Otrora muelle municipal de la ciudad, el Navy Pier es hoy la atracción más visitada de Chicago, como acreditan los ocho millones de visitantes que abarrotan cada año sus 800 m. Los lugareños suelen quejarse de lo comercial que se ha vuelto, pero ni siquiera ellos se resisten a las cautivadoras vistas del lago, la brisa y, en verano, los magníficos espectáculos pirotécnicos. A los niños les encantan las atracciones, los locales de comida rápida y los puestos de chucherías.
Indispensable
Noria y otras atracciones
Ninguna visita al muelle sería completa sin disfrutar de un viaje en la mastodóntica noria (recientemente ampliada, de 45 a 60 m). El carrusel es otro clásico, con caballos tallados y música de órgano. También hay un campo de minigolf de 18 hoyos situado entre las atracciones, que cuestan 6-8 US$, y cerca de la entrada principal se encuentra el Chicago Children’s Museum.
Teatros y circuitos en barco
El Skyline Stage, un auditorio al aire libre, con capacidad para 1500 personas y una inmaculada cubierta blanca, acoge actuaciones musicales y funciones teatrales en verano. Redondean la propuesta un cine IMAX y el Chicago Shakespeare Theater. Varias compañías ofrecen circuitos en barco con salida desde el extremo sur del muelle; las opciones abundan, desde goletas de varios mástiles a motoras.
Pasado y futuro
Desde su inauguración en 1916, el Navy Pier ha servido como atareado puerto, centro de formación de la Marina en la II Guerra Mundial, campus universitario, centro de convenciones y, actualmente, complejo de ocio. En los últimos años las autoridades están haciendo lo posible para mejorar su reputación, empezando por una multimillonaria renovación que prevé incorporar una pista de hielo, restaurantes de categoría y mucho más con vistas al bienio 2016-2017.