[340-341]. Parece apoyarse aquí Byron en la teoría de Cuvier, como indica en su introducción. Eso le permite atribuir a Yavé el papel de creador y de destructor. Véase El Paraíso perdido, X, 616-624, en donde la destrucción se atribuye sólo a las personificaciones de la muerte y del pecado, junto con Satán y sus secuaces.<<