Si el viajero nació demasiado tarde y siempre ha sentido celos del apogeo hippie, debe ir hasta este paseo marítimo e inhalar el aire impregnado de incienso de Venice, población costera bohemia y veterano refugio de artistas, seguidores de la new age, trotamundos cansados de la carretera, frikis y espíritus libres.
Lo mejor en un día
Codearse
con las masas despeinadas de Intelligentsia (Clicar),
para disfrutar del mejor café matutino de LA. Dar un paseo por
Abbot Kinney Blvd
(Clicar),
entrando en tiendas y galerías y fundiéndose con el ambiente
bohemio y artístico.
El precio fijo
del menú de almuerzo de Joe’s (Clicar)
es demasiado bueno para perdérselo. Luego se puede pasear por
Venice Canals (Clicar)
antes de ir a Venice
Boardwalk (Clicar)
a ver cómo se ponen a tono los musculitos en Muscle Beach (Clicar),
los grafitis (Clicar)
y a los patinadores del Skate
Park (Clicar).
Al caer la
noche, en Rose Ave se podrá tomar un vino y picar algo en
Venice Beach Wines
(Clicar)
u optar por los espectaculares cócteles y la pasta de Tasting Kitchen (Clicar).
Después hay que volver a Abbot Kinney, sobre todo, si es un el
primer viernes de mes, cuando se celebran los First Friday (Clicar)
, o incluso si es domingo o lunes, cuando en Hal’s (Clicar)
se oye jazz en directo gratis.