GLOSARIO
Se citan a continuación algunos términos de la novela que resulta difícil consultar en el diccionario. Incluye ciertos vocablos ya en desuso y otros que en estas páginas se emplean con un significado distinto al acostumbrado, sea por el contexto en que aparecen o porque tuvieran una acepción diferente en la época.
Artalete: especie de empanadilla hecha con masa azucarada, que podía llevar relleno dulce o salado.
Bala: utensilio utilizado por el oficial batidor para entintar; usaba dos, una en cada mano. Estaban formadas por un casquete semiesférico de piel, relleno de lana, y un mango de madera.
Barato: cantidad de dinero que entregaba voluntariamente el ganador de un juego de azar.
Batidor: oficial de imprenta encargado de entintar los moldes de la forma antes de cada golpe de prensa. Su trabajo incluía también la limpieza con lejía de la susodicha forma una vez que la tirada había terminado. El periodo de aprendizaje para este oficio solía durar de tres a cuatro años.
Carro: parte móvil de una prensa que, por acción de una manivela, se deslizaba sobre unas bandas metálicas para introducir el pliego y la forma bajo el cuadro de presión. En su parte superior se encontraba el cofre.
Casado: operación consistente en situar cada molde de una página en el orden y orientación adecuados para que, al doblar el pliego impreso, cada página quedase en la correcta posición de lectura. Las páginas (que una vez doblado el pliego serán consecutivas), han de presentarse en cada cara del mismo en una predeterminada posición, pero no en su secuencia numérica.
Chibalete: armazón de madera donde se colocan las cajas para componer. Permitía mantenerlas en posición ligeramente inclinada para que el componedor seleccionase con mayor facilidad los tipos que necesitaba para la composición.
Churrián: vocablo de germanía usado para designar a un proxeneta.
Cofre: marco que sujetaba la forma a la prensa. Accionando una manivela, se deslizaba sobre unas guías metálicas para situarlo debajo del cuadro y permitir la impresión del pliego.
Componedor: (1): nombre que se daba en la época al oficial de imprenta encargado de la composición y el casado de la obra. En tiempos más modernos se lo denominaba cajista. Su periodo de aprendizaje solía durar de cuatro a seis años.
(2): aparato utilizado por el susodicho oficial para formar, con los tipos que correspondan, una línea de texto. Estaba formado por dos listones de madera o metal colocados en ángulo recto, con un tope fijo en un extremo y variable en el otro, para poder adaptarlo a la longitud prevista de la línea.
Composición: operación realizada en el taller de imprenta, consistente en formar, mediante la selección y combinación de los tipos adecuados, cada uno de los moldes que, una vez impresos, conformarán las páginas de un libro.
Cuadro: parte de la prensa que ejerce presión sobre el pliego en blanco y la forma entintada para realizar la impresión. Se trata de una superficie plana que desciende en vertical por un mecanismo accionado mediante una barra.
Cuarto (4.º): formato resultante de doblar el pliego dos veces, obteniéndose ocho páginas por pliego. Se utilizaba para las reediciones de los clásicos y para obras literarias, sobre todo aquellas que se publicaban en pliegos sueltos.
Divisorio: tabla delgada y alargada que se utilizaba en la composición de un texto. Sostenía las hojas del original, mantenidas en su posición por una especie de horquilla llamada mordante, que también servía como señal de la lectura.
Folio (2.º): el formato de mayor tamaño, que resulta al doblar el pliego una sola vez. Por cada pliego se obtienen, así, un total de cuatro páginas. Los libros impresos en este formato eran de difícil manejo y precio elevado: se usaba, sobre todo, para libros litúrgicos, tratados jurídicos, científicos y técnicos, ediciones de lujo y obras de consulta.
Formato: tamaño de un impreso en relación con el número de páginas que comprende cada pliego: folio, cuarto, octavo, dieciseisavo, treintaidosavo… El total de páginas se obtiene al doblar el pliego cierto número de veces y en determinada forma.
Frasqueta: bastidor fijado al tímpano de la prensa; está cubierto de pergamino o papel en el que se han abierto ventanas del tamaño de las páginas del formato en que se imprime, para impedir que se manchen de tinta los márgenes.
Galera: (1) tipo de embarcación de vela y remo, muy utilizada en la navegación por el Mediterráneo. Los remos estaban manejados por los galeotes, gran parte de los cuales eran esclavos o condenados por la justicia.
(2) utensilio utilizado en el taller de impresión. Se trataba de una tabla con listones en tres de sus lados, en la que se colocaban las líneas que iba formando con los tipos el componedor, hasta formar con ellas la galerada.
Ingenio: instrumento usado por los encuadernadores para cortar los cantos de los libros.
Forma: conjunto formado por todos los moldes que componen un pliego sujetos por la rama. Es una copia, en metal y con los caracteres invertidos (a modo de visión en un espejo), de la parte del texto que ocupará una cara del pliego.
Letuario: confitura hecha a base de cáscara de naranja amarga y miel. El desayuno de las clases trabajadoras urbanas incluía un trago de aguardiente junto al letuario. Los vendedores ambulantes comenzaban a pregonarlo en las calles con las luces del alba.
Letrería: cada una de las diferentes clases de tipo de imprenta, cuyo conjunto de caracteres estaba diseñado y/o elaborado por un fundidor.
Lliura (libra catalana): antigua unidad monetaria catalana, cuyo valor fluctúa dependiendo de la época.
Luterano: término con el que en la época se denominaba al seguidor de cualquiera de las iglesias protestantes, con independencia de que siguieran las tesis de Lutero o de algún otro de los reformadores.
Molde: conjunto de tipos ya compuestos equivalente a una página del libro impreso.
Octavo (8.º): formato resultante de doblar el pliego tres veces, obteniéndose dieciséis páginas por pliego. Los formatos más pequeños permitían la publicación de textos no muy extensos a precios asequibles, lo que favoreció un incremento notable del octavo desde mediados del siglo XVI. Fue el formato más común en la época, seguido del cuarto.
Pliego: cantidad de papel que, en la época, representaba la unidad de impresión. Era el único tamaño de papel con el que se podía trabajar en una prensa. Doblado cierto número de veces, en determinada forma, dará el formato resultante del libro.
Rama: bastidor rectangular de hierro que servía para fijar los moldes y trasladarlos desde la mesa de composición hasta la prensa sin que los tipos se descolocaran. La fijación se lograba por medio de una pieza metálica en el centro, llamada crucero, y guarniciones en los lados, que se apretaban por medio de tornillos.
Ropera: tipo de espada más usado en la época, de hoja larga y recta, esgrimida a una mano. Hoy en día se la conoce bajo la denominación de «estoque».
Sayuelo: una de las denominaciones dadas en la época a la prenda femenina también conocida como cuerpo, que cubría el torso dejando ver las mangas y la pechera de la camisa.
Tímpano: parte de la prensa; bastidor rectangular sobre el que se colocaba el pliego de papel en blanco, y que, al girar por medio de unas bisagras, lo situaba sobre la forma ya entintada. Así se evitaba que el pliego de papel se manchase, como ocurriría si se pusiese directamente sobre aquella.
Tipo: cada uno de los caracteres fundidos en metal que el componedor utilizaba para formar las líneas y páginas de un libro; tenían el sentido inverso (a modo de visión en un espejo) respecto a lo que se vería en el pliego impreso. Podían representar letras, espacios o signos.
Tirador: oficial de imprenta encargado del manejo de la prensa propiamente dicha. Su periodo de aprendizaje solía durar de tres a cuatro años. Volteaba la manivela que deslizaba la forma bajo el cuadro y, a continuación, tiraba de la barra, que, al bajar el cuadro, imprimía una mitad del pliego. Se encargaba, además, de colocar los pliegos en blanco y de retirarlos una vez impresos. El trabajo requería de grandes dosis de precisión, fuerza y resistencia física. Se estima que, en la época, la tirada diaria solía alcanzar los mil quinientos pliegos, o seis mil golpes de prensa.
Tórculo: prensa usada para estampar grabados.
Volandera: tabla muy fina que ocupa el fondo de la galera y que sobresale de la misma por el lado abierto, permitiendo deslizarla y extraer la galerada ya compuesta.