Saber qué esperar en el club
Si llegas pronto al club, podrás planificar adecuadamente la noche y tendrás tiempo para acostumbrarte al equipo, charlar con el personal del bar y el promotor sobre qué clase de noche piensan que será y calmar los nervios que puedan haberte atrapado.
Enfrentarte a los nervios
A menos que seas una piedra, estarás nervioso en tu primera noche de actuación. Si tienes suerte, los nervios pasarán con el tiempo y serán sustituidos por una sensación mágica de emoción. Creo que el momento en que dejas de sentir esa emoción en el estómago antes de actuar, debes reflexionar y preguntarte si te sigue gustando lo que haces o te limitas a hacerlo de forma mecánica.
Puede que sientas la tentación, pero intenta no recurrir al
alcohol para superar tus nervios, aunque sea gratis. Es mejor que
estés lo más despejado posible mientras actúas. El valor que sacas
del alcohol no es valor, sino una simple máscara. Tus nervios se
reducirán de todos modos después de unas cuantas buenas mezclas,
pero debes ser consciente de la sensación y utilizarla para
recordar que lo que haces es importante y que tu miedo de arruinar
la noche surge de tu deseo de ser un gran DJ.
Acostumbrarte a tus herramientas
Si puedes, aprovecha para presentarte pronto en el club y pinchar un par de temas para acostumbrarte al equipo. Ya deberías haber investigado la instalación del club (consulta la sección “Evaluar un club”, en este mismo capítulo), pero si acabas de leer en un manual cómo se utiliza determinado equipo de la cabina que nunca habías visto antes, este rato te vendrá genial para resolver las posibles dudas.
Establecer los niveles y la ecualización
Aparte de familiarizarte con el equipo, podrás escuchar qué tal es el sonido en el club y quizá, incluso, cambiarlo a tu gusto. Tienes una larga noche por delante. ¡Si no te gusta el sonido, se te hará muy larga!
Pon un tema que conozcas realmente bien, con todos los controles del ecualizador a las 12 en punto (es lo que se llama la posición plana, en la que no has ampliado ni cortado ninguna parte de ninguna frecuencia). Pon la música alta y sitúate en diversos lugares de la pista de baile. No te limites a quedarte de pie delante de los inmensos altavoces de graves, donde las vibraciones te harán temblar entero; muévete, desde la periferia de la pista hasta el centro y frente a la cabina.
Durante tu recorrido de la pista, escucha el sonido en cada posición. Si las distintas áreas del club están cubiertas por diferentes amplificadores y ecualizadores, pregunta si puedes cambiar los ajustes para lograr el sonido que prefieres. Si sólo hay un amplificador y ecualizador disponible para toda la pista de baile, sitúate en el centro y ajústalos para obtener el mejor sonido en esa posición.
Por desgracia, es probable que el club no te permita hacer ajustes en el sistema de sonido, así que deberás utilizar los ecualizadores de la mesa de mezclas. Esta opción no es la mejor, pero supera a la de que la música suene estridente y sin graves. El tema que utilices para comprobar el sonido debe ser un patrón de referencia. Utilízalo para ajustar los ecualizadores y luego ajusta todo lo demás a esta referencia.
No te olvides de que las personas absorben vibraciones. Las
ropas, la piel y los huesos larguiruchos absorben frecuencias de
sonido a medida que el club se va llenando. Eso significa que
deberás regular la mesa de mezclas para sonar más fuerte a medida
que se llene el club, y también que verás que gran parte de las
bajas frecuencias desaparecen contra las codiciosas barrigas de la
gente.
De vez en cuando (quizá cuando tengas que ir al baño), salta
a la pista y escucha durante unos momentos cómo suena la música. Si
puedes oír muchas conversaciones en lugar de música, o si te
empiezan a pitar los oídos por la sobrecarga de frecuencias medias,
da media vuelta y ajusta los ecualizadores o el nivel de salida
para que la música suene mejor... y ve al baño durante la siguiente
pista.
Ajustar el monitor
Si tienes un monitor en la cabina del DJ, tómate un tiempo para ajustarlo y crear una imagen estéreo virtual entre la música de tus auriculares y la que suena en el monitor (si no tienes ni idea de qué estoy diciendo, consulta el capítulo 14).
Ponte un tapón para el oído (de verdad, te recomiendo encarecidamente que utilices un tapón en el oído del directo —consulta el capítulo 11—) y ajusta el nivel de modo que puedas oírlo todo con claridad pero la música no haga temblar tus tímpanos. He oído hablar de personas que hablan de cansancio de oído; para mí, eso significa que, si pones la música demasiado alta durante demasiado tiempo, descubrirás que concentrarse en la música que te está atronando los oídos es difícil, y corres el riesgo de acabar con daños auditivos permanentes.
Si el club no dispone de monitor, espero que lo descubrieses cuando visitaste el club, y hayas pasado un tiempo aprendiendo a mezclar con la función split cue (si la mesa de mezclas del club la tiene; mira el capítulo 14) o hayas estado practicando mezclar con ambos temas en los dos lados de los auriculares.
Trabajar en un entorno ruidoso
Este trabajo puede ser la primera ocasión en la que pones música a un nivel más alto que el de tu equipo de alta fidelidad doméstico, así que aprovecha la oportunidad de llegar con antelación para acostumbrarte a todas las diferencias que el alto volumen de un club puede ocasionar.
Nada te puede preparar para la sensación de los golpes de ritmo que agitan tu cuerpo al hacer de DJ. Cuando estás en un club como cliente o en la pista de baile, la sensación es genial, pero como DJ, si el ritmo tiene un ligero retraso respecto de lo que oyes a través del monitor o de los auriculares, puede ser que, al principio, esta desincronización te parezca desconcertante.
Pero el directo no sólo tiene inconvenientes. El sistema de sonido de un club puede ser muy indulgente en lo que se refiere a los pequeños errores de beatmatching. Los subgraves más pesados pueden ser tan contundentes que un ligero l’Bum o B’lum (si no sabes de qué estoy hablando, consulta el capítulo 14) queda fácilmente oculto. Con unos buenos auriculares podrás oír este pequeño error de sincronía antes de que nadie de la pista lo oiga.
La música también suena diferente. El sistema de sonido de
un club no tiene la alta fidelidad de tus auriculares: los
subgraves dominan a veces sobre los graves y las melodías de
frecuencias medias, así que notarás que algunas mezclas que no
funcionan demasiado bien en CD suenan bien en directo, con la
ecualización adecuada o minimizando las discordancias de tonalidad
o de melodía; para ver diversos ejemplos, consulta el capítulo
16.