Capítulo 54

Ezio ya no mantenía en completo secreto la ubicación de su alojamiento, pero tan sólo unos pocos conocían dónde estaba. Uno de ellos era Maquiavelo. Una noche Ezio se despertó a las cuatro de la madrugada cuando alguien llamó a su puerta con urgencia.

—¡Nicolás! ¿Qué estás haciendo aquí?

Ezio se puso alerta enseguida, como un gato.

—He sido un tonto.

—¿Qué ha pasado? Estabas trabajando en Florencia… No puedes volver tan pronto.

Ezio ya sabía que había sucedido algo grave.

—He sido un tonto —repitió Maquiavelo.

—¿Qué pasa?

—En mi arrogancia he mantenido a Micheletto con vida. —Maquiavelo suspiró—. En una celda segura, para interrogarle.

—Será mejor que me cuentes qué ha ocurrido.

—¡Se ha escapado! ¡La víspera de su ejecución!

—¿De la Signoria? ¿Cómo?

—Por el tejado. Los acérrimos de Borgia treparon a él durante la noche y mataron a los guardias antes de bajar una cuerda. El sacerdote que le concedió su última confesión era un simpatizante de los Borgia (hoy le hemos quemado en la hoguera) y metió una lima a escondidas en su celda. Micheletto cortó tan sólo una barra de la ventana. Es un hombre grande, pero le bastó para salir y trepar. Ya sabes lo fuerte que es. Cuando se dio la alarma, era tarde para encontrarle en la ciudad.

—Debemos buscarlo. —Ezio hizo una pausa y de pronto se dio cuenta de la ventaja de aquella adversidad—. Para encontrarlo y ver adónde va. Puede que nos lleve a Cesare. Es fiel hasta la médula y sin el apoyo de Cesare su poder no tiene ningún valor.

—He mandado una caballería al campo para que le den caza.

—Pero hay bastantes pequeños focos de acérrimos de Borgia (como los que lo rescataron) que están dispuestos a protegerle.

—Creo que está en Roma. Por eso he venido aquí.

—¿Por qué Roma?

—Hemos sido displicentes. Aquí también hay seguidores de los Borgia. Los utilizará para dirigirse a Ostia y una vez allí, intentar abordar un barco.

—Bartolomeo está en Ostia. Nadie escapará a él y a sus condottieri. Enviaré a un jinete para que le avise.

—Pero ¿adónde irá Micheletto?

—Adónde sino a Valencia, su ciudad natal.

—Ezio, tenemos que asegurarnos. Debemos usar la Manzana, ahora, en este momento, para ver si podemos localizarle.