LA CALLE DEL FIN DEL MUNDO
“¿NO habíamos pasado antes por esta calle? Creo que sí; creo que la cambian de lugar cada tantos años, pero regresa siempre con sus cuervos y ramas muertas, con sus aceras desmoronándose, sus filas de gente recién salidas de un paisaje que desaparece en cuanto lo abandonan. Y en cuanto a la ciudad amurallada con sus golondrinas volando en círculos y el sol poniéndose detrás, ¿no hemos visto eso antes? ¿Y el barco a punto de zarpar rumbo a la isla de los arco iris negros, las flores de medianoche y los barbudos guías turísticos haciéndonos señales con la mano para que sigamos adelante?” “Si, querido, también hemos visto eso, pero ahora debes cogerme del brazo y cerrar los ojos”.