LOS CLIENTES
Veracruz, Nuevo León, Sinaloa, Tamaulipas, Puebla y la zona metropolitana del Distrito Federal son, desde 2007, las entidades con mayor ordeña de combustible a través de tomas clandestinas realizadas en ductos.
Muchas aberturas se instalan en terrenos que son propiedad de trabajadores de Pemex, líderes sindicales, funcionarios o personal de cualquier nivel. Así lo hizo un empleado de la Refinería de Minatitlán con categoría de cabo de mantenimiento, que en la calle Alejandro Mendoza, sin número, en la colonia Centro, en Nanchital, abrió una fonda que encubre su negocio más redituable: una toma clandestina en el traspatio, de la que incluso abastece la camioneta que Pemex le asignó y que usa para sus asuntos privados.
En Veracruz, en este tipo de terrenos instalaba sus tomas un grupo delictivo conocido como Los Niños de Oro, el cual es una célula dirigida por Venancio Lara Vallecillo, el Nacho, que la PGR vincula al cártel de Los Zetas.
En flagrancia, en julio de 2010, en Cosamaloapan fueron detenidos Sergio Barrada Herrera, el Cheo; Indalecio Pineda Santacruz, el Pepe; Jorge Silva Herrera, el Chuy; Cornelio Zavaleta Cándido y Sergio Contreras León, el Mafer. Su toma clandestina abastecía directamente la pipa con placas de circulación del Servicio Público Federal 136AK4. (AP/PGR/VER/COS/I/095/2010).
A partir de 2008, incluso las áreas con mayor vigilancia por su cercanía a la capital del país, como el ducto de San Martín Texmelucan, en Puebla, registraron una creciente incidencia de tomas clandestinas. Se intensificó un mercado negro de refinados extraídos en la zona y otros llevados desde Poza Rica (diesel) y de Tula (gasolina), comercializados en San Martín Texmelucan y poblados aledaños como Esperanza; y Maltrata, en Veracruz. Los reportes internos de Pemex indican que los expendedores pagan a los policías locales de 200 a 300 pesos semanales para que los dejen vender en turnos de ocho horas.
El combustible sustraído ilegalmente en territorio veracruzano tiene poderosos clientes, como lo develó la detención que en mayo de 2009 hizo la policía capitalina de un grupo de 39 personas que sacaban diesel de las instalaciones de Pemex en Poza Rica, para vendérselo a la compañía Bautech[3] en el Distrito Federal.
La sustracción se estimó en 120 mil litros mensuales que la compañía compraba 30 por ciento más barato que su precio real. El combustible ordeñado era trasladado a las instalaciones de Procesadora de Especialidades Industriales, en Poza Rica. Desde allí, el propietario de esa empresa lo enviaba a un almacén de Auto Express Especializado Teoloyucan (AETSA), en el Estado de México, y posteriormente era vendido a compañías como Bautech y otras.
Indagaciones de la PGJDF determinaron que AETSA distribuía diesel hasta cuatro veces por semana, en cantidades que iban de 10 mil a 20 mil litros, según explicó el procurador capitalino Miguel Ángel Mancera: “Tenían de 5 a 10 pedidos mensuales de aproximadamente 12 mil litros cada uno. El precio oficial del diesel es de 6.61 al productor y 7.78 al público, por lo que estos señores lo adquirían entre 5 y 5.50 pesos por litro”. Mancera aseguró que los empleados de la empresa sabían que el combustible era hurtado, pues cada litro que recibían era facturado como aceite.