He aquí un sitio donde Lebowskis de carne y hueso beben cócteles junto a productores de Hollywood amantes del martini; donde ratas del surf, punks del monopatín, amas de casa de clase media y artistas callejeros se reúnen a lo largo de una sublime costa cuyas olas lamen las faldas de una cordillera alfombrada de chaparros. Bienvenidos a Santa Mónica, la bonita y atractiva hermana pequeña, entre hippy y moderna, de LA, su contrapeso kármico y, para algunos, su salvación.
Lo mejor en un día
Desayunar
en Huckleberry (Clicar)
y luego caminar hasta Wilshire para ver los riscos de Palisades Park (Clicar)
y empaparse de todo. Dirigirse a continuación al sur, hacia el mar,
hasta el muelle de
Santa Mónica (Clicar).
Si se viaja con niños, hay que subir a la noria de Pacific Park (Clicar).
De lo contrario, mejor pasear hasta el final del muelle para ver a
los pescadores y luego, bajar a Santa Monica Beach para remojarse los
pies o alquilar una bicicleta o unos patines en Perry’s (Clicar).
Tacos Por Favor (Clicar)
es una auténtica taquería. Después de comer se puede dar un paseo e
ir de compras por Third Street
Promenade (Clicar)
y, según avanza la tarde, abrirse paso hasta Main St y el
California Heritage
Museum (Clicar),
para regresar a la playa a tiempo de ver la puesta de sol.
Para la
cena se recomienda el Bar
Pintxo (Clicar),
con excelentes vino y tapas. Si es miércoles, hay que dirigirse a
Harvelle’s (Clicar)
para ir a la House of Vibe All-Stars. Si no, una buena opción es la
Basement Tavern (Clicar),
en Main St.