Capítulo 73
El día siguiente al entierro regresé al trabajo. ¿Qué iba a hacer, quedarme en casa y deprimirme? La verdad es que no estaba tan alicaído, aunque me sentía vulnerable, como si me hubieran arrancado un pedazo de piel. Necesitaba estar con gente. Y tal vez ahora que mi padre había muerto, encontraría algo reconfortante en Goddard, que comenzaba a ser lo más parecido a un padre que yo había tenido nunca. No era cuestión de psicoanalizarme, pero algo cambió para mí cuando él se presentó en el funeral. Ya no había conflicto ni ambivalencia acerca de mi verdadera misión en Trion, la «verdadera razón» de mi presencia: porque ésa ya no era la verdadera razón de mi presencia.
Por lo que a mí respecta, ya había cumplido mi encargo, pagado mi deuda, y me merecía un borrón y cuenta nueva. Ya no trabajaba para Nick Wyatt. Había dejado de devolver las llamadas y de contestar los mensajes de Meacham. Una vez llegué incluso a recibir un mensaje de Judith Bolton en el buzón de mi móvil. No dejó su nombre, pero su voz era inconfundible. «Adam», dijo, «sé que está pasando por un momento difícil. Todos lamentamos mucho la muerte de su padre, y le mandamos nuestras sentidas condolencias».
Podía imaginar perfectamente la sesión de estrategia entre Judith, Meacham y Wyatt, todos desesperados por la cometa que había roto la cuerda. Judith diría algo acerca de mostrarse suave con el chico, acaba de perder a su padre, pobre, y Wyatt soltaría un taco y diría que le importaba una mierda, que no había tiempo para eso, y Meacham trataría de ser más duro que su jefe diciendo que me iban a quemar vivo y me iban a joder de por vida; y enseguida Judith diría que no, tenemos que adoptar un punto de vista más sensible, dejad que trate de ponerme en contacto con él…
El mensaje seguía: «Pero es muy importante, aun en este momento de agitación, que permanezca en contacto con nosotros. Quiero que todo sea positivo y cordial, Adam, pero necesito que nos contacte hoy mismo».
Borré su mensaje igual que el de Meacham. Así comprenderían. En unos días enviaría un mensaje a Meacham para terminar oficialmente con nuestra relación, pero por ahora, pensé, los mantendría en el aire, mientras se asentaba la realidad de la situación. Ya había dejado de ser la cometa de Nick Wyatt.
Les había entregado lo que necesitaban. Se darían cuenta de que no valía la pena aferrarse a mí.
Podían amenazarme, pero no podían obligarme a seguir trabajando para ellos. Mientras tuviera presente que no podían hacer nada, podría marcharme.
Tan sólo debía tener eso presente. Podía marcharme en cualquier momento.