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CHASE RECURRE Y SE LE CONMUTA LA PENA CAPITAL POR CADENA PERPETUA
Por Eleanor Marcus-DeChant,
Periodista del Report
Andrew Todd Chase, el denominado «asesino del rosario», se declaró culpable el pasado jueves de los ocho cargos de asesinato en primer grado que se le imputaban, llegando así a su fin una de las series de asesinatos más sangrientos de la historia de Filadelfia. Fue inmediatamente internado en la Prisión Estatal del Condado de Green, Pensilvania.
Tras un acuerdo de culpabilidad con el fiscal del distrito de Filadelfia, Chase, de 32 años de edad, se declaró culpable de los asesinatos de Nicole T. Taylor, de 15 años; Tessa A. Wells, 17; Bethany R. Price, 15; Kristi A. Hamilton, 16; Patrick M. Farrell, 36; Brian A. Parkhurst, 35; Wilhelm Kreuz, 42, y Simon E. Close, 33, todos de Filadelfia. El señor Close trabajaba como periodista en este periódico.>
A cambio de su declaración de culpabilidad, no se tuvieron en cuenta otros numerosos cargos, como secuestro, agresión con agravantes e intento de asesinato, lo que lo eximió de la condena a la pena capital. Chase fue condenado por el juez del tribunal de zona, Liam McManus, a cadena perpetua sin opción a libertad provisional.
Chase permaneció en silencio e impasible durante el juicio. Le defendió el abogado de oficio Benjamin W. Priest.
Priest manifestó que, habida cuenta de la espantosa naturaleza de los crímenes, y de las pruebas abrumadoras en contra de su defendido, el acuerdo de culpabilidad era lo mejor para Chase, auxiliar sanitario del Grupo de Ambulancias Glenwood.
—El señor Chase podrá recibir ahora el tratamiento que tan desesperadamente necesita.
Según revelaciones de los investigadores, la esposa de Chase, Katherine, de 30 años, había sido internada hacía poco en el Hospital de Salud Mental Ranch House, en Norristown. Se cree que este hecho fue el desencadenante de su orgía asesina.
Al parecer, la firma de Chase consistía en dejar un rosario en la escena de cada crimen, así como en perforar las manos de sus víctimas de género femenino.