FÁBULA XI

Los dos Conejos

(No debemos detenernos en cuestiones frívolas, olvidando el asunto principal.)

Por entre unas matas,

seguido de perros

(no diré corría),

volaba un Conejo.

De su madriguera5

salió un compañero,

y le dijo: «Tente,

amigo; ¿qué es esto?»

—«¿Qué ha de ser?, responde:

sin aliento llego…10

dos pícaros galgos

me vienen siguiendo.»

—«Sí (replica el otro),

por allí los veo…

pero no son galgos.»15

—«¿Pues qué son?» —«Podencos.»

—«¿Qué? ¿Podencos dices?

Sí, como mi abuelo.

Galgos y muy galgos,

bien vistos los tengo.»20

—«Son podencos: vaya,

que no entiendes de eso.»

—«Son galgos te digo.»

—«Digo que podencos.»

En esta disputa,25

llegando los perros,

pillan descuidados

a mis dos Conejos.

Los que por cuestiones

de poco momento30

dejan lo que importa,

llévense este ejemplo.