Las rocas más viejas

Durante años, los geólogos han tratado de encontrar sobre la superficie terrestre rocas viejas de las que poder deducir la historia primitiva del planeta. No es fácil, ya que hay que hallar rocas que solidificaran hace miles de millones de años y que han permanecido en el suelo desde entonces sin sufrir grandes alteraciones.

Hace algunos años, Samuel A. Bowring, de la Universidad de Washington en San Luis, y sus colegas, descubrieron unas rocas en el noroeste de Canadá que tenían 3960 millones de años. Al parecer se habían formado cuando la Tierra tenía sólo 600 millones de años, es decir, la octava parte de su edad actual.

¿Cómo es posible saber la edad de las rocas? La respuesta está en unos diminutos cristales de circón que hay en el interior de las rocas. El circón es «silicato de circonio», una sustancia rocosa que contiene átomos de circonio, un metal de presencia considerable, junto con átomos de silicio y oxígeno.

Cuando se forman cristales de circón, crean redes regulares de átomos de circonio, silicio y oxígeno. Hay, desde luego, otros tipos de átomos metálicos en las inmediaciones. Algunos de estos átomos encajan en la red y pueden reemplazar ocasionalmente a algún átomo de circonio. Otros átomos metálicos no tienen esta posibilidad y se mantienen fuera del minúsculo cristal.

Lo insólito de los cristales de circón es que pueden albergar átomos de uranio absorbidos de los alrededores, pero no los de plomo. El resultado es que los cristales de circón contienen pequeñas cantidades de uranio pero no de plomo.

No tienen plomo, al menos en principio, pero acaban teniéndolo porque los átomos de uranio son radiactivos. De vez en cuando alguno de ellos se desintegra y forma un segundo tipo de átomo radiactivo que a su vez se descompone en un tercero, y así sucesivamente. Finalmente, las desintegraciones forman un átomo de plomo, estable y permanente.

La desintegración del uranio no es muy rápida. En realidad es tan lenta que, para que la mitad del uranio de un cristal de circón se convierta en plomo, se necesitan 4500 millones de años. Por otro lado, la desintegración es muy regular y sigue unas reglas muy sencillas que se han reproducido con precisión en el laboratorio. Si se analiza un cristal de circón y se calcula el porcentaje de uranio y de plomo, se puede calcular cuánto tiempo le ha costado al uranio desintegrarse y producir el plomo, lo cual, a su vez, indica la edad de la roca.

Por supuesto las cosas no son tan sencillas como parecen. Realizar las medidas propiamente dichas e interpretarlas adecuadamente no siempre es fácil. Lo lógico sería tomar el cristal de circón entero y analizar el contenido de plomo y uranio. Por desgracia, nada es perfecto. El cristal de circón contendrá diminutas fracturas casi imperceptibles por entre las cuales el plomo se desintegra.

Es preciso, pues, analizar distintas partes del diminuto cristal para encontrar las más ricas en contenido de plomo y, en consecuencia, con pérdidas mínimas.

Con tal objeto, Bowring llevó sus rocas a Australia, donde contaba con el aparato adecuado para este tipo de medidas. Disparó un haz de partículas cargadas al cristal de circón, y la energía del impacto vaporizó unas dos milésimas de microgramo de material. Se analizó este minúsculo fragmento de vapor de circón mediante un aparato llamado «espectrómetro de masa», que calcula el plomo, prácticamente átomo por átomo. Y así se descubrió que las rocas tenían 3960 millones de años.

Aunque parezca mentira, se han encontrado cristales de circón todavía más antiguos. Diminutos cristales de circón descubiertos en rocas australianas han contabilizado 4300 millones de años. Sin embargo, estos cristales estaban en el interior de rocas relativamente jóvenes. En otros tiempos debieron de formar parte de rocas muy viejas, pero la erosión descompuso las rocas y los cristales se incorporaron a otras más nuevas. La mera existencia de los cristales de circón antiquísimos no aclara los orígenes de la Tierra. Necesitamos encontrarlos en su roca original, y es dudoso que los geólogos lo consigan alguna vez.

Mientras tanto, las rocas del noroeste de Canadá resultan de interés. Son de naturaleza granítica: del tipo de rocas de que están hechos los continentes de la Tierra. Esto indica que hace casi 4000 millones de años ya existían continentes en la Tierra.

Además, estas rocas graníticas no han proporcionado lo que se debería esperar de unas rocas primitivas. Los descubrimientos de los geólogos demuestran que tales rocas graníticas han evolucionado de predecesoras más sencillas. Lo cual quiere decir que, hace 4000 millones de años, la Tierra ya había sufrido cambios complejos desde el momento de su formación.

Fronteras II
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
IndiceAutor.xhtml
Introduccion.xhtml
Parte1.xhtml
Ensayo1.xhtml
Ensayo2.xhtml
Ensayo3.xhtml
Ensayo4.xhtml
Ensayo5.xhtml
Ensayo6.xhtml
Ensayo7.xhtml
Ensayo8.xhtml
Ensayo9.xhtml
Ensayo10.xhtml
Ensayo11.xhtml
Ensayo12.xhtml
Ensayo13.xhtml
Ensayo14.xhtml
Ensayo15.xhtml
Ensayo16.xhtml
Ensayo17.xhtml
Ensayo18.xhtml
Ensayo19.xhtml
Ensayo20.xhtml
Ensayo21.xhtml
Ensayo22.xhtml
Ensayo23.xhtml
Ensayo24.xhtml
Ensayo25.xhtml
Ensayo26.xhtml
Ensayo27.xhtml
Ensayo28.xhtml
Ensayo29.xhtml
Ensayo30.xhtml
Ensayo31.xhtml
Ensayo32.xhtml
Ensayo33.xhtml
Parte2.xhtml
Ensayo34.xhtml
Ensayo35.xhtml
Ensayo36.xhtml
Ensayo37.xhtml
Ensayo38.xhtml
Ensayo39.xhtml
Ensayo40.xhtml
Ensayo41.xhtml
Ensayo42.xhtml
Ensayo43.xhtml
Ensayo44.xhtml
Ensayo45.xhtml
Ensayo46.xhtml
Ensayo47.xhtml
Ensayo48.xhtml
Ensayo49.xhtml
Ensayo50.xhtml
Ensayo51.xhtml
Ensayo52.xhtml
Ensayo53.xhtml
Ensayo54.xhtml
Ensayo55.xhtml
Ensayo56.xhtml
Ensayo57.xhtml
Ensayo58.xhtml
Ensayo59.xhtml
Ensayo60.xhtml
Ensayo61.xhtml
Ensayo62.xhtml
Ensayo63.xhtml
Ensayo64.xhtml
Parte 3.xhtml
Ensayo65.xhtml
Ensayo66.xhtml
Ensayo67.xhtml
Ensayo68.xhtml
Ensayo69.xhtml
Ensayo70.xhtml
Ensayo71.xhtml
Ensayo72.xhtml
Ensayo73.xhtml
Ensayo74.xhtml
Ensayo75.xhtml
Ensayo76.xhtml
Ensayo77.xhtml
Ensayo78.xhtml
Ensayo79.xhtml
Ensayo80.xhtml
Ensayo81.xhtml
Ensayo82.xhtml
Ensayo83.xhtml
Ensayo84.xhtml
Ensayo85.xhtml
Ensayo86.xhtml
Ensayo87.xhtml
Ensayo88.xhtml
Ensayo89.xhtml
Parte4.xhtml
Ensayo90.xhtml
Ensayo91.xhtml
Ensayo92.xhtml
Ensayo93.xhtml
Ensayo94.xhtml
Ensayo95.xhtml
Ensayo96.xhtml
Ensayo97.xhtml
Ensayo98.xhtml
Ensayo99.xhtml
Ensayo100.xhtml
Ensayo101.xhtml
Ensayo102.xhtml
Ensayo103.xhtml
Ensayo104.xhtml
Ensayo105.xhtml
Ensayo106.xhtml
Ensayo107.xhtml
Ensayo108.xhtml
Ensayo109.xhtml
Ensayo110.xhtml
Ensayo111.xhtml
Ensayo112.xhtml
Ensayo113.xhtml
Ensayo114.xhtml
Ensayo115.xhtml
Ensayo116.xhtml
Ensayo117.xhtml
Ensayo118.xhtml
Ensayo119.xhtml
Ensayo120.xhtml
Ensayo121.xhtml
Ensayo122.xhtml
Ensayo123.xhtml
Ensayo124.xhtml
autor.xhtml