FÁBULA XVI

La Avutarda

(Muy ridículo papel hacen los plagiarios que escriben centones.)

De sus hijos la torpe Avutarda

el pesado volar conocía,

deseando sacar una cría

más ligera, aunque fuese bastarda.

A este fin muchos huevos robados,5

de alcotán, de jilguero y paloma,

de perdiz y de tórtola, toma,

y en su nido los guarda mezclados.

Largo tiempo se estuvo sobre ellos;

y aunque hueros salieron bastantes,10

produjeron por fin los restantes

varias castas de pájaros bellos.

La Avutarda mil aves convida

por lucirlo con cría tan nueva;

sus polluelos cada ave se lleva,15

y hete aquí la Avutarda lucida.

Los que andáis empollando obras de otros,

sacad, pues, a volar vuestra cría.

Ya dirá cada autor: «Ésta es mía";

y veremos qué os queda a vosotros.20