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Te ha parecido advertir una sombra o algo desplazándose por tu campo de visión periférico. Te tumbas con cuidado y te arrastras con suma lentitud para tomar posición y vigilar ese punto. Es al otro extremo del prado, en la ladera que trepa hacia el espeso y intimidatorio bosque. No ves nada… y tras una pausa te dispones a retomar la marcha… Pero ¡algo pequeño se ha vuelto a mover entre aquellas sombras de manera casi imperceptible!

Observas en silencio, agazapado contra el suelo, al igual que un tigre espiando a su presa. En la lontananza, una pequeña figura se vuelve a agitar, ocultándose de nuevo entre la maleza. Si no hubieses fijado la mirada serías incapaz de detectarla.

Alguien o algo está moviéndose en paralelo al grupo. Y por lo que parece, sea quien sea, está solo.