55Ren
Año 25
Creas tu propio mundo con tu actitud interna, decían los Jardineros. Y yo no quería crear el mundo exterior: el mundo de los muertos y los moribundos. Así que cantaba viejos himnos de los Jardineros, sobre todo los alegres. O bailaba. O escuchaba las canciones en mi Sea/H/Ear Candy, aunque no podía evitar pensar que ya no habría música nueva.
Decid los nombres, nos pedía Adán Uno. Y entonábamos esas listas de animales: diplodocus, pterosauros y brontosaurios; trilobites, nautilus, ictiosaurio, ornitorrinco, mastodonte, dodo, alca gigante, dragón de Komodo. Veía todos los nombres, tan claro como páginas. Adán Uno explicaba que recitar los nombres era una forma de mantener vivos a esos animales. Así que los dije.
Dije también otros nombres. Adán Uno, Nuala, Zeb. Shackie, Croze y Oates. Y Glenn, simplemente no podía imaginar que alguien tan listo estuviera muerto.
Y Jimmy, a pesar de lo que había hecho.
Y Amanda.
Repetí esos nombres una y otra vez, para mantenerlos vivos.
Luego pensé en lo que había susurrado Mordis, al final. Tu nombre, había dicho. Tenía que ser importante.
Conté la comida que me quedaba. Para cuatro semanas, tres semanas, dos. Tachaba el tiempo con mi perfilador de cejas. Si comía menos, duraría más. Pero si Amanda no venía pronto, me encontraría muerta. No podía imaginarlo.
Glenn solía decir que la razón por la que no puedes realmente imaginarte muerta era porque en cuanto decías «Estaré muerta», usabas la primera persona, así que aún estabas viva en la frase. Y así es como la gente entendía la idea de la inmortalidad del alma, como una consecuencia de la gramática. Y lo mismo ocurría con Dios, porque en cuanto había un tiempo pasado, tenía que haber un pasado antes del pasado, y seguías yendo hacia atrás hasta que llegabas al no lo sé, y eso era Dios. Es lo que no conoces, lo oscuro, lo oculto, la otra cara de lo visible, y todo porque tenemos gramática, y la gramática sería imposible sin el gen FoxP2; de manera que Dios es una mutación cerebral, y ese gen es el mismo que necesitan los pájaros para cantar. Así que la música está incorporada, explicó Glenn: está tejida en nuestro ser. Sería muy duro amputarla, porque es parte esencial de nosotros, como el agua.
Yo dije, ¿en ese caso Dios también está tejido en nuestro ser? Y dijo que quizá sí, pero que eso no nos había hecho ningún bien.
Su explicación de Dios era muy diferente de la explicación de los Jardineros. Decía que «Dios es un espíritu» no tenía sentido, porque no podías medir un espíritu. También decía, «usa tu ordenador de carne» cuando quería decir «usa tu mente». Esa idea me resultaba repulsiva: detestaba la idea de que mi cabeza estuviera llena de carne.
No dejaba de pensar que podía oír a la gente caminando en torno al edificio, pero cuando examinaba las habitaciones no veía a nadie moviéndose. Al menos el módulo solar seguía funcionando.
Conté otra vez la comida. Quedaba para cinco días, como mucho.