África
África era fundamental para la economía de Roma. Baste recordar que, según Estrabón, en la época de Augusto el mayor número de barcos cargueros que arribaban a Roma procedían de África. El África Proconsular fue tierra de asentamiento de colonos en gran número. De Mauritania Tingitana procedía la caballería mora, representada en acción en la Columna Trajana. La urbanización había hecho grandes progresos en la época de Adriano. El séquito que acompañó a Adriano en su viaje, como en todos los que realizó, era numeroso. Posiblemente, le acompañó su esposa Sabina, por lo menos lo hizo en Egipto. Participó el joven senador, nacido en Aquileya, T. Cesennio Quinciano, que fue comes de Sicilia, de África y de Mauritania en tiempos de Adriano. Probablemente, iba también L. Julio Vestino, el supuesto sucesor de Suetonio en el cargo. Igualmente, se unió al séquito del emperador en un viaje, una nube de libertos y esclavos de la Casa Imperial, y un destacamento del cuerpo de la guardia a caballo. Se ha supuesto, según indica A. Birley, que en la comitiva iba también Amano de Nicomedia, que hizo una descripción minuciosa de la cacería de los onagros por los númidas, tan detallada, que presupone una visión directa de la caza. A. Birley supone que Adriano volvió a Sicilia tres años después de su primera visita, cuando ascendió al Etna. Visitaría esta segunda vez el extremo occidental de la isla, desde donde se pasaba con gran facilidad a Cartago, la capital del África Proconsular. El procurador de la provincia Cesariense era un antiguo amigo de Adriano, Vettio Latrón, nacido en Tuburbus Maius. El gobernador de la provincia de Mauritania Tingitana era M. Gavio Maximo, que acabó como prefecto de la guardia imperial. Sólo se sabe por la Historia Augusta que Adriano cruzó África y otorgó muchos favores a las provincias africanas, y que a muchas ciudades las llamó Hadrianópolis. Se conoce la política de carácter social y económico seguida por Adriano, que concedió a los agricultores el derecho de asentarse en tierras abandonadas y marginales, de lo que habla en otro lugar.
A. Birley menciona algunas de las ciudades que se vieron favorecidas por Arriano, como Utica, antigua residencia del gobernador romano durante la República romana. Desde el año 36 a.C. era municipio. Adriano le concedió el título de colonia a petición de sus habitantes, que lo consideraban de más distinción, al igual que los de Itálica, a pesar de disfrutar de sus leyes y costumbres. Los municipios de antigua creación sólo habían obtenido la condición jurídica latina. Una innovación importante de Adriano, de las muchas que introdujo, fue el disfrute del derecho latino, el ius Latii, que Vespasiano concedió a todos los hispanos en el año 74 a los elegidos para cargos en los municipios provinciales, y a sus familias, la ciudadanía romana plena, el ius Latium maius, que los convertía en ciudadanos romanos; también a cien concejales, lo que ampliaba la ciudadanía romana plena. Otras ciudades que recibieron el título de colonia por Adriano fueron: Bula Regia, Lares, Zama Regia y Tenas, ciudades formadas durante la República romana. La primera ciudad era ya municipio. Las otras tres debían de ser peregrinas, es decir, no romanas. Zama fue famosa por la victoria que terminó la Segunda Guerra Púnica sobre Aníbal. Lares se cita en la guerra contra Yugurta, Fue tomada por Mario. César se había apoderado de Tenas.
Adriano favoreció, igualmente, a dos colonias: Utina, fundación de Augusto, y la colonia Canopitanas. Ambas vieron ampliado su territorio a expensas de Cartago. Por lo menos diez comunidades indígenas se convirtieron en municipios. Menos dos, todas estaban emplazadas en los valles de los ríos Bagsadas y Miliana. El territorio de Mactaris producía gran cantidad de cereales. Turris Tamallenis era un municipio en la frontera. Más al norte, Tuburbus Maius fue convertida en municipio.
A. Birley insinúa que otros romanos de África, de alto rango, pudieron unirse al séquito de Adriano para rendirle la pleitesía y alcanzar ascensos, Q. Lolio Urbico, procedente del Castillo de los Ciditanos, dependiente de Cirta, había sido tribuno de la Legión XXII Primigenia en Maguncia, quizá cuando Adriano visitó Germania en 121-122. Desempeñó la cuestura y, durante un año, fue legado del procónsul de Asia, probablemente Pompeyo Falcón. Por recomendación de Adriano, desempeñó las magistraturas del tribunado de la plebe y de la pretura. Adriano, probablemente, visitó la rica región de Cirta. Igualmente, el emperador estuvo en Tibilis, localidad próxima a Cirta. En Hadrumetum (Sussa) nació el jurista P. Salvio Iuliano, a quien Adriano encomendó codificar los edictos de los pretores.
En África, Adriano tomó una medida de gran trascendencia económica, que indica su interés por las clases bajas, de lo que se habla en otro lugar.