Nota final de la autora: el desafío de Min
En agosto de 2016, cuando empezaba a pensar en escribir este libro, presidí un debate para Andante Travel. Se hablaba en él sobre las mujeres en la Antigüedad, y participaban Denise Allen, Joyce Tyldesley, John Shepherd y Tony Wilmott. El debate se llevó a cabo en el Museo Ashmolean de Oxford, lugar que resultó trascendental.
Antes de ocupar nuestros asientos sobre una tarima y ser presentados, esperamos fuera de la vista en una galería lateral, donde todos nos quedamos fascinados con dos grandes estatuas egipcias del dios de la fertilidad, Min. Entablamos una conversación sobre los atributos de Min; en realidad, a las dos estatuas del Ashmolean, que están muy deterioradas, les faltan los atributos, pero se intuye de lo que es capaz Min y cómo es en realidad. Joyce nos explicó a los demás la interesante relación entre el dios y la lechuga. Los que recordaban a los Goons cantaron en voz baja unos cuantos compases de «The Ying Tong Song»…
Cuando terminó la velada, después de tomar vino y refrescos, se me había planteado un desafío y yo lo había aceptado: ¿Podría incluir al noble Min en un futuro libro?
Fácil. Lo único que me sorprende ahora es la complejidad que adquiriría la incorporación al argumento de una estatua de Min, y la cantidad de bromas obscenas que pueden hacerse sobre ese tema.
Nota del editor al párrafo 8 del capítulo 30: si hubiera sabido al iniciarme en este trabajo que uno de los libros que iba a publicar tendría una frase como esta…