Az ​első keresztes háborúk idején a Szentföldre vezető út védelmére egy titokzatos, katonákból és szerzetesekből álló rend alakul, a templomos lovagoké. Hihetetlenül gyorsan terjeszkedik. Váraik, központjaik hamarosan behálózzák az egész akkori világot. Tevékenységüket nem csak a gótikus katedrálisok jelzik, hanem a középkori kereskedelem, bankrendszer, úthálózat kialakítása is. Nekik köszönhető, hogy a barbár Európa civilizált államok rendszerévé válik. Félelmetes hatalmuknak Szép Fülöp francia király vetett véget, koholt vádak alapján kivégeztette a nagymestert számos társával, végül a pápa feloszlatta a rendet. De valóban megszűnt-e? Könyvünk a rejtélyek feltárását tűzte ki céljául. Charpentier a templomosok történetének bemutatása mellett sok máig megfejtetlen kérdésre keres választ: Milyen tudás birtokába jutottak a templomosok? Valóban az övék lett-e a Mózes kőtábláit őrző frigyláda? Mit birtokoltak az emberiség ősi tudásából? Mi lett a rend feloszlatása után töméntelen kincsük sorsa? Kik a templomosok örökösei? Hogyan kapcsolódik hozzájuk az egész világot behálózó szabadkőművesség?
Lenyűgöző olvasmány, rendkivüli ismereteket közlő munka A templomos lovagok titkai, Jézus kilétének titkától kezdve olyan ismereteket közöl, melyeket mindmáig titok fed, s nem véletlenül. Kivételes erénye az oknyomozás, a titkok nem ritkán meghökkentő, de mindig fantasztikusan izgalmas felfejtése. Charpentier nem csak ismeri a témát, de benne él, ezért elgondolkoztatóan, a nyomozásba az olvasót is bevonva tudja kutatási eredményét elétárni."

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"Ez a könyv egy nagyon elhagyatott, minden viharnak kitárt ember kalandozása szerte a világban és egy város homályos sikátoraiban. A szegény hős útközben sokat átkozódik. Ne kárhoztassuk ezért. Minden kifakadása jobban fáj neki, mint azoknak, akikre vonatkozik. Furcsa sündisznó, akinek a tüskéi az eleven szívét marcangolják. Mélyen francia könyv ez, elkallódott, félrecsúszott franciáról szóló könyv, amilyen százezerszám szaladgál Párizs aszfaltján."
Hevesi András, a regény első magyar fordítója írja ezt a műről 1934-ben. Szerzőjéről is írhatta volna, hiszen Céline - korábban Destouches, rennes-i orvos - javarészt saját életét, szenvedélyekkel szerzett első világháborús élményeit, az imperialista hadigépezetnek kiszolgáltatott kisember és kispolgár megaláztatásait írta meg, önmaga nyomasztó Amerika-élményét is, saját életútjára küldve orvos főhősét, Bardamut. És hiszen - noha ezt Hevesi András nm tudhatta - elkallódott, félrecsúszott, sőt: későbbi műveiben a fasizmus szolgája is lett.
Az első tiszta és nagy művet azonban elválasztotta írójától az idő. A modern francia irodalomnak már klasszikus alkotása, amit pedig elnyomókról és elnyomottakról föltár, háborúról, hátországi Párizsról, külvárosi életről, afrikai gyarmati kalandról, külvárosi életről, afrikai gyarmati kalandról, Ford gyárának futószalagjairól, orvosi pályáról meg állástalanságról, még striciségről is, az ma már osztálytanulmány is, a kispolgárságról - sodróan cselekményes, kesernyés-pikareszk regényben.

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¿Qué responderías a tu mejor amiga si esta te propusiera abandonar tu vida para pasar un verano en una aldea costera en Portugal? «El plan suena idílico, pero nosotras no nos podemos permitir vagabundear por los pueblos. Somos dos mujeres de treinta y tres años…». Pero imagínate que te invita a su boda el hombre con el que has convivido durante tres años y del que todavía crees que sigues enamorada… «Mañana solicitaré una excedencia por seis meses a mi jefe y si me la concede, cuenta conmigo para viajar a Portugal». Permiso concedido, maletas cargadas en tu Mini amarillo, mil kilómetros recorridos y de repente un regimiento de avistas autoestopistas se cuela por la ventanilla. «Nos asustamos, salimos zumbando del coche y este decidió por sí mismo lanzarse de morros al río. Tal cual. Splash. Chapuzón». Entonces, aparece a lo lejos una destartalada furgoneta «vintage» conducida por un surfero de veinticuatro años con pintas de Tarzán que resulta ser… «Nuestro salvador o mi castigador, según el color del cristal con que se mire». Alexa entre las olas es una marea de sentimientos y emociones de un pasado que arrasa con un presente incierto; donde la adrenalina se confunde con el deseo, la amistad con el amor y el sentido del humor con el miedo. Viajarás a playas paradisiacas, cabalgarás tu gran ola, disfrutarás de fiestas playeras y revivirás ese romance veraniego del que toda mujer guarda un inolvidable recuerdo.<

Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el día el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un baño en el mar ofrece algo más que alivio momentáneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idílico plan se tuerce cuando, oculto en los sótanos de la casa, aparece un baúl con un cadáver dentro.El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una maraña criminal de múltiples facetas que involucra a políticos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canícula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi mágica de una bellísima veinteañera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que había evitado hasta el momento.<

Érase una vez, en una tierra junto al mar, una bellísima mujer llamada Maruzza Musumeci. Se decían muchas cosas de Maruzza, rumores a voces que quizás explicasen por qué a pesar de su belleza no había encontrado aún con quién casarse. Maruzza hablaba en griego con su abuela; no era una muchacha como las demás; parecía el personaje de una fábula; transmitía con sus ojos y su voz la perturbadora sabiduría que traen y llevan los siglos. Maruzza era una sirena. Pero la historia comienza en realidad con Gnazio, que emigró a América y volvió a Vigàta tras veinticinco años de ausencia. En Nueva York trabajó como jardinero y, tras una caída desgraciada, decidió regresar a su Sicilia natal y comprar un trozo de tierra con un olivo milenario del que se había enamorado. Sólo le faltaba una mujer. Maruzza y Gnazio, la tierra y el mar, no vivieron una historia de amor imposible... como tantas otras. Primero fue la boda, después la familia y, año tras año, el milagro de conjurar lo que parecía contrario, para tantos irreconciliable.<

En los pedregosos aledaños de Pizzutello, la lluvia ha devuelto a la luz un cadáver con signos de haber sido ajusticiado por traición. Sin huellas dactilares y con el rostro desfigurado, las características no se corresponden con las de ningún desaparecido. Y cuando Mimì Augello insiste de forma muy extraña en hacerse cargo del caso personalmente, las alarmas de Montalbano se encienden. Pese a que los molestos achaques de la edad lo tienen algo embotado, su infalible instinto lo lleva a no ceder las riendas y seguir adelante sin bajar la guardia.O tal vez el mejor estímulo sea la aparición en escena de Dolores Alfano, una mujer atractiva y seductora que denuncia la desaparición de su marido, de quien dejó de tener noticias poco antes de que embarcara hacia Sudamérica. Así, de manera gradual y casi imperceptible, dos casos en apariencia distantes empiezan a mezclarse, y Montalbano deberá devanarse los sesos y valerse de todo su ingenio para desvelar la trama oculta de una traición insospechada.<

Hombre de costumbres disolutas al que sigue rodeando cierta aura de «artista maldito», el genial Caravaggio es objeto de este original ejercicio de estilo con que Andrea Camilleri sorprenderá una vez más a su numerosa legión de fieles lectores.En una pirueta narrativa con tintes de rocambolesca aventura personal, el propio Camilleri se convierte en personaje del relato al recibir, en el transcurso de un viaje a Siracusa, un mensaje de un desconocido que lo convoca a una cita secreta. Por deformación profesional, Camilleri es incapaz de resistirse a la tentación de un misterio que llama a su puerta y acepta dejarse llevar clandestinamente hasta un lugar en el campo donde descubrirá un precioso manuscrito de Caravaggio que ha permanecido oculto durante cuatrocientos años. Así, los supuestos diarios del gran maestro de la pintura italiana constituirán una suerte de relato criminal, plagado de sombras, extravíos y curiosidades, y una brillante exploración de los aspectos más profundos del mundo del barroco y de las contradicciones de un artista único.Una nueva demostración del inagotable impulso creativo de Andrea Camilleri, quien, con su habitual mezcla de rigor y viveza, otorga voz propia al inmortal maestro del claroscuro.<

El guardabarrera Nino Zarcuto y su mujer, Minica, viven en una modesta caseta amarilla, junto a un pozo y a un olivo sarraceno, en medio de un paisaje árido, acariciado por el cercano mar y por la luz. Se aman, son felices y, tras algunas dificultades, por fin están esperando un hijo. Sin embargo, estamos en 1942 y la violencia es un torbellino vertiginoso que engulle a los dos cónyuges y se lleva al hijo que esperaban. Minica llora, pero es obstinada y sigue queriendo ser madre. Una quimera vegetal le hace creer que puede, como Dafne, convertirse en árbol, echar raíces y dar frutos, y su marido la secunda, amoroso y solícito, con la esperanza de que ese hijo llegue, pese a las sacudidas de la muerte y de la guerra.<

El comisario Salvo Montalbano debe investigar el asesinato de un comerciante jubilado, cuya amante, una joven tunecina desaparecida tras el crimen, es objeto de todas las sospechas. Sin embargo, las pesquisas guían a Montalbano hacia el turbio mundo de los servicios secretos y su sucia guerra contra el terrorismo internacional. La razón de Estado se ve sometida a su implacable instinto de justicia, «quijotesco» según uno de los agentes secretos. Al mismo tiempo, la trama nos reserva sorpresas inusitadas, como un Montalbano profundamente conmovido por el destino del hijo de la joven acusada hasta el punto de proponerle matrimonio a su tan paciente como lejana compañera Livia.Como todas las obras de Camilleri que tanto disfrutan sus cientos de miles de lectores en todo el mundo, El ladrón de meriendas es un irónico pero tierno recorrido por la cara más humana del homo sapiens, con personajes cuyo realismo surge precisamente de la penetrante y compasiva mirada de don Salvo.El duro universo de la inmigración ilegal, de los barrios populares mediterráneos, de los fríos burócratas al servicio del Estado, o el de la solidaridad femenina aparecen plasmados con pasmosa nitidez en cada una de las escenas de la novela, convirtiéndonos inevitablemente en testigos y cómplices no sólo de la intriga sino también de un entorno que acaba siéndonos sorprendentemente familiar.<

En este libro de Andrea Camilleri, seis irresistibles narraciones nos devuelven el universo del comisario Montalbano en toda su riqueza y esplendor, para deleite de los lectores adictos a su particular manera de entender la vida. A plena luz del despiadado sol siciliano, con un humor no exento del realismo más implacable, surge un caudal de sentimientos irrefrenables: el odio que provoca una venganza cuyas consecuencias han de durar décadas en Mejor la oscuridad; o los resquemores que despierta en todo el cuerpo de policía de Vigàta el comportamiento aparentemente ingenuo, pero cargado de miradas salvajes, de la joven Grazia Giangrasso, en Herido de muerte. Y para arropar al comisario en su ardua tarea, no faltan los elementos de siempre: los desencuentros telefónicos con su novia Livia, las entrañables broncas con Mimì Augello, la perplejidad que siempre consigue producirle Catarella, el inefable telefonista de la comisaría. En esta ocasión, a los personajes conocidos se añaden otros nuevos, como el formal y distante comandante Verruso, antítesis de un Montalbano que descubrirá, con sorpresa y admiración, la dignidad y valentía con las que su nuevo aliado custodia un terrible secreto. Como es habitual en él, Montalbano aprovecha la resolución de los casos para exponer el contraluz de las cosas, de los acontecimientos y circunstancias que rodean los hechos, como si éstos fueran consecuencia de una condición colectiva, de otros dramas y otros padecimientos largamente sufridos, que escapan al control del individuo. Y todas esas dudas, miedos, tentaciones y contradicciones no hacen más que subrayar, si cabe, la profunda dimensión humana que ha hecho de este personaje el favorito de millones de lectores en todo el mundo.<

El otoño ha regresado a Vigàta con algunas sorpresas. Mientras Mimì Augello, el brazo derecho del comisario Montalbano, ha tirado la toalla y está a punto de casarse, don Salvo aguanta la enésima reprimenda de Livia por haber estropeado el suéter que le regaló. Pero, como la vida hay que vivirla, Montalbano ya está de nuevo husmeando en un caso extraño, tan anómalo como que el cadáver aún no ha aparecido. La curiosidad irrefrenable del comisario y su innato sentido de la sospecha lo inducen a investigar la desaparición de un financiero y su ayudante, que han desvalijado a medio pueblo y alrededores. La incógnita podría explicarse como una vulgar fuga con el botín sustraído a las numerosas almas crédulas de la euforia de la bolsa, pero otra bastante más atroz parece imponerse. En cualquier caso, a estos enigmas se aboca Montalbano con esa falta de prejuicios y esa lógica tan particular que tanta admiración despierta. En la medida en que su habilidad y su afán de justicia le permitan llegar hasta la verdad, podrá entonces decirse «que el olor de la noche había cambiado: era un perfume fresco y ligero, un perfume de hierba tierna, de verbena y albahaca».<

Diversas tramas surcan las páginas de este libro. Un robo absurdo en un supermercado, el encarcelamiento un tanto estrambótico de un capo de la mafia, un asesinato cometido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a pesar de la firme determinación con que Montalbano —el melancólico investigador siciliano— afronta la resolución de estos casos, su auténtica pasión es descifrar el contenido simbólico que encierran. «Todo crimen conlleva un mensaje, la cuestión es conocer el código de quien lo ha escrito», le recuerda un excéntrico sacerdote al comisario. Los gestos, los detalles, las apariencias cobran un papel relevante, y el lenguaje se convierte en un instrumento clave para entender la realidad.Unas pocas pinceladas, unas breves palabras le bastan a Andrea Camilleri para dibujar un profundo retrato de cualquier personaje. Su especial destreza en obtener la complicidad del lector, dejando sutiles huellas que sirven de potencial punto de encuentro, no es ajena al extraordinario éxito que ha cosechado con la serie de novelas del comisario Montalbano, verdadero héroe popular en Italia.<

Reflejo de tres épocas muy diferentes en la vida del comisario Salvo Montalbano, los relatos que componen esta nueva entrega del famoso personaje creado por Andrea Camilleri —uno de los autores más leídos de Italia en los últimos años— ofrecen una cara desconocida de Montalbano que deleitará a los iniciados y sorprenderá a aquellos lectores que se acerquen por primera vez al irresistible universo del seductor sabueso siciliano. Si el primer relato nos presenta un caso insólito en el que la interpretación de la Cábala resulta decisiva para esclarecer la muerte violenta de una serie de animales de todo tipo y tamaño, el tercero, un extraño secuestro exprés que no termina de convencer a Montalbano, nos plantea la nueva realidad de la mafia, moderna y actualizada, que se enfrenta a unos policías obligados a salir a fumar a la calle para cumplir con la ley antitabaco. Y entre ambos, el relato que da título al libro, un viaje al pasado para conocer al joven subcomisario Montalbano mientras espera con ansiedad un próximo ascenso. Harto de un paisaje de montaña acartonado, Salvo sueña con una casita a la orilla del mar, con el olor del salitre al amanecer y el rumor de las olas que rompen... Cuando su sueño se hace realidad, el flamante comisario se lanza a la carretera, loco de alegría, deseoso de llegar a Vigàta y conocer a sus nuevos compañeros. Y como presagio de lo que será su dilatada carrera, ya desde el primer caso se le plantea el dilema entre seguir sus corazonadas o atenerse estrictamente a las normas que marca la ley.<

A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, el protagonista de esta novela ha recibido tres cartas anónimas. Ahora, en la primera mañana de su vida de jubilado, despliega cuidadosamente los tres sobres junto a una caja de cerillas.Una de las cartas, recibida unos pocos años atrás, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se casó hace una década, una mujer elegantísima y enigmática, réplica exacta de una de las divas americanas del cine en blanco y negro. Adele, espléndida e irresistible femme fatale, ocupa el lugar central de este nuevo y sugestivo relato de Andrea Camilleri. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele es una esposa tan entregada como escurridiza. Sólo en muy determinadas ocasiones viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirirá un inquietante simbolismo, cuyo significado sería mejor no tener que desentrañar jamás.En esta breve e intensa novela de misterio psicológico, el matrimonio es el escenario de la dimensión cotidiana de la tragedia, a un tiempo último reducto del deseo y de la fantasía, y espejo de una sociedad esencialmente corrupta. El traje gris, que Camilleri ha descrito como «una historia conyugal», demuestra la fecundidad y la maestría literaria del gran autor siciliano que, una vez más, consigue sorprendernos sin dejar de ser fiel a sí mismo.<

La explosión de un pequeño artefacto frente a un almacén vacío, en pleno centro de Vigàta, y la consiguiente investigación puesta en marcha por el comisario Montalbano y su equipo, precipitan una serie de acontecimientos que se suceden de forma caótica y vertiginosa: pistas contradictorias, cartas anónimas, delaciones misteriosas... Montalbano tiene la sensación de que alguien pretende guiar sus pasos, confundirlo y manejarlo como si fuera una marioneta, alejándolo de la verdad de los hechos. Y cuando además entra en escena Liliana, su nueva vecina, una mujer de rompe y rasga cuyo marido se halla a menudo ausente por razones de trabajo, Salvo se encontrará inmerso en un mar de confusión que dificultará su trabajo más allá de lo tolerable.Realidad e ilusión se confunden en esta última entrega del comisario Salvo Montalbano, en la que Andrea Camilleri rememora la magistral escena de los espejos de La dama de Shanghai, de Orson Welles, en la que sólo una de las imágenes es la auténtica. Para escapar de este laberinto de reflejos, Montalbano habrá de recurrir a su veteranía y su finísima intuición, sin perder nunca el irreverente sentido del humor que lo caracteriza.<

Una repentina calma chicha se ha adueñado de la comisaría de Vigàta. Con su sempiterna acumulación de papeleo reducida a la mitad, Salvo Montalbano puede dedicarse a la lectura de su adorado Simenon, mientras que el siempre industrioso Catarella se aplica con tesón a resolver crucigramas. Sin embargo, la deliciosa parsimonia pronto se verá interrumpida por uno de los casos más espeluznantes que se hayan visto nunca en la zona.Todo empieza cuando los octogenarios hermanos Palmisano, conocidos por su exaltada obsesión religiosa, se fortifican en su casa del centro de Vigàta, desde donde disparan a diestro y siniestro contra cualquier pecador que se les ponga a tiro. En un momento de arrojo, Montalbano se introduce por una ventana y desarma a los ancianos, pero el panorama que se encuentra le hiela la sangre: un verdadero bosque de crucifijos de todos los tamaños y, sobre una cama, una muñeca hinchable, mutilada y desgastada, una escena testimonio de una profunda desolación. Intrigado por el hallazgo de una réplica idéntica, Montalbano se lleva la muñeca, sin sospechar que ha dado inicio a un juego de tintes macabros. Una sucesión de cartas anónimas lo invitan a participar en una búsqueda del tesoro, y a medida que Montalbano se involucra más en el extraño desafío, comprende que ha caído en la trampa de una mente profundamente perturbada, y que para salir del oscuro laberinto en el que se ha metido tendrá que llegar antes al centro del mismo.<

La historia se desarrolla en el imaginario pueblo siciliano de Vigàta en el año 1891. El motor de los acontecimientos es la solicitud de Filippo “Pippo” Genuardi de una línea telefónica, en esa época una auténtica novedad. El sinfín de trámites burocráticos, problemas y enredos a los que tiene que enfrentarse Pippo para lograr un teléfono es cómico, pero tiene también un significado más profundo. El autor proporciona un retrato de la sociedad siciliana de los primeros años de la unidad de Italia (la misma época que reflejó Lampedusa en El gatopardo), a través de chispeantes diálogos entre los diversos personajes, de las cartas entre los amigos de Pippo y los pomposos y altisonantes informes y documentos burocráticos.La solicitud de una línea telefónica en un pequeño pueblo siciliano desencadena una divertida serie de peripecias burocráticas, malentendidos y maniobras. Una visión a la vez cómica, realista y amarga de la sociedad siciliana.<

El insomnio ha vuelto a sacar al comisario Montalbano de la cama. Al amanecer, con una taza de café en la mano, sale a la terraza para contemplar el mar y asiste a un solitario y lúgubre espectáculo: en la arena, una gaviota enferma, o quizá herida, parece ejecutar una extraña coreografía antes de caer fulminada, como si la vida se resistiera a abandonar su cuerpo para siempre.La imagen suscita en el comisario los mismos sentimientos fúnebres e insidiosos que en los últimos tiempos han enturbiado su mente, y se le antoja una especie de premonición. Y lo es.Las vacaciones que Montalbano tenía previsto disfrutar junto a Livia se frustran cuando Fazio, la inestimable mano derecha del comisario, sencillamente desaparece del mapa. No ha vuelto a casa, su teléfono está desconectado y solo se sabe que iba a encontrarse con alguien en el puerto. Sus compañeros se temen lo peor, y la visión de su querido Fazio herido, o tal vez muerto, mortifica a Montalbano de tal forma que no reparará en esfuerzos para encontrarlo.Bien entrado en la cincuentena, Salvo Montalbano vive cada día más angustiado por los efectos de la edad y el desencanto.En otro sutil toque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se está rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, este evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho más joven y atractivo, aunque difícilmente tan irresistible para las mujeres como él.<

Con las primeras luces del alba, el comisario Salvo Montalbano se despierta sobresaltado por una pesadilla angustiosa. En ella, la capilla ardiente de su propio funeral se instala en su despacho y todos sus compañeros de trabajo le dan las condolencias por su reciente fallecimiento. Y lo peor es que Livia le comunica que no tiene intención de asistir al entierro, pues aunque lo ha amado tanto en vida, no puede «desaprovechar esa oportunidad».Pero las zozobras íntimas del comisario quedan en segundo plano cuando la llegada al puerto de Vigàta de un misterioso velero de lujo coincide con el hallazgo de un cadáver con el rostro desfigurado. Montalbano se pone manos a la obra y pronto se verá inmerso en una investigación de muy hondo calado, en la que el tráfico de diamantes africanos desempeña un papel fundamental. En palabras del propio autor, ésta no sólo es la aventura más «marina» del comisario, sino que por primera vez trabaja codo a codo con una mujer policía. ¡Y qué mujer! La joven teniente Laura Belladonna es de una simpatía irresistible y una belleza magnética. Igual que Petrarca, para Montalbano Laura es el «dulce error», el deseo nunca consumado, aunque sí correspondido, que lo situará frente a frente con su conciencia. La proverbial lucidez de Salvo no le bastará esta vez para librarse de algunos de los fantasmas que lo atenazan, por lo que deberá acudir en busca de consuelo a la trattoria de Enzo, quizá con más frecuencia de la habitual.<

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