XV
Héctor Pons se echó hacia atrás y apoyó la cabeza en el respaldo de su módulo. Le dolían los ojos, así que los cerró. Con la mano derecha buscó el panel de mandos del módulo, adosado en el lateral de ese mismo lado, y tanteó las pequeñas teclas hasta dar con la que buscaba. La oprimió. Un suave masaje comenzó a relajar la tensión de su nuca. Lo puso al mínimo y pasó así los siguientes cinco minutos.
Por desgracia, no tenía sistema de dar un masaje a su cerebro.
Seguía pensando, pensando, pensando...
Llenó sus pulmones de aire y apagó el aparato. Todavía sin abrir los ojos, dijo en voz alta:
—Panel. Canal 12.
El panel comunitario, que ocupaba casi toda la pared frontal, se iluminó. Con los ojos cerrados percibió el cambio de luz, la súbita intensidad cromática. Luego escuchó la voz. El presentador del informativo hablaba de política global.
—...por lo que la reunión de la segunda quincena de enero entre los representantes de la Comunidad Europea, China y Estados Unidos, con Japón de observador asociado, se prevé vital y decisiva en todos los órdenes. El Frente de Países Islámicos ya ha anunciado que...
Siempre igual. Siempre lo mismo. Cambiaban los rostros de los presuntos enemigos, la geografía de los objetivos, la ideología, pero siempre había alguien contra quien luchar. O algo por lo que hacerlo, que era lo mismo. La raza humana seguía sin comprender.
La voz de un analista sustituyó a la del presentador. Hablaba en el tono categórico de los que se creen o se sienten en posesión de la verdad absoluta.
—La próxima Cumbre de las Tres Potencias, a las que Japón intenta desesperadamente sumarse de nuevo tras su pérdida de influencia a raíz de la crisis que hundió hace veinte años la economía del país, no sólo va a dirimir la supremacía global del planeta, sino que marcará las directrices por las que vamos a regirnos en los próximos diez, veinte o treinta años. El hecho evidente es que la militarización china está superando todas las expectativas, y que Estados Unidos está haciendo un esfuerzo para mostrar ante el mundo el viejo papel de gendarme de que hizo gala durante tantas décadas. Pero lo esencial, por lo que respecta a nosotros, es la propia debilidad de la Comunidad Europea. Máxime cuando las naciones del Frente de Países Islámicos, de quienes están cerca, es de Europa. El pulso se presenta oscuro, y no muy prometedor. Las diferencias entre Francia, Inglaterra, Alemania y España son cada vez más un freno para no perder la hegemonía que tanto nos costó ganar en el pasado. Las medidas restrictivas de la propia Comunidad Europea, y la falta de acuerdos internos, preocupan. Aquí todavía mantenemos la vieja discusión acerca de si liberalizamos la creación de máquinas, mientras que en China la clonación, prohibida en Estados Unidos y la Comunidad Europea, es un hecho. Allí la tecnología ilegal está a la orden del día, y, además, a través de la piratería, esta tecnología está llegando al Frente de Países Islámicos. En cambio aquí, se ha sabido ahora, se han cancelado al menos tres proyectos secretos para la NOTAN en los últimos tres meses. Proyectos tecnológicos que habrían situado a la Comunidad de nuevo al frente de un ambicioso marco en el que...
Héctor abrió los ojos y miró el panel.
Proyectos secretos.
Alta tecnología.
¿Sistemas PQ?
Probablemente, probablemente.
—Uno de los proyectos a los que me refiero es el de libre creación y desarrollo de estructuras bélicas vivas. Guerra inteligente. ¿Quién y por qué ha impedido que se lleven a cabo estos programas? No podemos echar las culpas a los pacifistas alemanes, ni a los integristas franceses, ni a los liberales ingleses ni a los moderados españoles. La culpa es de todos. En la Comunidad Europea aún estamos discutiendo el papel de las máquinas, de los vais, de cuanto suene a futuro. ¿Habría sido posible la reciente conquista espacial sin el papel de las máquinas? La polémica de que enviar una máquina al Espacio Profundo es utilizarla de conejillo de Indias me parece tan estúpida como la polémica acerca de si debería preservarse la pureza de la humanidad aboliendo las máquinas. Todos los extremos son nocivos, y la gran mayoría sufre los efectos de esas minorías egoístas. Si se hubieran aprobado los proyectos anulados, la Comunidad tal vez podría asistir a la Cumbre de las Tres Potencias con suficientes ases dispuestos para ser empleados con contundencia. Nuestras discusiones internas dan fuerza y alas a China y Estados Unidos, posibilitan la nada despreciable eventualidad de que Japón vuelva al grupo, y nos debilitan frente al rival, por no llamarlo enemigo, de nuestro sur geográfico. Por todo ello...
Héctor se arrellanó en su módulo, volvió a coger sus notas hechas a mano y comprobó las fechas.
Zen había sido ascendido a secretario tres meses antes de la muerte de PQ. Mat Tau había muerto dos semanas antes del asesinato de PQ. Los proyectos cancelados lo habían sido en los pasados tres meses según acababan de decir en el panel.
¿Casualidades?
¿Alguna relación?
El experto acabó de hablar con su voz grave y rotunda en el panel comunitario. Lo sustituyó de nuevo el presentador, que dio paso a una locutora, que a su vez, despidió el programa informativo con una ancha sonrisa.
Podía hundirse el mundo, producirse una hecatombe, pero ellos siempre sonreían.
Héctor se quedó mirando la pantalla y, unos segundos después, le pidió al ordenador central de asistencia:
—Fuera voz en panel.
Quedó la imagen. Sola.
Tras la muerte de PQ parecía esconderse una alargada sombra de misterio e intriga. Algo que él, difícilmente, podría llegar a desentrañar.
Altas esferas. Tal vez.
Y por si fuera poco, únicamente parecía verlo él. Nadie más.
—Qué lejos está el caso Grand —suspiró en voz alta.