Es el segundo museo de arte más importante del país y posee una extraordinaria colección de pinturas impresionistas y postimpresionistas, solo superada por las de Francia, y un ingente número de obras surrealistas. Un sinfín de pasillos de mármol y cristal conducen a salas llenas de grabados japoneses, urnas griegas, armaduras y un gran lienzo neoimpresionista de Seurat. La Modern Wing alberga cuadros de Picasso y Miró.
Indispensable
Obras ineludibles: 2ª planta
La gran obra maestra es Un domingo de verano en la Grande Jatte, de Georges Seurat (galería 201), que el artista tardó dos años en completar. Le sigue Los halcones de la noche, de Edward Hopper (galería 262). Para este conmovedor retrato, el artista se inspiró en un restaurante de Greenwich Ave, Manhattan. La siguiente sala contiene Gótico americano, de Grant Wood (galería 263), el sombrío retrato de un granjero y su hija.
Obras ineludibles: otras plantas
Destaca America Windows (galería 144), unos inmensos vitrales azules obra de Marc Chagall para conmemorar el bicentenario de la independencia de EE UU. Otro lienzo favorito es El viejo guitarrista ciego, de Pablo Picasso (galería 391), perteneciente a su período azul. No muy lejos se halla La invención de los monstruos, de Salvador Dalí (galería 396), pintado en Austria antes de la anexión nazi.
Otras obras interesantes
Las salas Thorne de miniaturas (planta baja, galería 11) y la colección de pisapapeles (planta baja, galería 15) son fascinantes. La Modern Wing acoge obras de Miró y Brancusi, entre otros, así como innovadoras piezas multimedia.