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Sólo son las ocho menos cinco de la mañana cuando los componentes del grupo Athena están en sus puestos en el ático. Nathan Pollock ha fregado las tazas de café y las ha puesto boca abajo sobre un paño de cocina de cuadros blancos y azules.
Después de que ayer se hubieron cerrado las puertas de la salita de recreo, se quedaron a analizar el gran material hasta las siete de la tarde. Escucharon la conversación entre Jurek Walter y Saga Bauer, estructurando y priorizando la información.
—Me preocupa un poco que el tono de Saga sea demasiado personal —dice Corinne y asiente con una sonrisa cuando Nathan le ofrece una taza de café—. Obviamente, es una compensación, porque si no habla de sí misma no puede generar confianza…
—Tiene la situación controlada —afirma Pollock, y abre su bloc de notas negro.
—Esperemos que sí —responde Joona.
—Saga es fantástica —opina Johan Jönson—. Ha hecho que hable.
—Pero todavía no sabemos nada de Jurek Walter —dice Pollock, y repiquetea en la mesa con un bolígrafo—. Excepto que, seguramente, se llame de cualquier otro modo…
—Y que se quiere fugar —añade Corinne y levanta las cejas.
—Sí —asiente Joona.
—Pero ¿qué está planeando? ¿Para qué necesita cinco somníferos? ¿A quién va a drogar? —pregunta Corinne con una arruga en la frente.
—No puede drogar al personal… porque no pueden aceptar nada de su parte —dice Pollock.
—Dejaremos que Saga continúe tal como lo está haciendo —ordena Corinne al cabo de un rato.
—No me gusta —dice Joona.
Se levanta de la silla, se acerca a la ventana y ve que ha empezado a llover de nuevo.
—El desayuno es la comida más importante del día —dice Johan Jönson y saca una chocolatina Daim.
—Antes de seguir adelante —avisa Joona, y se vuelve hacia el grupo—, me gustaría volver a escuchar la grabación…, cuando Saga le cuenta que a lo mejor no quiere abandonar el hospital.
—Sólo la hemos escuchado treinta y cinco veces —suspira Corinne.
—Lo sé, pero tengo el presentimiento de que se nos pasa algo por alto —explica con una voz que se ha vuelto áspera de tanta tozudez—. No hemos hablado de ello, pero ¿qué es lo que pasa? Primero Jurek habla igual que siempre cuando dice que hay mejores sitios en el mundo que el módulo de seguridad…, pero cuando Saga contesta que también los hay peores, consigue desequilibrar a Jurek.
—A lo mejor sí —dice Corinne y aparta la mirada.
—No a lo mejor —dice Joona—. He hablado durante muchas horas con Jurek y noto que le cambia la voz, se vuelve ensimismada, pero sólo un poco, justo cuando describe ese lugar con lodo rojo…
—Con tendido de alta tensión y excavadoras —dice Pollock.
—Sé que ahí hay algo —afirma Joona—. No es sólo el hecho de que Jurek se sorprenda a sí mismo cuando empieza a contar un fragmento auténtico de su memoria…
—Pero no conduce a ninguna parte —interrumpe Corinne.
—Quiero volver a escuchar la grabación —insiste Joona, y se vuelve hacia Johan Jönson.