[130 y siguientes]. Esta admiración de Caín parece recoger el asombro de Ch. Huygens cuando en 1690 escribió Los Mundos Celestiales Descubiertos: Conjeturas relativas a los habitantes, plantas, producciones de los mundos en los planetas. Allí dice: «¡Qué maravillosa y sorprendente perspectiva tenemos aquí de la inmensidad del universo! ... ¡Tantos soles, tantas tierras ... y cada una de ellas provista con tantos animales, plantas y árboles, adornadas con tantas montañas y mares! ... ¡Y cómo debe crecer nuestro asombro y admiración cuando consideramos la distancia y la multitud prodigiosa de estrellas!».<<