Se notará sin duda, al examinar esta imagen, que se divide entre la práctica y lo simbólico, que se parece a la décima; en suma, que se suceden seis planchas que, por parejas y a primera vista, parecen idénticas. Esto no es exacto como se ha visto, y esta vez además, se revelan al examen variantes muy significativas.
El hombre que vierte simultáneamente sobre cada uno de los platillos de la balanza, no tiene más que dos asteriscos en el frasco de su mano derecha, mientras que del frasco que sostiene con la izquierda cae un sol minúsculo, en el lugar y puesto del flosculus anteriormente suministrado
Los dos pequeños signos radiados, que quedan en el recipiente, constituyen juntos el famoso RE, a saber los dos tercios de RER, y la mitad del RERE inicial.
Aunque el recipiente haya recibido también su cantidad sobreabundante del influjo de la segunda exposición, aunque esté inclinado casi hasta la horizontal para ser cerrado, no deberá escapársele al observador la doble singularidad, primero, de que el signo del armoníaco haya desaparecido, y luego, que la superficie del baño mercurial no haya cambiado, cuando debería ser plana y perpendicular a la vertical. ¿No existen ahí dos indicaciones particulares, concurrentes a establecer que el matraz ordinario de los laboratorios no es más que el símbolo del huevo en cuya composición la misteriosa sal de armonía se encuentra absorbida?