Principio de división procede al infinito, como lo hace el de la división física [Theilung], produciéndose así una atomística lógica con tan poco fundamento como la [atomística] física. Respuesta: la física, en la investigación natural, exige que acontezca lo primero [la división completa a priori] en la Transición, etc. Los cuerpos, a modo de productos del arte o de la naturaleza, son o inorgánicos u orgánicos (los fluidos no pueden ser orgánicos). Los orXXII,366gánicos, perecederos por lo que respecta a los individuos, pero permanentes en especie (por la reproducción), se hallan o no en estado de salud.
La física, hacia la cual transitan los pr. metaf., contiene dos clases de Principios: materiales y formales. Los primeros son los elementos en cuanto sustancias (lo móvil en el espacio) y son estofas (bases) —no hipotéticas e imaginadas en favor de la explicación de un fenómeno— conectadas entre sí dinámicamente. Los segundos son potencias enlazadas formal y mecánicamente, es decir enlazadas por un entendimiento: máquinas.
Hay, exactamente, tantos modos de percepción (ni más ni menos) de intuiciones en el fenómeno como modos exigidos para la unidad de la experiencia, la cual constituye a priori la coordinación de lo múltiple en el fenómeno y el todo subjetivo de aprehensión de la afección del sujeto; de este modo la intuición empírica forma de antemano, con la intuición a priori, un único objeto en favor de la experiencia misma, con anterioridad al establecimiento de un [objeto] en un todo de experiencia. Lo subjetivo de la intuición, en cuanto fenómeno, es dado a priori por composición, y por su forma, en el sujeto, así como los axiomas de la intuición pura, las anticipaciones de la percepción, las analogías de la experiencia y los [Principios] que evitan los paralogismos, distinguiendo lo subjetivo de lo objetivamente dado.
La experiencia es HECHA como unidad del concepto en la coordinación de percepciones; es objetiva según un Principio, de modo que el sujeto se afecta a sí mismo, sin obtener del[a] agregado de percepciones ni más ni menos en favor de la experiencia, por medio de la física, que lo que él mismo haya introducido allí.
Folio XIII, pág. 1
(M)[b]
XXII,367… La intuición pura de lo múltiple en el espacio contiene la forma del objeto en el fenómeno a priori[c] de primer rango, es decir directo[82]. La composición de las percepciones en el sujeto, en favor de la experiencia, es a su vez fenómeno del sujeto así afectado, tal como él se representa a sí mismo; por consiguiente, indirecto; y es de segundo rango: fenómeno del fenómeno en una conciencia, es decir fenómeno del sujeto que se afecta a sí mismo, y por tanto indirectamente, y de la síntesis de aquéllas [derselben: de las percepciones, ¿] para la posibilidad de la experiencia (que es una tan sólo). Lo subjetivo de la conexión de exposiciones [Darstellungen] en el sujeto, según los Principios de la conciencia de su composición, en orden a un conocimiento de estos fenómenos en la conciencia de la unidad sintética de la experiencia, es el fenómeno mediato. Por consiguiente, [es] la comprehensión de percepciones en la unidad de la experiencia, de modo que sea posible clasificar y especificar a priori un sistema de estas percepciones interXXII,368nas; así, el sujeto agente de la composición se aparece a sí mismo en tal composición, según Principios, avanzando a priori en un sistema de percepciones [que contiene] las fuerzas que afectan a los sentidos, en orden a posibilitar una física.
El sujeto percipiente es, primo, un objeto para sí mismo en el fenómeno, según Principios de la unidad sintética de las representaciones internas empíricas, tal como él mismo se afecta, uniendo de este modo las percepciones internas, en cuanto efectos de sus propias fuerzas motrices, en un todo de la representación sensible; esto no es aún experiencia, pero si progreso hacia la física, en cuanto que la unidad objetiva de las fuerzas motrices, mutuamente coordinadas en un todo de representaciones empíricas (no un todo empírico) las coordina como un sistema en favor de la experiencia, es decir para ésta, y no derivándolas de ella; hace así una transición a la física, en cuanto que fundamenta un conocimiento por experiencia (que en todo caso sólo puede ser una), mas no como un mero agregado fragmentario de percepciones.
El Principio regulativo de la experiencia posible se fundamenta a sí mismo, secundo, como constitutivo, porque es la condición subjetiva; el conocimiento empírico por observación y experimento [interrupción][83]
Lo formal de una tal conexión de lo múltiple empírico bajo el Principio de esta composición (coordinatio) hace objetivo a priori lo subjetivo de ellas [percepciones, ¿] en un todo en la experiencia (forma dat esse rei), porque lo empírico de ellas está incondicionadamente (absolute) y por tanto necesariamente enlazado en un sistema de percepciones, posibilitando así que por medio de observación y experimento pueda ser encontrada la unidad sintética en la coordinación de lo empírico; [unidad] necesaria porque lo que es dado a XXXII,369priori como fenómeno es, al mismo tiempo, reconocido en la conciencia de[a] la existencia del Objeto. …
[b]Los animales no son meras máquinas, sino cuerpos animados (cuerpos animales que se distinguen de los vegetales). Los hombres son personas. Las almas de los animales no [perciben, ¿] externamente Objetos sensibles inmediatos[84]…
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XXII,370El conocimiento filosófico, en cuanto conocimiento racional por conceptos, se distingue en su forma de aquella otra doctrina que es también, ciertamente, a priori, pero que está basada en la intuición pura y que, en cuanto instrumento de diferentes artes y ciencias, tiene solamente un valor condicionado, es decir: cuando se tiene en vista (se pone como fin) este o aquel objeto, hay que obrar de tal o cual manera.
Pero la filosofía, en el sentido literal de la palabra (como doctrina de la sabiduría), tiene un valor incondicionado, pues es la doctrina del fin último de la razón humana y sus imperativos contienen en sí un deber absoluto: de ahí que tiendan directamente al fin. La doctrina de la felicidad no puede jactarse al respecto, pues contiene ciertamente medios para fines[85]. …
XXII,371Hay que establecer la siguiente diferencia: el objeto de la intuición empírica está primero en la [intuición] pura (espacio y tiempo), dada a priori al ánimo como sustrato de la composición; y ello sucede porque él [el sustrato] es pensado como lo múltiple en el fenómeno, según la relación subjetiva de las percepciones; pero después [es pensado] también según el modo en que el sujeto, al afectarse a sí mismo, es su propio objeto, convirtiéndose así en el fenómeno del fenómeno. Solamente de este modo [se llega] a la unidad de la experiencia [interrupción]
XXII,373… Primera división de la materia: en estofas y cuerpos. Aquéllas son representadas como elementos, pero sin forma; éstos, como configuradores —y sus moleculae como formadas. Los cuerpos cuya forma interna puede ser pensada como intencionada, es decir: sólo posible según un Principio de fines, son orgánicos y deben ser pensados por ello como rígidos; son máquinas, o bien sin vida [leblose] (se limitan a vegetar), o bien vivientes de un modo animal, para lo cual se requiere una indivisible unidad del Principio motor (alma), pues un agregado de sustancia no puede fundamentar de suyo una unificación por fines. Tal propiedad de la naturaleza no puede pertenecer a priori al Principio de la división: pues no es posible captar a priori ni siquiera la posibilidad de un cuerpo organizado. Experimentamos las fuerzas orgánicas en nuestro propio cuerpo y, por medio de la analogía de ellas [de las fuerzas] con una parte de este su Principio, llegamos a un concepto de vegetación, haciendo omisión de aquél, a saber: de la animalidad. En ambos casos se da una perduración de la especie y un intercambio de vida y de muerte en los individuos: fenómeno de un género conservándose a sí mismo en el espacio y el tiempo, constituyendo la enfermedad una transición mediadora constante. Las fuerzas originarias de la materia presuponen empero un cierto número de fuerzas que actúan subjetivamente sobre la facultad empírica de representación, determinando a ésta en orden a la percepción.
El fenómeno subjetivo indirecto, por el cual el sujeto es para sí mismo un objeto de conocimiento empírico, a la vez que hace de sí un objeto de experiencia al efectuarse a sí mismo, es el phaenomen[on] de un fenómeno.
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(N)[a]
XXII,376… Afectarse a sí mismo como ser físico o también como orgánico.
División de la causa de la percepción como fuerzas motrices, subjetiva y objetivamente. 1) En la intuición, como fenómeno. Subjetiva e internamente, en la composición. 2) Como reacciones de dos [fuerzas]. …
Transición de los pr. metaf. a la física: 1) problemáticamente (en lo concerniente a su posibilidad): XXII,3772) dogmáticamente (su facticidad y necesidad en una experiencia única); 3) críticamente, y por ende no sólo en Principios de la Transición, sino [siendo ya] la física misma.
XXII,378En cuanto forma de la representación de cómo el sujeto es afectado por un objeto, el fenómeno puede ser dado a priori, y las fuerzas motrices de la materia pueden, en consecuencia, producir en el sujeto representaciones empíricas, aunque no todavía experiencia.
En primer lugar, lo subjetivo de los fenómenos como intuiciones puras a priori. Después, lo objetivo de las intuiciones empíricas a partir de las fuerzas motrices que determinan internamente al sujeto, es decir percepciones en cuanto intuiciones empíricas con conciencia. En tercer lugar, la relación de las percepciones con la experiencia como sistema —no mero agregado— de fuerzas motrices, que afectan al sujeto simplemente según su forma a priori: disyuntivamente, en favor de la posibilidad de la experiencia y según sus reglas de composición: problemáticamente; ponderable o imponderable, coercible, etc., según las categorías de cantidad, etc., del sistema elemental de las fuerzas motrices en cuanto estofas, es decir en cuanto sustancias que son de suyo móviles y, al mismo tiempo, configuradoras de cuerpos interna y externamente, en estructura (internamente) y figura. A su base se encuentra, en un todo del sistema elemental, una estofa única omnicomprehensiva, omnipenetrante, materia de lo múltiple (por cristalización, etc.) y no hipotética. Y esta estofa constituye dinámicamente, en un sistema único, el sujeto de las fuerzas motrices. …
XXII,379Todo esto, según el Principio supremo de la filos[ofía] trasc[endental]: ¿Cómo son posibles proposiciones sintéticas a priori y cómo pueden determinar sistemáticamente a los objetos en la intuición?[86].
[a]De la posibilidad de los sistemas que[b] no pueden ser justificados a priori: p. e., cuerpos animales y vegetales. Cabe determinar aquí a la física sólo indirectamente a priori, como cuerpos orgánicos o inorgánicos.