Capítulo 41
HERIDO
Se desborda la tarde entre los chopos y veo tu manzano prepararse para este otoño recién nacido.
Estoy cansado, Cris, herido de recordar lo que te cuento. Y cansado.
¿Sabes? El jardín se ensombrece con vocación de noche, pero el cielo se resiste y sigue luminoso. En unos minutos todo quedará fundido entre las sombras y yo —como Miguel— seguiré umbrío por la pena, casi bruno, caminando despacio por mis cosas y con la cruz a cuestas del no olvido.
Estoy herido, Cris, y me duele recordar; me cuesta tanto regresar a ese pasado que
Todo esto carece de sentido.