Lunes, 17 de mayo de 2004
Aznar: «La retirada de las tropas españolas de Irak es un triunfo del terrorismo»
Reunión en Bruselas. Me acompaña el nuevo director general de Política de Defensa, el general Félix Sanz Roldán. Tiene buena cabeza, buen olfato, es astuto y es prudente. Critica que «el nivel de ambición militar de Europa sea tener solamente dos regimientos o grupos tácticos de mil quinientos soldados en el horizonte de 2010. El disparate es mayúsculo porque, para conseguir tan poco, gastamos una enormidad. Podría resolverse de modo más eficaz, aportando cada Estado unidades completas».
Al llegar a la Moncloa, me entregan unas gafas plegables, muy cómodas, que me ha regalado el Rey. Comida ofrecida por el presidente al príncipe Felipe y a su novia. Asistimos todos los ministros. Letizia me comenta: «No es razonable que se me valore más por el traje rojo que llevé a la boda en Copenhague que por mi actividad profesional o mis capacidades». «Vas a entrar en una familia donde las apariencias son importantes —le digo— y tendrás que habituarte a saber callarte aunque tengas razón. Por cierto, perdona, pero prometo acostumbrarme a llamarte “alteza” en cuanto te cases, ahora no me sale. A ver si consigues que la Familia Real se parezca a tu novio; todo el mundo habla muy bien de él».
Me llama el presidente Zapatero: «Te he visto en los telediarios muy condescendiente con Trillo. No se lo merece y no te lo va a agradecer». La verdad es que me esfuerzo para contenerme verbalmente, porque el PP y Aznar invitan a lo contrario: ayer, sin ir más lejos, dijo en Estados Unidos que «la retirada de las tropas españolas de Irak es un triunfo del terrorismo». Me pasan las transcripciones de lo que he dicho en televisión: «Si Trillo es responsable de los errores de identificación en el Yakovlev, lo será por negligencia. En ningún caso por malicia o deseo consciente de hacer daño».