Ni uno más
Lleva ya nueve meses sin fumar, desde que pagó y firmó el contrato. El método era tan eficaz como duro y carísimo. Nunca podía reunir voluntad suficiente para dejarlo, así que probó el sistema. “Ni uno más”, le habían dicho, “ni uno, nunca más”. Le explicaron los términos del acuerdo, y le convencieron de que iban en serio, pero hoy, seguro de que tras tanto tiempo ya no le vigilaban, quiso darse el gusto de un último cigarrillo, que fumó temeroso en un portal. Por la noche ha encontrado la puerta de su casa abierta, y su familia no respondía.