TROUTVILLE
(ALABAMA)
2 DE JUNIO DE 1917
Cuando Sipsey le puso a Onzell en el regazo los dos gemelos que acababa de dar a luz, no pudo dar crédito a sus ojos. El mayor, para quien eligió el nombre de Jasper, era de color café con leche, y el otro, Artis, era negro como el carbón.
Luego, al verlos, a Big George le dio un ataque de risa.
Sipsey no hacía más que mirarle la boca a Artis.
—Fíjate, George, tiene las encías azules —dijo meneando la cabeza desmayadamente—. ¡Válganos Dios!
Pero Big George, que no era supersticioso, siguió desternillándose…
Diez años después ya no le pareció tan divertido. Acababa de azotar a Artis hasta casi matarlo por haberle clavado un cortaplumas a su hermano Jasper. Artis le había clavado el cortaplumas cinco veces en el brazo antes de que llegase un chico mayor, lo separase y lo tirase al suelo.
Jasper se había levantado y había salido corriendo al café, sujetándose el brazo que le sangraba y llamando a su madre. Big George estaba en la parte de atrás, haciendo carne a la barbacoa, vio a Jasper y corrió con él a casa del médico.
El doctor Hadley le limpió las heridas y le vendó y, al decirle Jasper al médico que había sido su hermano quien se lo había hecho, Big George se sintió humillado.
Aquella noche la pasaron los dos hermanos quejándose de dolor y sin poder dormir. Estaban allí echados en la cama, mirando a través de la ventana la luna llena y escuchando el cricri de los grillos y el croar de las ranas.
Artis miró a su hermano, que parecía casi blanco a la luz de la luna.
—Ya sabía yo que no tenía que hacerlo…, pero le cogí el gusto y no pude parar.