IVDaga

El Fantasma estaba casi de regreso en Tanek cuando Lila sintió que la nave se detenía de golpe.

No el andar suave de un barco que pierde la corriente, sino una parada chirriante, nada natural en el mar.

Ella y Kell estaban en su camarote cuando sucedió, empacando las pocas pertenencias que tenían, la mano de Lila no dejaba de ir hacia su bolsillo —la ausencia de su reloj tenía su propio y extraño peso—, mientras que la de Kell iba hacia su pecho.

—¿Aún duele? —había preguntado y Kell había comenzado a responder cuando el barco traqueteó bruscamente, un quejido de madera y velas interrumpido por el llamado de Alucard. La voz del capitán tenía la ligereza que tomaba cuando estaba borracho o nervioso, y ella estaba bastante segura de que no había estado bebiendo al mando del timón (aunque no le sorprendería si lo hubiese hecho).

Arriba el día era gris, la niebla nublaba el mundo más allá del bote. Holland ya estaba en la cubierta, mirando fijo la bruma.

—¿Por qué te detuviste? —preguntó Kell, con una arruga entre las cejas.

—Porque tenemos un problema —dijo Alucard, señalando hacia delante con la cabeza.

Lila oteó el horizonte. La bruma era más densa de lo que debería haber sido dada la hora y estaba posada sobre el agua como una segunda piel.

—No puedo ver nada.

—Esa es la idea —dijo Alucard. Abrió las manos, movió los labios y la niebla que había conjurado se diluyó un poco frente a ellos.

Lila entornó los ojos y al principio no vio nada más que mar, y entonces…

Se quedó dura.

No había tierra adelante.

Era una línea de barcos.

Diez naves descomunales con cascos de madera clara y banderas verde esmeralda que cortaban la bruma como cuchillos.

Una flota veskana.

—Bueno —dijo Lila lentamente—, supongo que eso responde a la pregunta de quién le pagó a Jasta para que nos matara.

—Y a Rhy —agregó Kell.

—¿Cuánto falta para llegar a tierra? —preguntó Holland.

Alucard negó con la cabeza.

—No estamos lejos, pero están parados directamente entre nosotros y Tanek. La costa más cercana está a horas de navegación hacia cualquier lado.

—Entonces los rodeamos.

Alucard le lanzó una mirada a Kell.

—No en esto —dijo, señalando El Fantasma, y Lila comprendió. El capitán había maniobrado de forma tal que su estrecha proa había quedado de frente a la columna de la flota. Mientras se mantuviera la neblina, mientras El Fantasma se quedara quieto, quizá pasaría inadvertido, pero en cuanto se acercara, sería un blanco. El Fantasma no ondeaba banderas, pero tampoco lo hacían las tres pequeñas naves que flotaban como boyas al lado de la flota, cada una con el estandarte blanco de un bote capturado. Los veskanos estaban claramente bloqueando el paso.

—¿Atacamos? —preguntó Lila.

Eso atrajo las miradas de Kell, Alucard y Holland.

—¿Qué? —dijo ella.

Alucard negó con la cabeza, consternado.

—Probablemente hay cientos a bordo de esos barcos, Bard.

—Y nosotros somos antari.

Antari, no inmortales —dijo Kell.

—No tenemos tiempo de combatir a una flota —dijo Holland—. Necesitamos llegar a tierra.

La mirada de Alucard regresó a la línea de barcos.

—Oh, pueden llegar a la costa —dijo—, pero tendrán que remar.

Lila pensó que Alucard debía estar bromeando.

No lo estaba.

Conjuro de luz
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
Mapa.xhtml
Cita.xhtml
Parte1.xhtml
Cap1.xhtml
Cap2.xhtml
Cap3.xhtml
Cap4.xhtml
Cap5.xhtml
Cap6.xhtml
Cap7.xhtml
Cap8.xhtml
Cap9.xhtml
Cap10.xhtml
Cap11.xhtml
Parte2.xhtml
Cap12.xhtml
Cap13.xhtml
Cap14.xhtml
Cap15.xhtml
Cap16.xhtml
Cap17.xhtml
Cap18.xhtml
Parte3.xhtml
Cap19.xhtml
Cap20.xhtml
Cap21.xhtml
Cap22.xhtml
Cap23.xhtml
Cap24.xhtml
Parte4.xhtml
Cap25.xhtml
Cap26.xhtml
Cap27.xhtml
Cap28.xhtml
Cap29.xhtml
Cap30.xhtml
Cap31.xhtml
Cap32.xhtml
Cap33.xhtml
Parte5.xhtml
Cap34.xhtml
Cap35.xhtml
Cap36.xhtml
Cap37.xhtml
Cap38.xhtml
Cap39.xhtml
Cap40.xhtml
Cap41.xhtml
Cap42.xhtml
Parte6.xhtml
Cap43.xhtml
Cap44.xhtml
Cap45.xhtml
Cap46.xhtml
Cap47.xhtml
Cap48.xhtml
Cap49.xhtml
Cap50.xhtml
Cap51.xhtml
Parte7.xhtml
Cap52.xhtml
Cap53.xhtml
Cap54.xhtml
Cap55.xhtml
Cap56.xhtml
Cap57.xhtml
Cap58.xhtml
Cap59.xhtml
Parte8.xhtml
Cap60.xhtml
Cap61.xhtml
Cap62.xhtml
Cap63.xhtml
Cap64.xhtml
Cap65.xhtml
Cap66.xhtml
Cap67.xhtml
Cap68.xhtml
Parte9.xhtml
Cap69.xhtml
Cap70.xhtml
Cap71.xhtml
Cap72.xhtml
Cap73.xhtml
Cap74.xhtml
Cap75.xhtml
Parte10.xhtml
Cap76.xhtml
Cap77.xhtml
Cap78.xhtml
Cap79.xhtml
Cap80.xhtml
Cap81.xhtml
Cap82.xhtml
Parte11.xhtml
Cap83.xhtml
Cap84.xhtml
Cap85.xhtml
Cap86.xhtml
Cap87.xhtml
Cap88.xhtml
Cap89.xhtml
Cap90.xhtml
Parte12.xhtml
Cap91.xhtml
Cap92.xhtml
Cap93.xhtml
Cap94.xhtml
Cap95.xhtml
Cap96.xhtml
Cap97.xhtml
Cap98.xhtml
Parte13.xhtml
Cap99.xhtml
Cap100.xhtml
Cap101.xhtml
Cap102.xhtml
Cap103.xhtml
Cap104.xhtml
Cap105.xhtml
Cap106.xhtml
Cap107.xhtml
Cap108.xhtml
Parte14.xhtml
Cap109.xhtml
Cap110.xhtml
Cap111.xhtml
Cap112.xhtml
Cap113.xhtml
Cap114.xhtml
Cap115.xhtml
Cap116.xhtml
Parte15.xhtml
Cap117.xhtml
Cap118.xhtml
Cap119.xhtml
Cap120.xhtml
Cap121.xhtml
Cap122.xhtml
Cap123.xhtml
Cap124.xhtml
Cap125.xhtml
Cap126.xhtml
autor.xhtml