ESTADO DE LIMERENCIA

 

I

Yo era de manos pequeñas,

poca cosa diría yo.

Ella más bajita todavía,

pero una mujer de altura,

o eso me dijo el corazón.

 

II

Me enamoré. Mucho.

De esas veces que uno no sabe si la luna es sol o es luna.

Es cuando deshojas margaritas

que te quieren a cada pétalo,

o cuando paseas de la mano

en los museos

entre árboles de Cézanne,

donde la naturaleza muerta

es vida…

 

III

Quise crecer hasta alcanzarla,

para poner estrellas en do menor

con la batuta de las pasiones,

en esa danza que te abraza sin pormenores ni tiempo.

 

IV

Ella, por vez primera,

adornó mi boca con la voz de una poesía,

me cultivó el alma

con el arte y los gemidos

que ahora no consigo quitarme de encima.

 

Yo, decoré su interior

con sentimientos de diferentes estilos

y colores,

recitando besos

con el corazón en vilo

y preparado para amar a destajo.

 

V

Pero se fue.

Aunque luego volvió

para volver a irse.

Y me dolió. Mucho.

 

Me escribió.

-quería buscarme-

pero ahora quise irme yo

para luego buscarla sin conseguirlo.

 

Aunque un día apareció,

¡un día!

sin menciones ni parabienes,

e hicimos el amor y el llanto.

 

-Hasta siempre, pero no me olvides-

tanto

que hoy te echaré de mi casa

y mañana te echaré de menos

hasta que vuelvas a dolerme

por dentro y por fuera.

 

VI

- Abrázame, por favor-

"No, no puedo. Pero no te vayas"

 

De rodillas,

no sé si pidiendo techo o pidiendo perdón,

o las dos cosas,

el rencor cambió un dolor por otro:

misma moneda

con diferentes caras y pesares.

 

-Te extraño, te odio, te admiro,

te mimo, te azoto,

te hablo, te arropo, te lastimo,

te adoro, te detesto,

te quiero, te quiero, te quiero-

 

No sé más...

 

VII

Pintaba aldabas

en la puerta de su casa

para atarlas un hilo de seda

y golpearlas

con los entresijos de mis palabras.

Pero un silencio

me golpeaba a mí.

 

Pasé por hospitales,

no a ver madres recién paridas

y sus niños,

sino para que ellos me vieran a mí.

VIII

Encontré un resquicio y entré.

Tomé su mano, 

la acerqué a mi pecho

y una mirada

le puso música al silencio.

 

-No temas y agárrate fuerte.

La vida nunca espera

por la derrota-.

 

Desperté

y mi barca ya no estaba,

ni mis remos,

ni la mañana y sus océanos.

Por haber, no había ni deseo.

 

Y ahora que el viento calma,

les diré:

no me miren de esa forma

que las palabras no reabren cicatrices.

 

A mil sueños de ti
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html