Patricia Neal, que protagonizó con él tres películas de la Warner, opinó una vez: «Reagan era un hombre liberal cuando lo conocí. Y pienso que lo siguió siendo hasta que conoció a su actual mujer».
Nancy consideraba a su padrastro, un cirujano de Chicago llamado Loyal Davis, como a su verdadero padre. Se dice que este caballero observaba una conducta «intolerante con las minorías». En 1980, mientras se encontraba en Chicago recolectando fondos para la campaña presidencial, Nancy habló con su marido a través del micrófono y, ante los oídos de una multitud de periodistas, manifestó cuánto le habría gustado que él estuviera allí para ver «tanta hermosa gente blanca reunida».
«El único estreno sobre el cual se me ocurre escribir este mes es el de Bedtime for Bonzo, en cierto modo empañado porque uno de sus protagonistas, un chimpancé, había muerto la víspera».
Grace Fischler en «Motion Picture», junio de 1951
Después de su segundo matrimonio, la carrera de Reagan se vio confinada a un puñado de fiascos serie B. En 1954, iniciaría una segunda andadura en la televisión. «Recuerdo que Ronnie nos pedía a todos que no entráramos a la tele porque era la peor enemiga del cine», cuenta Ann Sheridan. «Pero antes de que pudiéramos percatarnos ya aparecía en los entreactos del “General Electric Theater” leyendo anuncios con sus lentes de contacto». En 1961, Reagan habló en un acto en favor de la reelección del congresista John Rousselot, de la John Birch Society. En 1962, pasó del todo a las filas republicanas. Ese mismo año lo echaron del programa patrocinado por la General Electric porque los discursos que pronunciaba fuera de la pantalla eran demasiado de derechas incluso para el gusto de la compañía.
«Era un niño muy tonto. Todos lo llamaban el Pequeño Ronnie Reagan».
Bette Davis