Lunes, 3 de octubre de 2005, y martes, 4
Felipe González: «Tengo una gran amargura por la situación»
Mientras paseo por la Quinta Avenida de Nueva York, me llama Fraga: «ABC publica hoy una encuesta en la que te sitúa como el líder más valorado —me dice—, y eso tiene obligaciones, mi querido amigo […] a pesar de nuestras diferencias, coincidimos en que el Estatuto de Cataluña no es bueno para España…».
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Sanz Roldán, pronuncia hoy en el hotel Ritz de Madrid una conferencia. Ayer le llamó Chunda, mi jefe de prensa, para que sobre el Estatuto catalán solo dijera: «Los militares no podemos hacer política de partido. Tenemos confianza en nuestro ministro, que siempre ha hablado claro sobre estos temas». Sin embargo, habla de «la intranquilidad que hay en los ejércitos». Antes de empezar un coloquio en la Universidad de Nueva York —organizado por el juez Garzón—, celebro una rueda de prensa en la que los periodistas me preguntan por las declaraciones del JEMAD en Madrid. Contengo mi enfado y les digo en su defensa que «no voy a criticar a los militares por leer la Constitución en voz alta, que es lo que ha hecho el JEMAD». Coloquio con el congresista Kerry, el ministro chileno José Miguel Insulza, la exministra de Exteriores colombiana María Emma Mejía y un directivo del FBI. Baltasar Garzón nos va haciendo preguntas a cada uno; los mejores aplausos llegan cuando nos referimos a la inmoralidad de la guerra de Irak.
Llama Felipe González: «Tengo una gran amargura por la situación; habría que definir qué queremos para después poder aplicarlo a los Estatutos de autonomía que se vayan presentando. Un país como Holanda puede permitirse ir trampeando todos los días; su nivel de renta se lo permite, pero España no puede hacerlo en temas tan importantes como la vertebración nacional». Hablo con Zapatero y le pido que no acepte la deriva desvertebradora: «El Estatuto no es una prioridad de los catalanes. Se trata de un invento de los políticos catalanes y hasta sus propias encuestas[80] lo ponen de manifiesto».