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Recorréis en silencio el sendero que lleva hacia el campamento. Faltan pocas horas para que amanezca. Cuando vislumbras a lo lejos vuestro vivaque, empiezas a reducir el paso. Ella te coge de la mano.
—¿Estás seguro que quieres regresar con ellos?
Su pregunta te hace dudar y afloran a tu mente extraños presentimientos.
Asientes con la cabeza, no muy convencido.
—Entonces, adiós.
La muchacha te abraza una vez más, apretándote un poco más entre sus delgados brazos y antes de soltarte, te da un suave beso en los labios.
Reanudas la marcha y adviertes cómo ella permanece en el camino, contemplando cómo te alejas.
A medida que te acercas al perímetro exterior del campamento, aumenta tu recelo…
Si entras
decidido hasta la tienda de los maestros, pasa a 58.
Si
prefieres infiltrarte sigilosamente, pasa a 177.