CAPÍTULO 20

Hardin

Contemplo la enorme casa de mi padre sin decidirme a entrar.

Karen ha adornado el jardín con demasiadas luces, pequeños árboles de Navidad y lo que parece ser un reno bailarín. Un Santa Claus hinchable se retuerce con el viento, es como si se estuviera burlando de mí. Salgo del coche y pedazos de billetes de avión rotos revolotean por el asiento hasta que cierro la puerta.

Voy a tener que llamar para que me reembolsen los billetes o me los cambien por otros; de lo contrario, habré tirado dos mil pavos a la basura. Debería irme yo solo y escapar de este país de mierda una temporada pero, no sé por qué, volver a casa, a Londres, no me apetece nada sin Tessa. Menos mal que a mi madre no le ha parecido mala idea lo de venir a verme. De hecho, me da la impresión de que le hace ilusión venir a Estados Unidos.

Toco el timbre e intento buscar una excusa que explique qué hago aquí. Pero Landon aparece antes de que se me ocurra nada.

—Hola —lo saludo cuando abre la puerta.

—¿Hola? —pregunta.

Me meto las manos en los bolsillos, sin saber qué decir ni qué hacer.

—Tessa no está aquí —dice yendo a la sala de estar, indiferente a mi presencia.

—Sí… Ya lo sé. Está en Seattle —digo pisándole los talones.

—¿Entonces?

—Pues… He venido a… a hablar contigo… o con mi padre. Quiero decir, Ken —divago.

—¿Hablar? ¿De qué?

Saca el punto del libro que lleva en la mano y empieza a leer. Quiero arrancárselo de las manos y tirarlo al fuego de la chimenea, pero eso no va a llevarme a ninguna parte.

—De Tessa —respondo en voz baja. Le doy vueltas al piercing del labio con los dedos, esperando que Landon se eche a reír.

Él me mira y cierra el libro.

—A ver si lo entiendo… Tessa no quiere saber nada de ti y por eso has venido… ¿a hablar conmigo? ¿O con tu padre? ¿Incluso con mi madre?

—Sí… Supongo… —Joder, qué pesado es. Como si esto no fuera ya bastante humillante.

—Vale… Y ¿qué te hace pensar que me importas un pimiento? Personalmente, creo que Tessa no debería volver a dirigirte la palabra y, a estas alturas, creía que ya habrías pasado a la siguiente.

—No seas capullo. Ya sé que la he cagado…, pero la quiero, Landon. Y sé que ella me quiere a mí. Lo que ocurre es que está muy dolida.

Él respira hondo y se rasca la barbilla con los dedos.

—No sé, Hardin. Lo que le has hecho no tiene perdón. Confiaba en ti y la humillaste delante de todo el mundo.

—Lo sé…, lo sé. Joder, ¿te crees que no lo sé?

Suspira.

—Bueno, si has venido aquí a pedir ayuda, imagino que comprendes lo mal que está la situación.

—Y ¿qué crees que debería hacer? No como su amigo, sino como mi…, ya sabes, como el hijastro de mi padre.

—¿Quieres decir como tu hermanastro? Tu hermanastro. —Landon sonríe. Pongo los ojos en blanco y él se ríe—. ¿Has podido hablar con ella?

—Sí… De hecho, anoche fui a Seattle y dejó que me quedara con ella —le digo.

—¿Qué? —inquiere muy sorprendido.

—Sí. Estaba borracha. Muy borracha, y prácticamente me obligó a que me la follara. —Por su expresión, entiendo que no he elegido bien las palabras—. Perdona… Me obligó a que me acostara con ella. Bueno, no tuvo que obligarme, porque yo quería hacerlo, ¿cómo iba a decirle que no?… Es… es…

«¿Por qué le cuento todo esto?»

Landon agita la mano en el aire.

—¡Vale, vale! Ya lo pillo.

—En fin, que esta mañana le he dicho una gilipollez que no debería haberle dicho sólo porque me ha contado que ha besado a otro.

—¿Tessa ha besado a otro? —pregunta con incredulidad.

—Sí…, a un pavo en un puto club —gruño. No quiero ni pensarlo.

—Madre mía, sí que debe de estar cabreada contigo.

—Lo sé.

—Y ¿qué es eso que le has dicho esta mañana?

—Le he dicho que ayer me follé a Molly —confieso.

—¿En serio? Quiero decir…, ¿de verdad te acostaste ayer con Molly?

—No, joder, no. —Niego con la cabeza.

«¿Qué demonios está pasando? ¿Cómo es que estoy teniendo una charla rarísima a corazón abierto ni más ni menos que con Landon?»

—Y ¿por qué se lo has dicho entonces?

—Porque estaba cabreado. —Me encojo de hombros—. Porque había besado a otro.

—Vale… O sea, que le has dicho que te has acostado con Molly sabiendo que Tess la odia sólo para hacerle daño.

—Sí…

—Gran idea —replica, y pone los ojos en blanco.

Entonces le borro el sarcasmo de la cara soltando una bomba:

—¿Tú crees que me quiere? —Tengo que saberlo.

Landon levanta la cabeza, se ha puesto muy serio de repente.

—No lo sé… —Miente de pena.

—Dímelo. La conoces mejor que nadie, aunque no tanto como yo.

—Te quiere, pero por el modo en que la traicionaste, está convencida de que tú no la has querido nunca.

Se me vuelve a partir el corazón. Y no me puedo creer que le esté pidiendo ayuda, pero la necesito.

—¿Qué puedo hacer? ¿Vas a echarme una mano?

—No lo sé… —Me mira sin saber qué decir, pero seguro que nota lo desesperado que estoy—. Supongo que puedo intentar hablar con ella. El lunes es su cumpleaños. Eso lo sabes, ¿no?

—Sí, claro que lo sé. ¿Has hecho planes con ella? —le pregunto. Más le vale responder que no.

—No, me ha dicho que iba a ir a casa de su madre.

—¿A casa de su madre? ¿Por qué? ¿Cuándo has hablado con ella?

—Me ha enviado un mensaje hace un par de horas. Y ¿qué otra cosa va a hacer? ¿Pasar su cumpleaños sola en un motel?

Decido ignorar ese último comentario. Si no hubiera perdido los nervios esta mañana, es posible que me hubiera dejado quedarme esta noche también con ella. Y ahora está en Seattle con el dichoso Trevor.

Se oyen pasos que bajan la escalera y mi padre aparece en la puerta instantes después.

—Me ha parecido oír tu voz…

—Sí… He venido a hablar con Landon —miento.

Bueno, es una verdad a medias. He venido a hablar con el primero que pillase. Soy patético.

Mi padre parece sorprendido.

—¿Ah, sí?

—Sí. Otra cosa, mamá llega el martes por la mañana —le digo—. Para pasar las Navidades.

—Me alegra saberlo. Te echa muchísimo de menos.

Me gustaría contestarle, soltarle algún comentario sobre la mierda de padre que es, pero no tengo fuerzas.

—Bueno, os dejo que habléis —añade, y se vuelve para subir por la escalera—. Oye, Hardin… —dice a mitad de camino.

—¿Sí?

—Me alegra verte aquí.

—Vale —contesto. No sé qué otra cosa decir.

Mi padre me sonríe y sigue subiendo.

Vaya día de mierda. Me duele la cabeza.

—Bueno… Pues ya me voy… —le digo a Landon.

Asiente.

—Haré lo que pueda —me promete mientras me acompaña a la salida.

—Gracias —digo. Y, cuando los nos quedamos de pie incómodos en el umbral, mascullo—: Sabes que no voy a darte un abrazo ni a hacer ninguna otra gilipollez parecida, ¿no?

Salgo y lo oigo reírse y cerrar la puerta.

En mil pedazos
Cubierta.xhtml
Sinopsis.xhtml
Titulo.xhtml
info.xhtml
NotaEditor.xhtml
dedicatoria.xhtml
Prologo.xhtml
Cap001.xhtml
Cap002.xhtml
Cap003.xhtml
Cap004.xhtml
Cap005.xhtml
Cap006.xhtml
Cap007.xhtml
Cap008.xhtml
Cap009.xhtml
Cap010.xhtml
Cap011.xhtml
Cap012.xhtml
Cap013.xhtml
Cap014.xhtml
Cap015.xhtml
Cap016.xhtml
Cap017.xhtml
Cap018.xhtml
Cap019.xhtml
Cap020.xhtml
Cap021.xhtml
Cap022.xhtml
Cap023.xhtml
Cap024.xhtml
Cap025.xhtml
Cap026.xhtml
Cap027.xhtml
Cap028.xhtml
Cap029.xhtml
Cap030.xhtml
Cap031.xhtml
Cap032.xhtml
Cap033.xhtml
Cap034.xhtml
Cap035.xhtml
Cap036.xhtml
Cap037.xhtml
Cap038.xhtml
Cap039.xhtml
Cap040.xhtml
Cap041.xhtml
Cap042.xhtml
Cap043.xhtml
Cap044.xhtml
Cap045.xhtml
Cap046.xhtml
Cap047.xhtml
Cap048.xhtml
Cap049.xhtml
Cap050.xhtml
Cap051.xhtml
Cap052.xhtml
Cap053.xhtml
Cap054.xhtml
Cap055.xhtml
Cap056.xhtml
Cap057.xhtml
Cap058.xhtml
Cap059.xhtml
Cap060.xhtml
Cap061.xhtml
Cap062.xhtml
Cap063.xhtml
Cap064.xhtml
Cap065.xhtml
Cap066.xhtml
Cap067.xhtml
Cap068.xhtml
Cap069.xhtml
Cap070.xhtml
Cap071.xhtml
Cap072.xhtml
Cap073.xhtml
Cap074.xhtml
Cap075.xhtml
Cap076.xhtml
Cap077.xhtml
Cap078.xhtml
Cap079.xhtml
Cap080.xhtml
Cap081.xhtml
Cap082.xhtml
Cap083.xhtml
Cap084.xhtml
Cap085.xhtml
Cap086.xhtml
Cap087.xhtml
Cap088.xhtml
Cap089.xhtml
Cap090.xhtml
Cap091.xhtml
Cap092.xhtml
Cap093.xhtml
Cap094.xhtml
Cap095.xhtml
Cap096.xhtml
Cap097.xhtml
Cap098.xhtml
Cap099.xhtml
Cap100.xhtml
Cap101.xhtml
Cap102.xhtml
Cap103.xhtml
Cap104.xhtml
Cap105.xhtml
Cap106.xhtml
Cap107.xhtml
Cap108.xhtml
Cap109.xhtml
Cap110.xhtml
Cap111.xhtml
Cap112.xhtml
Cap113.xhtml
Cap114.xhtml
Cap115.xhtml
Cap116.xhtml
Cap117.xhtml
Cap118.xhtml
Cap119.xhtml
Cap120.xhtml
Cap121.xhtml
Cap122.xhtml
Cap123.xhtml
Agradecimientos.xhtml