SOBRE LAS LEGIONES ROMANAS
La unidad básica de la legión era la centuria, de ochenta hombres cada una. Se dividía en 10 contubernios de ocho soldados cada una, todos ellos ciudadanos romanos. Una cohorte la componían 6 centurias y la legión tipo de la Roma Clásica constaba de 9 cohortes normales, además de la Primera Cohorte, que tenía 5 centurias dobles. Contaba además con 120 jinetes. Eso daba una fuerza de 5240 hombres, suponiendo que todas las plazas estuviesen cubiertas, cosa que no ocurría prácticamente nunca. Como además había oficiales sin mando de tropa, especialistas y sirvientes del ejército, su número rondaba los seis mil integrantes.
Al frente de la legión estaba un legado y, justo tras él, un tribuno laticlavio y un praefectus castrorum. Luego había cinco tribunos angusticlavios, que asistían al legado. Laticlavio y angusticlavio hacían referencia a las túnicas que usaban los tribunos, orladas con una franja púrpura, ancha en el primer caso y más estrecha en el segundo. El praefectus castrorum era un militar de carrera, en tanto que legado y tribunos estaban de paso por las legiones; un escalón en el llamado Cursus Honorum, que había de recorrer aquel que quisiese hacer una carrera política. Legado y tribuno laticlavio pertenecían al rango senatorial, llamados a altos cargos, en tanto que los angusticlavios eran del orden ecuestre.
Cada centuria estaba al mando de un centurión, secundado por otros oficiales, como el optio o el tesserarius (ordenanza). La caballería no era una unidad propiamente dicha y estaba dividida en decurias, que realizaban tareas de exploración o avanzada. Había también oficiales sin mando de tropa, con tareas concretas en la administración de la legión, y los llamados extraordinarii, de libre designación para misiones específicas.
Hay que señalar que el caso de Egipto era especial. Esa provincia, granero del imperio, era considerada clave estratégica por los césares, hasta el punto de que las leyes prohibían a un miembro del rango senatorial pisar esa tierra. Por eso, el gobernador de la provincia pertenecía al rango ecuestre.
En el caso de las dos legiones estacionadas allí, por esa misma razón, no existía el cargo de legado, y el mando recaía sobre un praefectus legionis del orden ecuestre, auxiliado por un praefectus castrorum.
Las legiones estaban asistidas por auxiliares, tropas regulares reclutadas entre súbditos romanos sin ciudadanía. La infantería formaba cohortes, de 1000 o de 500 hombres; cada una con un praefectus cohortis a la cabeza y divididas en centurias, con sus centuriones, optios, signíferos y tesserari. La caballería se agrupaba en alas, al mando de un praefectus alae. Había también algunas tropas mixtas de caballería e infantería, llamadas cohors equitates.
Existían además, en algunas provincias fronterizas, fuerzas irregulares de bárbaros a sueldo de Roma. Se agrupaban la infantería en numeri y la caballería en cunei y, aunque estaban al mando de oficiales romanos, sus insignias, gritos de guerra y voces de mando eran las suyas autóctonas.
Si era necesario, se creaban destacamentos para misiones concretas. Se llamaban vexilaciones y con frecuencia eran una subdivisión temporal de una legión. Repetían a pequeña escala el esquema organizativo de las legiones y contaban con un estandarte propio, el vexillum. Una de esas unidades fue la que mandó Nerón a buscar las fuentes del Nilo, el año sexto de su reinado, el 813 a contar desde la fundación de Roma.