Declaración de prensa en Marsella[610]
21 de noviembre de 1932
No hay nada misterioso en mi viaje y, por lo menos en mi opinión, no presenta el más mínimo interés para el público.
Esta es la única razón por la que me negué a hacer declaraciones para la prensa griega o la italiana. Pero como esta actitud dio lugar a lamentables interpretaciones, creo necesario declarar ahora lo siguiente:
Hace cuatro años que vivo en Turquía. Allí leí, escribí y en mis horas libres me dediqué a cazar y a pescar. Me ocupé fundamentalmente de la Historia de la Revolución Rusa. El trabajo ya está terminado y sus últimas páginas en imprenta.
Los estudiantes de Copenhague, por iniciativa propia, me invitaron a darles una charla sobre el tema «¿Qué es la Revolución de Octubre?». En la charla, que daré en alemán porque no conozco la lengua danesa, trataré de recapitular los resultados de mis investigaciones históricas.
Mi conferencia persigue objetivos científicos, no propagandísticos; por supuesto, esto no significa que voy a ocultar mi posición, que sigue siendo la misma que en la época de la Insurrección de Octubre de 1917.
Me acompañan mi esposa, N. I. Sedova, que hace treinta años comparte todas las vicisitudes de mi vida, y tres jóvenes amigos que voluntariamente fueron desde tres países distintos a la isla de Prinkipo para ayudarme en mi trabajo científico y político: Jan Frankel (checoslovaco), Otto Schuessler (alemán) y Pierre Frank (francés)[611].
Después de nuestra breve visita a Dinamarca volveremos a Prinkipo, donde conservamos nuestra casa con la pequeña biblioteca restaurada después del incendio de 1931.
Eso es todo.