Lunes, 9 de enero de 2006
El Partido Popular apoya al general Mena
Entrevista en la SER. Carles Francino sabe más de lo que debería, y lo descubro porque utiliza información reservada para fundamentar sus preguntas: no me cabe duda de que le han filtrado información significativa. Para no arruinar las investigaciones, tomo la decisión de no decir a nadie lo que no debe saberse, al menos por el momento.
Me informan de que el general Pérez Alamán, jefe del Mando de Canarias, y el general Mena hablan de que tienen «ganas de hacer algo, una cosa colectiva, pero que van a esperar a otro momento». El JEME me explica que no supo nada del discurso de Mena hasta que este lo pronunció, lo cual está en clara contradicción con lo que el propio Mena ha declarado. Creo al JEME.
Reunión en la Moncloa con el presidente, Rubalcaba y Paco Pardo. Explico la situación que se ha producido en los ejércitos tras el arresto de Mena, y Zapatero pregunta si debemos informar al PP de las peligrosas conversaciones de algunos militares. Le hago saber que «tenemos toda la información y no hay peligro de golpe de Estado o de movimiento de tropas, lo que puede ocurrir es que se celebre una reunión de algunos altos mandos militares que espero abortar con discreción. Si el PP supiera lo que sabemos, lo filtraría inmediatamente para deteriorar al Gobierno, aunque ello supusiera el descrédito de España en el exterior. Me consta, por amigos del PP, que tienen previsto atacarnos mañana con unas declaraciones en las que pondrán de manifiesto que no controlamos la situación y que hay muchos militares que están de acuerdo con Mena. Dicho todo lo anterior, creo, como creía hace meses, antes del asunto Mena, que se debería suprimir, del Estatuto en trámite, la denominación de nación referida a Cataluña». El presidente asegura que «no se calificará a Cataluña de nación en el texto del Estatuto, puedes estar tranquilo por ello». Rubalcaba salta: «Eso es imposible porque ya tengo pactado que vaya al preámbulo como una mera descripción, en la que se dice que muchos ciudadanos consideran que Cataluña es una nación». Replico que «eso no es lo hablado; pasteleando de esta manera, no sé adónde vamos a acabar». Al llegar al ministerio me reúno con Paco Pardo, el JEMAD y el SEGENPOL y les digo: «El ministro no podrá seguir siéndolo cuando ese Estatuto entre en vigor». Llama Moratinos para ofrecer su solidaridad, que agradezco. Le cuento la marejada castrense sin entrar en detalles y le aseguro que, si el Estatuto sigue adelante, no podré continuar en el Gobierno. Lo comprende y me dice: «Espero que cambien lo más grave del texto, pero no unas tu cese al Estatuto de Cataluña, porque harías daño al Gobierno, al presidente y a España». Le agradezco sus palabras y le digo que «ya veré cómo me las arreglo para no hacer ninguna avería. Estoy determinado a no invocar mi oposición a la deriva independentista como causa de mi cese, pero a ti, Curro, tengo que decirte la verdad».