Más pistas
• Una hermana de «Boni», Demetria, de 60 años, también viuda, que en el momento del crimen vivía con la víctima, aunque había ido a cumplir un recado, le preguntó a «Boni» qué había sucedido, por qué había hecho que su hijastro abandonara la casa. En un principio, «Boni» no quiso responderle.
• Finalmente, rendida ante la insistencia de su hermana, le confesó que su hijastro trataba de mantener con ella relaciones amorosas.
• Todos cuantos supieron la historia del acoso sexual del hijastro tranquilizaron a la viuda asegurándole que Alfredo no sería capaz de agredirla.
• La mañana del lunes en el que sucedió el crimen, Emilio, «el Trueno», estuvo en paradero ignorado. Quienes le conocían supusieron que muy bien podía haber ido al asalto de alguna mujer indefensa. Por ejemplo, conocía las condiciones de «Boni» y sus preparativos para dejar la casa durante un tiempo, el que seguramente necesitaría a fin de estar en observación en el hospital. Tal vez habría hecho acopio de dinero porque la mujer querría que sus hijos estuvieran bien atendidos mientras ella estaba fuera. El dinero que hubiera reunido lo tendría quizá encima porque hasta el último momento lo habría guardado para dárselo a sus familiares en presencia de los hijos mayores. «Boni» era muy cuidadosa con el dinero.
• A «Boni» la mataron sin que nadie pudiera socorrerla. Le dieron «una muerte traidora», según su hermana.
• Algunos de los hijos estaban en un colegio-asilo y apenas se enteraban de lo que pasaba en casa de su madre. Por eso fueron los más sorprendidos por la tragedia.
• Entre el padrastro y los chicos mayores hubo desavenencias debidas a las malas relaciones entre la pareja Alfredo-«Boni».
• Según contaron los hijos mayores, a cada rato surgían las disputas, reñían, surgían las amenazas, los insultos, y hasta alguna vez, recordaron después del crimen, «se fueron de las manos».
• «Nuestro hermanastro Alfredo —ratificaban los hijos mayores— se interponía entre nuestra madre y su padre, y siempre le quitaba a éste la razón».
• Emilio, «el Trueno», se había hecho el propósito de obtener un beneficio de «Boni», aunque ésta vivía ajena a sus pretensiones. El día del crimen rondaba su calle para ver en qué quedaba lo que había oído de su salida durante varios días camino del hospital. Emilio llevaba en uno de los bolsillos el revólver siempre a punto.
• Alfredo estaba delicado del pecho. Probablemente sufría una tuberculosis. En casa de «Boni» le habían considerado un hermano más. Aportaba dinero de su jornal y le estaban agradecidos por su comportamiento. Era el mayor de todos. Al principio parecía natural que tratara de imponer su autoridad en la casa, y él intentó comportarse como si fuera el dueño, el hombre de la casa, el cabeza de familia.