E un text care te tine cu sufletul la gura, care te poarta prin Zona unde realul si fantasticul se confunda, unde posibilitatile nu sunt aceleasi ca in lumea celor trei dimensiuni si unde deznodamantul este simultan o modalitate de a incheia si de a incuia povestea.<

Comienza la Guerra de Malvinas (1982) y, en Bongwutsi, un país africano «que ni siquiera figura en el mapa», Faustino Bertoldi, un olvidado diplomático argentino libra su propia batalla contra Inglaterra. Al mismo tiempo, en Europa, nace una conspiración para convertir a Bongwutsi en una República Socialista. Otro argentino participa en ella, y ambos compatriotas, junto a inolvidables revolucionarios, confluirán en una trama delirante y conmovedora.A sus plantas rendido un león mezcla invención, realismo intenso, humor delirante, mordacidad y honda ternura. El ímpetu narrativo de Osvaldo Soriano llega a su punto álgido en este relato fascinante, en el que el lector podrá reconocer la característica principal de su obra: la perfecta combinación de épica y sentido del humor.<

A través de estas páginas de fútbol Soriano reinventa su infancia y adolescencia, retrata a jugadores emblemáticos «Obdulio Varela, Lazzati, los fundadores de San Lorenzo», pone a sus personajes en las encrucijadas de la gloria o el fracaso y narra partidos alucinantes jugados en la Patagonia, o en la Europa de la Segunda Guerra, o en el Congo, con Perón como árbitro. Esta edición reúne todos los textos sobre fútbol que Soriano publicó en sus cuatro volúmenes de recopilación con las Memorias del Míster Peregrino Fernández, los últimos cuentos que escribió para Página/12, e incluye tres relatos hasta ahora inéditos en libro. La épica y el humor, tan fundamentales en su estilo, son dos constantes de estas narraciones en las que, a partir de las fantasías que el fútbol puede poner en juego, Soriano también habla de la supervivencia, de la valoración de los otros y de las capacidades, ambiciones, valentías y miserias del hombre.<

A través de este conjunto de testimonios perdurables, de crónicas políticas, de retratos de personajes y mitos de Buenos Aires, el autor nos introduce en un período especialmente significativo, no sólo de la historia argentina, sino de un entorno cultural.«Entré a trabajar en La Opinión una semana antes de la aparición de su primer número, en mayo de 1971, y me quedé hasta mediados del 74, cuando la atmósfera ya era irrespirable por la caza de brujas. El paso por ese diario fue, para mí, una suerte de laboratorio donde tracé los borradores de mi primera novela, Triste, solitario y final, y me acerqué al estilo despojado de la segunda, No habrá más pena ni olvido. Sin duda hay, en los textos aquí reunidos, señales que anticipan y acompañan aquellas novelas. A mí me permiten ver el camino recorrido desde que, una mañana de 1969, llegué de Tandil a una pensión de la Avenida de Mayo para trabajar en el periodismo de Buenos Aires».<

La revancha de Muhammad Alí, la elegancia de Nicolino Locche, el pacto fraternal con los gatos, los grotescos militares golpistas, las despedidas a Tato Bores y a Marcello Mastroianni, la amistad con Julio Cortázar y Osvaldo Bayer, las semblanzas de Alejandro Dumas y Raymond Chandler, el retrato recuperado del padre, la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, la caricatura del cohete a la estratosfera de Menem, artículos sobre Miguel Briante, Quino, Juan Carlos Onetti, Adolfo Bioy Casares, Pelé, Tyson, el Gatica de Leonardo Favio, Antonio Dal Masetto, Guillermo Saccomanno. Inéditos hasta ahora en libro, Cómicos, tiranos y leyendas reúne escritos periodísticos de Osvaldo Soriano, papeles dispersos a lo largo de años de trabajo en diarios y revistas que, aquí, vuelven a salir a la luz.«Soriano no solo brilló como creador de ficciones sino que cumplió un rol comparable como periodista: pasó más de la mitad de su vida en redacciones. Defendió siempre el ejercicio de la imaginación y la buena prosa para escribir periodismo. Porque, como le gustaba decir —y aquí, como en algunos otros aspectos, puede comparárselo a Walsh—, la imaginación y la fidelidad a la verdad no tenían por qué ser términos opuestos». JUAN FORN<

La historia transcurre en Colonia Vela, un pequeño pueblo provinciano argentino de ficción, durante la dictadura militar (1976-1983).Andrés Galván, un cantor de tangos en decadencia y narrador de la historia, y Tony Rocha, un boxeador olvidado, se conocen en la estación de tren del pueblo y se hacen amigos. Se acerca el aniversario del pueblo y las autoridades militares preparan un gran festival, para lo cual han sido contratados. Galván debe dar un recital en el teatro, y Rocha se enfrentará con Marcial Sepúlveda, campeón invicto local y favorito. Aunque ambos intentan no comprometerse con las intenciones de los militares y limitarse a realizar su trabajo, pronto advierten que eso no será tan sencillo como les parecía inicialmente.<

Cuentos de los años felices: historias imborrables en las que lo personal y lo colectivo se iluminan mutuamente. Las tres partes del libro permiten encontrar las claves familiares que impiden al olvido jugar a la escondida. Los cuentos que recuperan la memoria del padre, los que narran las historias que los manuales escolares siguen negando, los que mezclan la ficción y el recuerdo en ese último refugio de la épica, el fútbol. En la primera parte, «En nombre del padre», la presencia del progenitor «contreras», empleado público y enemigo acérrimo de Perón, entusiasta diseñador de planos y destructor de motores, se conjuga con el peronismo de juguete de la infancia y sus camisetas de fútbol regaladas, con la primera novia y el primer gol. «Otra historia» cuenta aquello que debimos aprender al margen de la enseñanza oficial: los riesgos que corrieron esos otros padres —San Martín, Belgrano, Moreno, Saavedra— para convertirse tal como eran —débiles, terrenales, endeudados— en héroes de la patria. «Pensar con los pies», finalmente, habla del fútbol que se juega y del que soñamos despiertos, de la fantasía de una contienda deportiva en una Patagonia poblada de personajes reales e imaginarios.Los acontecimientos y los mitos que nos pertenecen, corresponden también a este estilo memorioso y sonriente, conciso y conmovedor en su exactitud y laconismo. La sabiduría, el humor y la nostalgia de Osvaldo Soriano consiguen devolvernos un ayer impregnado de presente para que la felicidad no tenga que asociarse con la amnesia.<

El agente confidencial argentino Julio Carré pasa sus monótonos días en París. Para entretenerse copia cartas de las cadenas de la suerte, despierta a alemanes por teléfono y urde complots contra los países que disponen de caja chica para pagar sus informes descabellados. Lo sigue otro espía que se parece a Pavarotti —o a Schwarzenegger, depende del ojo de quien lo mire. En un mundo que ha optado por los disfraces, la máscara es una identidad posible, deseada. Cualquiera puede apretar el gatillo mientras sonríe detrás de la careta de Madonna o Bob Marley. Atormentado por las várices, privado de amistades y amores, nostálgico del barrio, Carré se pregunta por qué Dios no le concedió el don de la inteligencia. El Pampero, su enigmático jefe de Buenos Aires, maneja los hilos desde un sótano del Correo Central. Hasta el día en que el propio Presidente decide lanzar la más audaz de las misiones: la Operación «Milagro Argentino». Carré debe escoltar en secreto a un prócer de la Revolución de Mayo restaurado y acondicionado con un chip en una morgue de Viena. Con una cara nueva, la de Richard Gere o la de Harrison Ford, enfrenta las intrigas de propios y ajenos que quieren apoderarse del prócer. Sabe que no puede confiar en nadie, ni siquiera en sí mismo. A su lado o en un velorio de opereta, el muerto recuerda los días del Cabildo, las batallas por la Independencia, y lanza terribles insultos contra Rivadavia. Al parecer, las cosas han cambiado mucho pero la memoria atesora los rencores. ¿El fin de la Historia es también el fin de la aventura? No para Carré. Tampoco para esa pasión argentina que son los cadáveres exquisitos.<

Un escritor recorre el país en su Torino con el encargo de escribir una improbable «Guía de pasiones argentinas». Pero en realidad escribe una novela que va construyendo según el azar de sus encuentros, de sus reacciones impredecibles. Y por entre los fragmentos de este trayecto aparentemente absurdo y cargado de humor negro, puja por surgir la historia de un viaje íntimo que comienza siendo de huída y acaba siendo de reencuentro.<

«¿Cómo narrar una guerra en la que todos se matan y mueren invocando a un Ausente? Sólo Soriano supo hacerlo […] como si corriera. Porque perseguía hechos escurridizos. Y sabía que, si uno solo de ellos se le escapaba, no lograría reflejar cómo fue posible que un peronista muriera por la exacta, idéntica causa por la que él mataría a ese otro peronista que ahora estaba matándolo». (JOSÉ PABLO FEINMANN)«Humor negro, acción vertiginosa, diálogos apretados y chispeantes, un estilo rápido y seco como el de un Hemingway tragicómico, hacen de esta novela una lectura apasionante. Y sitúan a Osvaldo Soriano en una línea absolutamente diferente a la de los autores latinoamericanos del Boom». (ITALO CALVINO)«Yo le agradezco como lector el incesante, perfecto humor de su prosa, de las situaciones y los sobrentendidos. Y esos diálogos, que le dan al relato su ubicación perfecta y esa verosimilitud de lo absurdo que es privilegio de los mejores novelistas». (JULIO CORTÁZAR)<

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