Chiyoko y Ryu.
Mensaje enviado a las 19:46 del 21 de enero de 2012
RYU: ¿Estás?
Mensaje enviado a las 22:30 del 21 de enero de 2012
CHIYOKO: Ya he vuelto.
RYU: ¿Cuándo?
CHIYOKO: Hará unos cinco minutos.
RYU: 24 horas sin mensajes. Sin saber de ti. Me ha parecido… raro.
CHIYOKO: Qué mono eres. ¿Qué has hecho mientras yo no estaba?
RYU: Lo de siempre. Dormir. He comido algo y luego he visto un antiguo episodio de Bienvenidos a la NHK, pero era un programa de relleno. Por cierto…, me has mentido.
CHIYOKO: ¿A qué te refieres?
RYU: Te he visto por la tele. Eres guapa. Esto… Te pareces un poco a Hazuki Hitori.
CHIYOKO:…
RYU: Lo siento. No quería que te sintieras incómoda. Perdóname, soy un friki y un imbécil. (< ^ _ ^ >) \
CHIYOKO: ¿Cómo has sabido que era yo? No llevaba una placa identificativa.
RYU: Tenías que ser tú. Estabas al lado de Hiro y detrás de tu tío, ¿o no? Han sacado casi tantas imágenes de Hiro y Kenji como de la fulanita esa, la mujer loca del ministro Uri. La que cree en los extraterrestres.
CHIYOKO: Aikao Uri.
RYU: Sí, esa. Bueno, ¿entonces eras tú?
CHIYOKO: Puede.
RYU: ¡Lo sabía! Pero creí que me habías dicho que no te interesaba la moda…
CHIYOKO: Y no me interesa. Se acabaron las preguntas personales.
RYU: Perdóname otra vez. Bueno, ¿y cómo ha ido?
CHIYOKO: Era una ceremonia fúnebre, ¿cómo crees tú que ha ido?
RYU: ¿Te estoy poniendo de mal humor?
CHIYOKO: Oye, que soy la princesa de hielo. Siempre estoy de mal humor. Si tienes ganas, te lo cuento. ¿Con cuánto detalle quieres que te lo explique?
RYU: Quiero que me lo expliques todo. Oye…, ya sé que esto va contra las reglas, pero… Lo voy a decir: ¿quieres que hablemos por Skype?
CHIYOKO:…
RYU: ¿Sigues ahí?
CHIYOKO: Sigamos como siempre.
RYU: Lo que prefieras, princesa de hielo. Ahora sé qué aspecto tienes. No puedes esconderte de mí (wwwwwwwwwwwwwwwwww). Lo siento, se acabaron las risas malvadas.
CHIYOKO: Que sepas cómo es mi cara me parece raro. Como si ahora ejercieras cierto poder sobre mí, o algo así.
RYU: ¡Oye! Fui yo el primero en decirte cuál era mi verdadera identidad. No tienes ni idea de cuánto me costó.
CHIYOKO: Sí, lo sé. No me estoy poniendo paranoica.
RYU: Te he contado cosas que nunca le he contado a nadie. Tú no me juzgas. Ni te quedas mirándome como las viejas brujas de mi barrio.
CHIYOKO: ¿Cómo iba a hacerlo? Vivimos en prefecturas distintas.
RYU: Ya sabes a qué me refiero. Confío en ti.
CHIYOKO: Aunque tú sabes cuál es mi aspecto y yo no sé cómo es el tuyo.
RYU: Eres más guapa que yo. ( ^ _ ^ )
CHIYOKO: ¡¡¡¡¡¡Ya basta!!!!!!
RYU: Vale. Bueno, pues cuéntame cómo ha ido. Parecía muy emotivo. En el santuario… Todas esas fotografías de los pasajeros… Daba la impresión de que había tantas que no acababan nunca.
CHIYOKO: Sí, lo ha sido. Emotivo, digo. Era imposible que una cosa así no conmoviera incluso a esta princesa de hielo. 526 personas. No sé ni por dónde empezar…
RYU: Por el principio.
CHIYOKO: Vale. Bueno, ya te había contado que teníamos que salir muy temprano. Por una vez en su vida, mi padre se ha tomado un día libre y la Criatura Materna me ha dicho que debía vestirme de negro, pero sin ir «demasiado a la moda». Y yo le he dicho: «Eh, tú tranqui, CM».
RYU: Estabas guapa.
CHIYOKO: ¡Oye!
RYU: Perdona.
CHIYOKO: Gracias al estatus del Tío Androide, conseguimos que nos alojaran en una de las casitas que están cerca del lago Saiko, así que no nos hemos tenido que marchar enseguida, como la mayoría de los familiares de las víctimas, aunque muchos de ellos se han hospedado en el Highland Resort o en otro de los hoteles en los que se quedan los visitantes del monte Fuji.
CHIYOKO: Nuestra casa era de estilo japonés y la llevaba una pareja de ancianos que no hacían más que mirar al Tío Androide. La mujer no dejaba de ofrecernos té y de decirnos cómo se llegaba al onsen más cercano, como si hubiéramos ido de vacaciones.
RYU: Parecen iguales que mis vecinos.
CHIYOKO: Sí, unos viejos de lo más entrometidos. Cuando llegamos, la niebla de la mañana se estaba asentando y hacía frío. La CM no ha parado de hablar en el coche durante todo el trayecto, iba señalando dónde habría estado el monte Fuji si lo hubiéramos podido distinguir; la neblina ha impedido que lo viéramos durante todo el día. Nos ha recibido el Tío Androide, que había llegado de Osaka la noche anterior con Hiro y la hermana de uno de sus ayudantes de laboratorio, a quien le había pedido ayuda para cuidar a Hiro. Sé que la CM se ofendió cuando el tío volvió a Osaka después de que Hiro saliera del hospital, en vez de quedarse en nuestra casa, pero hoy se las ha dado de educada y respetuosa.
CHIYOKO: He visto al Tío Androide mucho más viejo de como lo recordaba.
RYU: ¿Crees que va dándole un aspecto más avejentado a su robot a medida que él va cumpliendo años?
CHIYOKO: ¡Ryu! ¡¡¡Pero si tú nunca haces comentarios tan negros!!!
RYU: Perdona. ¿E Hiro?
CHIYOKO: Estaba dormido cuando llegamos la CM, mi padre y yo, y no olvides que todavía era pronto. La asistente ha estado muy servil con mis padres y no ha dejado de dirigirle sonrisas muy exageradas al Tío Androide. Se notaba que quería cazarlo como marido. En un momento en que la CM, mi padre y el tío se han ido a otra habitación a hablar en privado, ella ha sacado enseguida el móvil y se ha puesto a mandar mensajes como una loca.
RYU: ¡Creo que la he visto! Cabezona. Paliducha. Gorda.
CHIYOKO: ¿Cómo sabes que esa no era yo?
RYU: ¿Lo eras? Si es así, lo siento un montón, no quería ofenderte.
CHIYOKO: ¡Pues claro que no era yo!
RYU: o( _ _ )o Perdóname, soy imbécil.
CHIYOKO: Hay que ver lo crédulo que eres. Cuando mis padres y el Tío Androide han terminado esa conversación privada, han vuelto y hemos estado un rato juntos charlando de forma superforzada. «Tengo que ir a despertar a Hiro —ha dicho el tío—. Creo que ya es hora». «Ya voy yo», ha respondido la asistente. La voy a llamar la Paliducha. La Paliducha hizo una reverencia de imbécil y salió. Lo que viene ahora ha tenido gracia. Nos llegó un aullido, la mujer esta bajó corriendo las escaleras y anunció: «¡Ay, Hiro me ha mordido!».
RYU: ¿Que Hiro la había mordido? ¿En serio?
CHIYOKO: Se lo tenía merecido. La CM dijo que seguramente Hiro había tenido una pesadilla y se había despertado asustado. Me di cuenta de que a ella la Paliducha tampoco le caía especialmente bien, lo que hizo que, por una vez, su presencia me alegrara. El tío subió a buscar a mi primo. Hiro llevaba un trajecito negro y todavía tenía los ojos hinchados por el sueño. Después de eso, el tío apenas lo miró ni le dirigió la palabra.
RYU: ¿Cómo?
CHIYOKO: Creo que le resultaba doloroso verlo, como si le recordara demasiado a la tía Hiromi. Hiro no se parece nada a ella, pero a lo mejor tienen los mismos gestos. ¿Sigo?
RYU: Por favor.
CHIYOKO: Hiro nos contempló, uno a uno, y al verme se me acercó arrastrando los pies y me dio la mano. Al principio me quedé sin saber qué hacer. Mi primo tenía los dedos congelados. A la CM pareció sorprenderla que Hiro me hubiera elegido a mí y estuvo intentando convencerlo de que se fuera con ella. Pero él ni se movió. Se apoyó en mí y oí cómo soltaba un suspiro.
RYU: ¿Crees que le recordabas a su madre?
CHIYOKO: Puede. A lo mejor se dio cuenta de que todos los demás que había allí eran unos putos amargados.
RYU: !!!!
CHIYOKO: Luego nos fuimos al santuario y al recinto conmemorativo. Llegamos pronto, pero ya había miles de personas, y también montones de periodistas y cámaras de televisión. De pronto se hizo el silencio cuando la gente vio a Hiro, que seguía sin soltarme la mano; solo se oían los chasquidos y el zumbido de las cámaras de los reporteros. Varios hicieron unas reverencias con mucho respeto, aunque no supe si se las dedicaban al Tío Androide o a mi primo. Me sentí rara al ser el centro de atención y noté que a la Paliducha aquello le estaba chiflando. Mi padre puso una cara inexpresiva, y la CM no sabía adónde mirar. La muchedumbre incluso se retiró para que pudiéramos llegar directamente hasta la fotografía de mi tía para presentarle nuestros respetos sin tener que hacer la cola. Seguía habiendo neblina y el ambiente estaba cargado de incienso. ¿Te estoy aburriendo? ¿Te lo estoy contando con demasiado detalle?
RYU: ¡No! Me conmueves. Deberías dedicarte a escribir. Tus palabras son preciosas.
CHIYOKO: ¿¿¿¿¿¿Lo dices en serio??????
RYU: Sí.
CHIYOKO: ¡Ja! Pues díselo a la junta examinadora.
RYU: Sigue, por favor.
CHIYOKO: Mientras estábamos ahí, se extendió un murmullo entre el gentío, y una mujer menuda se nos acercó. Al principio no la reconocí. Luego me di cuenta de que era la mujer del comandante Seto. Es vieja, tiene al menos cuarenta años, pero mucho más guapa en persona.
RYU: Pues eso no lo han sacado por la tele.
CHIYOKO: Ha sido muy valiente al venir, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de imbéciles que siguen diciendo que la culpa del accidente la tuvo el comandante Seto, lo cual me enfada un montón, especialmente porque los isho han demostrado que estuvo tranquilo y sin perder el control hasta el último minuto. Además, están las imágenes que grabó ese empresario con el móvil, en las que se ve la cabina llena de humo, así que resulta obvio que hubo un problema mecánico. Su mujer se ha comportado con mucha calma y dignidad. Le hizo una reverencia a Hiro pero no dijo nada. Ojalá yo sí le hubiera dicho algo. Quise asegurarle que debía estar orgullosa de lo que su marido había hecho. Pero entonces se marchó y no volví a verla.
RYU: Debió de ser un momento muy intenso.
CHIYOKO: Sí. El resto seguramente lo has visto por la tele.
RYU: ¿Has hablado con el primer ministro?
CHIYOKO: No. Pero en carne y hueso parece mucho más viejo y bajito. Y, en persona, su cabeza recuerda todavía más un código de barras. El viento le levantó unos mechones de pelo y se le veía el cuero cabelludo.
RYU: !!!
CHIYOKO: Oye, ¿has escuchado el discurso del Tío Androide, en el que ha dicho cuánto apreciaba a la tía Hiromi cuando estaba viva y que hará todo lo posible por honrar su memoria mientras educa a Hiro?
RYU: Claro.
CHIYOKO: Hasta yo he estado a punto de llorar. No solo por sus palabras, sino también por el ambiente que había. Empiezo a hablar como si fuera una mística tarada, ¿eh?
RYU: No. Incluso yo he notado ese ambiente desde mi asquerosa habitación.
CHIYOKO: E Hiro no me ha soltado la mano en todo el rato. Yo lo miraba continuamente para comprobar que estaba bien, y la CM y la Paliducha no han dejado de competir entre ellas por ver quién lo atosigaba más, pero él no les ha hecho el menor caso.
RYU: La estadounidense esa que iba en el avión… La que ha hablado era su hija, ¿no? Su japonés era bueno.
CHIYOKO: Sí. El mensaje que dejó la madre… ¿Qué te parece a ti que quería decir? «El niño, el niño…». ¿Crees que vio a Hiro antes de morir?
RYU: Ni idea. Mi inglés es malo y solo he leído la traducción. En los foros de 2-chan y Toko Z hay muchas conjeturas sobre el tema.
CHIYOKO: ¿Por qué pierdes el tiempo en esas páginas? En serio, ¿ahora qué están diciendo?
RYU: Hablan de lo que dijo sobre los muertos: aseguran que tuvo que ver los espíritus de los muertos.
CHIYOKO: Sí, claro. Como si no hubieran podido referirse a lo más obvio, a las personas de verdad que murieron en el accidente. La gente es idiota.
RYU: ¿Has visto su foto?
CHIYOKO: ¿Cuál?
RYU: La que salió en esa web estadounidense, Celebautopsy.net. Esa que le hizo ese periodista sin escrúpulos antes de que a los reporteros se les prohibiera acceder al lugar de los hechos. Era terrible.
CHIYOKO: ¿Y por qué la miraste?
RYU: Pinché en un enlace, me fui liando… Oye…, siento preguntarte esto, pero ¿tu tía dejó algún mensaje?
CHIYOKO: No lo sé. Mi tío no ha dicho nada. Si lo hizo, los de la prensa no se lo han filtrado a las revistas.
RYU: Bueno… Y después de las bendiciones y los discursos, ¿qué ha pasado?
CHIYOKO: Hemos vuelto a la casa, la Paliducha se ha empeñado en que Hiro tenía que dormir la siesta, y esta vez el niño se ha ido con ella sin rechistar. En todo ese día no le ha dicho una palabra a nadie. La Criatura Materna dice que es porque todavía está traumatizado.
RYU: Y cómo no iba a estarlo.
CHIYOKO: Después, la Paliducha ha intentado ponerse a cotillear conmigo, pero le he lanzado la mejor de mis miradas de gata malvada, ha pillado la indirecta y se ha pasado el resto de la noche charlando por el móvil. El Tío Androide apenas ha abierto la boca, aunque la CM ha intentado hablar con él de qué hacer con los restos de la tía cuando se los entreguen.
RYU: Creí que habían anunciado que iba a haber una incineración colectiva.
CHIYOKO: Sí, pero van a hacer dos, una aquí y otra en Osaka. Mi tía nació en Tokio pero vivía en Osaka, así que su marido tendrá que decidir qué hacer. Aunque la Criatura Materna ha conseguido convencerlo de que se quede unos días en nuestra casa, aquí en la ciudad, antes de regresar a Osaka.
RYU: ¿En serio? ¿¿¿¿Kenji Yanagida está en tu casa???? ¿Ahora?
CHIYOKO: Sí. No solo eso, sino que además Hiro está dormidísimo en mi cama, a un metro de donde me encuentro.
RYU: ¿Y la Paliducha?
CHIYOKO: La CM le ha dicho que se vuelva a Osaka, que no la necesitamos.
RYU: Seguro que eso la ha molestado mucho.
CHIYOKO: Sí. Por una vez me he sentido orgullosa de ser hija de la CM.
RYU: Otra pregunta complicada, aunque no tienes que contestarla… ¿Has ido al lugar del accidente? Me enteré de que algunas familias habían pedido ir al día siguiente.
CHIYOKO: No. Habían fletado varios autobuses para que llevaran a los que quisieran ir desde la estación de Kawachiko. Yo sí quería, pero la CM y mi padre preferían volver a Tokio. Pero ya iré algún día. ¡Ah! Se me olvidaba contarte que, después de la ceremonia, el tipo que encontró a Hiro ha acudido a presentarle sus respetos.
RYU: ¿El que se dedica a vigilar a los suicidas?
CHIYOKO: Ese.
RYU: ¿Y cómo era?
CHIYOKO: Pues… callado, pero parecía ser de esas personas en las que se puede confiar. Triste aunque no deprimido, si entiendes lo que quiero decir. Eso sí, muy chapado a la antigua. Un segundo, la Criatura Materna me está llamando. Me tengo que ir.
RYU: ( (´• ω •`)
Mensaje enviado a las 10:30 del 22 de enero de 2012
CHIYOKO: Ryu, ¿estás?
RYU: Siempre estoy. ¿Qué pasa?
CHIYOKO: El Tío Androide acaba de descubrir que la Paliducha le ha estado mandando correos electrónicos al Shukan Bunshun porque quería venderles unas declaraciones suyas. La Criatura Materna está furiosa. El tío echa humo. La CM le ha preguntado si quiere que Hiro se quede con nosotros cuando él vuelva a Osaka, para huir de la atención mediática. Se ha ofrecido a hacerle de cuidadora.
RYU: ¿Cómo? ¿Vas a cuidar TÚ al chaval?
CHIYOKO: Pues sí. ¿Por qué? ¿Crees que intentaría corromperlo?
RYU: Pero ¿lo vas a hacer? No corromperlo, me refiero, sino cuidarlo.
CHIYOKO: Ya sabes en qué situación estamos. ¿Qué otra cosa voy a hacer? No estoy hecha para ir encadenando un trabajo mal pagado tras otro.
RYU: Siempre podrías meterte en mi grupo de yakuza, cielo. Necesitamos gente con talento.
CHIYOKO: Menudo cliché. Oye, que me tengo que ir. La CM quiere hablaaaaaaaaaaaaaar otra vez.
RYU: Bueno, tenme informado.
CHIYOKO: Lo haré. Y gracias por estar ahí.
RYU: Siempre lo estoy. •*:.°..°.:*•’(*˚ ∇ ˚)’•*:.°..°.:*•˚ ˚•