7. ¿Qué calor podemos soportar?
El hombre puede soportar más calor que se cree de ordinario. En los países del sur puede soportar temperaturas mucho mayores de las que en las latitudes medias consideramos inaguantables. En Australia Central, en verano, no es raro que el termómetro marque 46 °C a la sombra (se ha llegado a observar temperaturas de hasta 55 °C). Durante la travesía del Mar Rojo y en el Golfo Pérsico, en los camarotes de los barcos la temperatura llega a más de 50 °C a pesar de la ventilación.
Las temperaturas más altas que se observan en la superficie de la Tierra no pasan de 57 °C. Esta temperatura corresponde al llamado "Valle de la Muerte" en California. El sitio más templado de la Unión Soviética es el Asia Central, donde las temperaturas más altas no pasan de 50 °C.
Todas estas temperaturas se refieren a la sombra. A propósito de esto, hay que aclarar por qué a los meteorólogos les interesa precisamente la temperatura a la sombra, y no al sol. Es el caso que el termómetro sólo puede medir la temperatura del aire a la sombra. Si el termómetro se pone al sol los rayos lo calientan mucho más que al aire que está a su alrededor y, por consiguiente, sus indicaciones no sirven para caracterizar el estado térmico del medio aéreo. Por esto, cuando hablamos de tiempo caluroso, carece de sentido referirse a las indicaciones de un termómetro puesto al sol.
Se han hecho experimentos para determinar cuál es la temperatura máxima que puede soportar el organismo humano. Resultó que en una atmósfera de aire seco y calentándolo paulatinamente nuestro organismo es capaz de resistir, no sólo la temperatura del agua hirviendo (100 °C), sino a veces hasta la de 160 °C, como lo demostraron los físicos ingleses Blagden y Centry, los cuales estuvieron horas enteras dentro de un horno de panadería calentado. "En el aire de un local en que el hombre puede permanecer sin detrimento para su salud se puede cocer un huevo o freír un bistec" - escribía Tyndall con motivo de este experimento.
¿Cómo se puede explicar esta resistencia? Por el hecho de que nuestro organismo no adquiere la temperatura del medio en que se encuentra, sino que conserva aproximadamente la suya normal. El organismo lucha contra el calentamiento segregando mucho sudor, cuya evaporación absorbe una parte considerable del calor de la capa de aire que está en contacto directo con la piel y de esta forma disminuye su temperatura. Pero son condiciones necesarias para el éxito del experimento las siguientes: primero, que el cuerpo no esté en contacto directo con la fuente de calor, y segundo, que el aire esté seco.
Por esto es más fácil soportar 37 °C de calor en el Asia Central que 24 °C en Leningrado, porque en Leningrado el aire es húmedo, mientras que en el Asia Central no llueve casi nunca[1].