EL SEMANARIO
DE DOT WEEMS
SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)
1 DE DICIEMBRE DE 1938
NIEVA EN WHISTLE STOP
Todo un regalo para nosotros: ¡ha nevado! Cualquiera habría dicho la semana pasada que Whistle Stop está en el polo norte. ¿Hay algo más bonito que los acebos nevados? Me parece que no. Pero, gracias a Dios, sólo nieva una vez cada diez años. Mi otra mitad, que está convencido de saber conducir por peor tiempo que haga, se empeñó en llevar a dar una vuelta en el coche a sus perros de caza, patinó y se metió en una acequia. Así que la pobrecita que verán implorando que alguien la lleve, durante un mes, que es lo que van a tardar en arreglarle el coche, seré yo.
Sí, han acertado: mi otra mitad es el mismo que cogió el coche cuando nos cayó aquella tormenta con granizo como pelotas de béisbol (nos tardaron tres semanas en cambiar el parabrisas). Y es el mismo a quien le cayó un rayo mientras pescaba en el río en un bote de remo. Así que, en cuanto vean que se avecina mal tiempo y vean a Wilbur, mándenlo a casa, que ya me encargaré yo de encerrarlo en el armario bajo llave, no sea que un huracán se me lo lleve quién sabe adonde… ¿Con quién iba a pelearme entonces?
Me ha dicho un pajarito que Bill el del Ferrocarril ha saqueado cinco trenes en una semana. Y en seguida he ido a la peluquería de Gladys Kilgore y me ha dicho que su marido, Grady, que trabaja para el Ferrocarril, está que se sube por las paredes.
Por cierto, si Bill el del Ferrocarril lee esto, ¿por qué no tira del tren un coche nuevo antes de que Grady lo atrape? Necesito uno…
DOT WEEMS