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«...y el susodicho caminaba rumbo a la población de marras en unión de los individuos ya mencionados, cuando fueron interceptados por una patrulla de tres soldados, que les dieron el alto; luego de ser registrados y al no encontrarles armas encima, les conminaron a que avanzasen delante de la referida patrulla, siempre apuntándoles con sus armas; fué ese el momento en que mi cliente escuchó las detonaciones y se sintió herido, perdiendo acto seguido el conocimiento. Ignora él cuánto tiempo hubo de estar inconsciente, pero al volver en sí, notó que le cubría la tierra, dándose cuenta de que había sido enterrado, al creerle muerto sus atacantes; después de librarse de la tierra, procedió a buscar a sus compañeros, a los que encontró enterrados no lejos de allí, ambos muertos. Por último, sabiéndose herido de gravedad, salió en busca de auxilio, el que halló en casa de unos vecinos del tugar, que le prestaron asistencia, conduciéndole más tarde al puesto de socorro de la ciudad.

»Para que se tenga conocimiento de estos hechos y se inicie el correspondiente procesamiento del culpable o los culpables, elevo este informe...»